Mi segundo nombre es desastre.

Extra 1: Primeras impresiones.

Me despierto realmente emocionado pues hoy comienzo a trabajar como editor en jefe del área de ciencia ficción en la editorial camaleón, desde siempre he querido trabajar allí pero por cuestiones personales —es decir, mí ahora ex novia Patricia— no pude hacerlo. Realmente agradezco que se haya abierto una vacante de trabajo justo cuando la necesitaba pues era de vital importancia el mudarme ya que no soportaba seguir viviendo en el mismo lugar que Patricia y ser recordado constantemente de su traición.

Puesto que mi hermano se quedó a dormir nuevamente en el departamento de su novio, desayuno simplemente una taza de café con algunas galletas para luego dirigirme al baño a prepararme para mi primer día de trabajo. Una vez que estoy listo salgo de mi departamento y luego de montarme en el auto me dirijo a la editorial.

Al entrar por las puertas no puedo evitar sonreír feliz, aunque dicha felicidad no dura mucho pues mi teléfono suena con el aviso de un mensaje y al revisar de qué se trata veo que es una foto de Patricia y su bebé seguida de un texto anunciando el nacimiento de la niña. No entiendo por qué Patricia tuvo la necesidad de enviarme dicha foto y ya que no soy masoquista decido que hoy mismo cambiaré de número telefónico.

Mientras camino hacia el ascensor bastante molesto con Patricia por haberme enviado esa foto, noto que una mujer —bastante atractiva por cierto— se encuentra prácticamente corriendo en mi dirección y se encuentra tan distraída que choca directamente conmigo causando que el vaso con café que sostiene en la mano se derrame sobre su chaqueta blanca.

—Simplemente genial —murmura mientras mira su chaqueta.

—Para la próxima fíjate por dónde vas —digo algo molesto causando que levante la vista y me mire fijamente.

Si viéndola de lejos pensaba que era atractiva, ahora que la tengo frente a mi puedo notar que aunque tiene cierto parecido con mi ex novia, la mujer frente a mí es notablemente mucho más hermosa.

—No sé de qué hablas, si yo no fui la que se apareció de la nada y ensucio tu ropa —dice mirándome con los ojos entrecerrados.

—No sé por qué te molestas si hasta te hice un favor, esa chaqueta es horrible —digo seriamente pues esa gran chaqueta sin forma evita que pueda ver en su totalidad las curvas de la mujer frente a mí.

—Oye yo sé que no todos son fanáticos de los lunes, pero eso no te da derecho a ser grosero conmigo.

—No estoy siendo grosero, estoy siendo honesto y eso no tiene nada que ver con que sea lunes.

—Mira rubiecito —dice destilando ira mientras habla—, no sé quién demonios te crees que eres pero no puedes venir a ensuciarme y luego…

—Sabes que, tengo cosas más importantes que hacer que escucharte —la interrumpo para luego montarme en uno de los ascensores.

Marco el último piso y una vez que llego a este me acerco a la oficina de Grecia Michaels quien es la directora general de la editorial, hablamos por unos minutos sobre mi trabajo y lo que se espera que haga para luego comenzar a caminar hacia la sala de reuniones donde se realiza la reunión semanal de editores en jefe.

Una vez que entramos en la sala, noto que sentada en una de las sillas se encuentra la mujer con la que choque frente al ascensor.

—Buenos días a todos, espero que hayan tenido un buen fin de semana —dice Grecia sonriendo—. El principal motivo de la reunión de hoy es para recibir a un nuevo compañero, cómo recordarán nuestro editor en jefe del área de ciencia ficción el señor Reyes decidió retirarse así que después de muchas entrevistas a posibles candidatos, finalmente encontré a alguien —me señala para luego continuar—, les presento a nuestro nuevo editor en jefe del área de ciencia ficción el señor Sebastian Ferrer.

Todos comienzan a aplaudir dándome la bienvenida mientras que la mujer sentada frente a mi comienza a negar con la cabeza mientras me mira con los ojos entrecerrados, poco a poco todos van dejando de aplaudir y cuando todo está en silencio, Grecia vuelve a retomar la palabra. Discutimos sobre lo que debe hacerse durante la semana y al cabo de media hora la reunión concluye.

—Andie, necesito que por favor vengas un momento.

La hermosa castaña que me mira con rabia comienza a acercarse mientras que en su rostro comienza a formarse una sonrisa cada vez más falsa.

—Dime Grecia —dice con cortesía.

—Dado que ciencia ficción y fantasía comparten el mismo piso, confío en que Sebastian y tú se lleven muy bien.

—Seguro, no hay problema —responde falsamente.

—Genial, los dejare para que se conozcan —dice Grecia para luego alejarse.

—Así que tu… —digo mirándola de arriba abajo con detenimiento—, eres la editora en jefe del área de fantasía y mi compañera de piso.

—Sí, lo soy —responde de manera cortante—. ¿Algún problema con eso?

—Ninguno —digo calmadamente—. Solo que te imaginaba no se… diferente.

—Sé que me arrepentiré de preguntar pero ¿a qué te refieres? —pregunta mientras me mira con rabia.

—Grecia me dijo maravillas sobre la sección de fantasía y su editora en jefe así que después de escuchar tanto sobre ti tenía una idea en mi mente de cómo serias, solo que no imagine que en realidad fueras tan insignificante. Realmente no sé cómo llegaste a ser una editora en jefe.




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