Mi segundo novio, mi primer amor.

VIII

No sé cómo pudieron salir esas palabras. Me gustaba su compañía, quería seguir hablando con él y esa fue la acción que mi cuerpo o cerebro realizó. No lo había pensado bien. De nuevo mi cuerpo hizo lo que quiso sin yo dar una orden concreta. Pero sucedió así y ya no podía cambiar de parecer así como así.

            En su rostro, había asombro. Incluso su boca estaba un poco abierta. Lo tomé por sorpresa, era algo que no esperaba de mí, claramente. Y estaba ansiosa por escuchar su respuesta. Desde mi punto de vista había una probabilidad de cincuenta por ciento, sí y cincuenta por cierto, no. Así que puedo esperar cualquier respuesta de su parte.

            -me encantaría –respondió por fin, mientras me sonreía- déjame hacer una llamada.

            Camino hacia dentro de la casa y sacó el celular de su bolsillo y le marcó a alguien. Seguramente estaría llamando a su casa. Es lo mínimo, los padres deben saber qué hacemos, donde estamos y en ocasiones pedir permiso, o siempre.

            -listo –me dijo mientras volvía al balcón.

            -¿a quién llamaste?

            -mi papá. Le dije que me quedaría en casa de una amiga.

            -¿y ha aceptado de inmediato? –le pregunté sorprendida.

            -sí. Mis papás son despreocupados. Además, le dije que la lluvia no me dejaría llegar temprano a casa –me respondió con tranquilidad.

            Nunca imagine que fuera tan sencillo que se quedara en mi casa. Solo basto hacer una llamada para que todo estuviera solucionado. Pero ahora me ponía nerviosa al pensar que sucedería con nosotros esta noche. ¿Hablaríamos o no? ¿Dormiríamos o nos desvelaríamos? ¿Jugaríamos o nos quedaremos en silencio?

            Sin embargo, lo primero que quiero es seguir hablando con él. Conversar sobre las cosas que él que quería hablar conmigo, también de otras cosas.

            -¿entonces qué hacemos? –me preguntó interrumpiendo mis pensamientos.

            -podemos seguir hablando sobre las cosas que querías –le respondí muy rápido porque no tenía dudas de lo que quería en ese momento.

            -está bien, pero vamos adentro. Ya está haciendo frio.

            Asiento y le sigo adentro del apartamento. La verdad si estaba bajando la temperatura. Así que entro a mi habitación a buscar en el armario una cobija. Tengo cinco. Una grande, dos medianas y dos pequeñas. Por ahora, sacaré la más grande que tengo.

            Él estaba en el sofá sentado. En un extremo, así que me siento en otro extremo, extiendo la cobija y subo mis piernas a la altura de mi pecho.

            -ponte cómodo –le dije.

            Así que se quito los zapatos y tomo la misma posición que yo.

            -¿deberíamos hablar? –me pregunta.

            -me gustaría.

            -¿no importa que tan personales son?

            -depende –me reí.

            -está bien –bajo la cabeza mientras se reía- ¿has tenido novio?

            -sí –contesté casi mecánicamente.

            -¿hace mucho o poco?

            -hace cinco años.

            - ¿El único que has tenido?

            -el primero y el único hasta ahora.

            -creo que hay una historia triste con ese novio –su tono era bajo y precavido- ¿puedo saber?

            - ¿vas a hacerme una encuesta? –le dije bromeando. De repente sintió curiosidad. Extraño-.

            -¿te molesta? –me preguntó con expresión un poco asustada.



#40085 en Novela romántica
#10672 en Joven Adulto

En el texto hay: primer amor, drama y problemas

Editado: 23.05.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.