Mi segundo nombre es desastre.

Capítulo 17: Apuesta.

Fue realmente algo bueno el que haya decidido hablar con las chicas ayer luego del festival, pues cuando llegué a mi departamento tarde en la noche descubrí que tenía un mensaje de Damon preguntándome si podía hablar con él al día siguiente por lo que después de mucho pensarlo y consultarlo con mis amigas, decidí hablar con él en la tarde en una cafetería que hay en el centro comercial que está cerca de mi edificio.

Les dije a mis amigos que fueran al centro comercial pero que se mantuvieran alejados de la cafetería pues estoy segura que luego de esa charla iba a necesitar su apoyo y ayuda para elevar mi ánimo ya que gracias a los consejos de Rissa y Karah sabía lo que tenía que hacer.

Así que luego de vestirme con un suéter rojo algo suelto con un corazón blanco en el frente, unos pantalones negros y unas botas marrones, me peine el cabello en una trenza y aplicándome delineador de ojos y brillo labial, salgo del apartamento rumbo al centro comercial.

Al llegar al lugar donde cité a Damon, veo que él ya se encuentra allí por lo que con una preocupación menos pues temía que me dejara plantada, me acerco a la mesa donde está y sentándome sonrío.

—Hola Andie, te ves muy linda —dice mirándome mientras corresponde mi sonrisa.

— ¿Llevas mucho tiempo esperando? —pregunto mientras se acerca una camarera.

—Prácticamente acabo de llegar —responde mientras ordena un café grande y un pastel de chocolate.

Yo simplemente ordeno un café con leche pequeño pues estoy tan nerviosa que no tengo nada de apetito. Cuando la camarera se va, nos quedamos en completo silencio esperando que cualquiera de los dos hable primero, pero eso simplemente no ocurre.

—Solo tengo una pregunta que hacerte —digo rompiendo el silencio luego de que la camarera llega con nuestro pedido—. Si Sebastian no te hubiese buscado para hablar conmigo ¿lo habrías hecho por tu cuenta?

—No lo sé —responde apenado luego de tomar un sorbo de su café —me gustaría creer que sí.

—Genial —digo sarcásticamente—. Entonces ¿de qué quieres que hablemos?

—Quería disculparme por actuar precipitadamente al final de nuestra cita y no darte tiempo para que te explicaras.

—Acepto tus disculpas.

— ¿Estamos bien? —pregunta esperanzado.

—Supongo que sí —respondo encogiéndome de hombros—, pero no esperes que todo mágicamente vaya a estar bien, sé que no somos nada pero realmente me dolió que no confiaras en mí.

—Lo entiendo —dice cabizbajo.

—Por ahora podemos ser amigos y veremos cómo nos va a partir de ahí.

—Me parece bien —dice para luego sonreír levemente y puedo jurar que por un momento sus ojos mostraron alivio.

Tomamos nuestros cafés mientras hablamos de lo que hicimos durante la semana, y Damon aprovecha para felicitarme por mi actuación en el festival. Aunque Damon me sigue pareciendo una gran persona, ya no me siento de la misma manera en la que lo hacía cuando tuvimos nuestra primera cita, pensé que una semana es muy poco tiempo para sentirme tan diferente y esa fue una de las principales cosas que hable con las chicas, pero gracias a ellas pude entender que de hecho es bastante normal sentirme de esa manera.

Luego de aproximadamente 10 minutos Damon recibe una llamada de la estación por lo que tiene que irse y prometiendo que me llamara pronto, se despide y se va.

Le mando un mensaje a Henry preguntándole donde están y respondiéndome casi al instante dice que se encuentran en la feria de comida que queda frente al cine, así que camino hacia allá y al llegar veo a Rissa, Henry, Elías, Tomas y Sebastian sentados en una mesa mientras se ríen a carcajadas.

—Hola gente ¿Qué me cuentan? —digo sentándome entre Sebastian y Rissa

—Nada relevante, simplemente hablamos —contesta Elías.

— ¿Cómo te fue con Damon? —pregunta Rissa curiosamente.

—Me fue bien, creo —respondo simplemente.

—No puedes decir simplemente bien —replica Rissa —. Necesito detalles.

Miro alrededor de la mesa y todos tienen miradas expectantes en sus rostros mientras asienten, excepto por Sebastian que tiene una mirada rara en su rostro.

—Pues hablamos y decidimos quedar como amigos por ahora —al segundo de decir eso noto como la expresión de Sebastian se relaja considerablemente.

— ¿Solo como amigos? —Pregunta Henry— ¿Por qué?

—Porque aunque parezca tonto me siento herida porque él no confió en mí lo suficiente como para dejar que me explicara antes de saltar a conclusiones erróneas.

—Eso es un sentimiento valido —dice Tomas—. Simplemente deja que las cosas fluyan.

—Eso haré —digo intentando sonreír—. Ahora, por favor alguien diga algo interesante.

—Un abogado nuevo llego al bufete esta semana, es bastante atractivo pero muy arrogante. Cree que es mejor que yo solo por ser hombre y me trata como si yo me hubiese graduado con honores de la universidad solo por mi belleza —dice Rissa exasperada—. Tal vez le dé un poco de su propia medicina.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.