Mi segundo novio, mi primer amor.

V

Sería algo tonto decir que voy a hacerme la difícil. Para ciertas cosas sí, pero el momento se da, no buscas el momento perfecto para dar un beso. Es un impulso del corazón, envía la señal a la mente y este lo convierte en una acción. Y, aunque con él me sentía bien, no estaba lista para avanzar aún. Es demasiado bueno para ser verdad, me asusta la cercanía que se está formando entre nosotros.  
Cuando estuvo a cinco centímetros de mi boca, le pisé el pie y le dije ¿qué haces? Realmente no era lo que quería, no sabía qué hacer para evitarlo. Y se supone que las acciones se ejecutan con base a lo que quieres, o eso pensaba yo hasta que mi cuerpo reaccionó sin que diera la orden. Quería evitar el beso, pero no de esa manera.  
-perdóname -me dijo mientras agitaba el pie por el dolor.  
Yo, estaba paralizada. ¿qué debería decir?  
-Buenas noches Eithan -le respondí. Rápido para que se fuera. Tenía vergüenza.  
-está bien, buenas noches.  
Su tono era casi inaudible y por su expresión podía asimilar que estaba desconcertado.  
Entré rápidamente al apartamento, subí las escaleras y grité. ¡Estúpida! ¿qué has hecho? Vas a espantar al único chico que se ha acercado a ti desde tu primer novio. ¿cómo podré verlo a la cara mañana? Esto no es para mí. Tengo que pensar en algo, pero, ¿cómo? 
Estaba sola. No tenía una amiga en quien confiar y mi madre se fue. Todo lo que estaba sintiendo, todo el miedo que tengo, permanecía dentro de mí.  
Mi cabeza y mis sentimientos se pusieron inquietos. Alteró la calma que tenía, que traía desde hace dos años. Y mi inestabilidad emocional no me deja pensar con claridad. Mi vida es un desastre que he ocultado durante mucho tiempo, las cosas que pasaron y las que hice en mi rebeldía, quiero enterrarlas, ojalá pudiera simplemente borrarlas. Si pudiera arrancar las hojas y quemarlas.  
Y sé que soy infantil e inmadura al querer ocultarme de las personas, creando un muro de contención y cerrando mi círculo social, pero es que cuando me lastimé, perdí todo lo que quería, solo pude encerrarme a llorar y tragarme todo el dolor.  
Sin embargo, tengo claro algo y es que no pienso verlo hasta que decida qué hacer. Inventare cualquier situación o película que se me venga a la cabeza, así sea mentir diciendo que mis padres están conmigo.  
 


He estado dos horas en el mesón de la cocina, o bueno, la mesa, observando desde aquí la sala, la TV y la puerta. Todo está en un silencio perturbador. Me siento pequeña y el silencio me retumba en los oídos. En el estado en el que estoy, este lugar se hace realmente grande para mí.  
Ya son las diez de la mañana e Eithan ya me ha enviado tres mensajes desde las siete. No sé qué responderle, por lo que estoy considerando apagar mi celular. ¿o debería decirle que ha ocurrido algo con mis padres y no podré salir? Creo que eso estará mejor, no es tan evidente que no quiera verlo o hablarle.  
Mensaje para Eithan.  
“Hola Eithan, lo siento por no responderte antes, tengo algunos problemillas en casa. Hablamos en cuanto pueda”.  
Fue lo más conciso que pude escribir. Supongo que ese mensaje bastará, por lo menos por hoy. Él entenderá que por ahora no podremos vernos. Mientras tanto debo encontrar una solución al caos que se ha creado, aunque siendo franca, me considero algo atascada.  
Y es justo aquí donde me doy cuenta de que no sé qué he hecho con mi vida. Tengo el espacio que necesito, el espacio para estar conmigo misma, pero en un día como hoy, 6observo a mi alrededor y siento la soledad en momentos de agonía. Creo que esta es la discusión de la mayoría de las personas. “No necesito a nadie”, “nacemos solos, morimos solos”, “No necesito a nadie para estar completa”, “yo puedo valerme por mi mism@”. Pero no es así. No voy a negar que todos necesitamos nuestro espacio y debemos aprender a soportar las cosas solos, sin embargo, hay un motivo por el cual el ser humano es social por naturaleza, y es porque no podemos estar solos completamente. Podemos vivir sin una pareja, pero sin alguien a nuestro lado que nos escuche, ayude a levantarnos y nos apoye cuando estamos desfalleciendo, no se puede totalmente.   
Hay personas que han vivido situaciones dolorosas a corta edad, como también hay algunas que han tenido vidas tranquilas en comparación de otras, pero sin excepciones, todas debieron soportar acontecimientos que pudieron ser tan fuertes que, sin alguien a su lado pudo ser agobiante. Por esa razón, hay gente que dice “déjalo salir” o “debes desahogarte”. Y sí. Debes desahogarte, sino crecerá tanto que te vas a ahogar desde adentro, sin darte cuenta.  
Debemos dejar de ser tan egoístas con nosotros mismos. Algunas personas se obligan a si mismas a permanecer o afrontar las cosas solos, pero no es sano. En algún punto de nuestra vida, necesitaremos un salvavidas, unos brazos que nos acogen, un “todo estará bien" o un corazón cálido.  
Y es justamente lo que sucede conmigo. 
 


Durante cinco días Eithan ha estado llamándome y enviándome mensajes de texto. Todos los textos han sido de preocupación y si estoy bien. Puedo imaginarme que se le debe hacer demasiado inusual que de la nada hayamos dejado de hablar, que no le haya respondido ningún mensaje ni atienda sus llamadas cuando antes todos los días, permanecíamos en contacto.  
He estado estos últimos días en un estado parecido a la depresión. Durmiendo, en silencio, viendo la TV y comiendo mucho. Eso es lo único que estado haciendo y no lo que debería estar haciendo, o más bien pensando. Aún estoy confundida. Con todo mi ser desorganizado.  
Lo raro de hoy es que no me ha enviado un mensaje. Estos días atrás siempre habían llegado a las 8 de la mañana y yo estoy almorzando ya. Y pueden ser muchas razones por las cuales no lo ha hecho. Tal vez está ocupado con su familia, salió a hacer algunas diligencias, se quedó sin batería o su teléfono se dañó. O incluso pudo darse por vencido y no volver a hablarme. Esa suena más convincente.  
El celular ha sonado. Veo como se ilumina la pantalla en la mesita de la sala. ¿habrá sido él? Yo creo, sin embargo, puede ser un mensaje de promoción para recargar.  
A medida que me acerco a la mesita, el corazón me palpita rápido. Y efectivamente. Era él.  
Eithan:  
“Hola. Han pasado varios días, necesito hablar contigo pero no quiero ser intenso. Veámonos hoy en el café de la última vez a las 5:30 pm. Si decides no ir, dejaré de insistirte”.  
La cabeza me retumba. ¿qué hago?  
 



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En el texto hay: primer amor, drama y problemas

Editado: 23.05.2019

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