Mi segundo y verdadero amor

UN CHOCOLATE CALIENTE.

Resignada, mojada y con hambre seguía bajo aquel gran árbol que me brindaba un poco de protección ante la lluvia,vi un auto estacionarse muy cerca del lugar más no le preste importancia hasta que sentí a alguien en frente de mi.

Levante la mirada curiosamente para encontrarme a Alexander Keldysh bajo una gran sombrilla tendiendome su chaqueta.

-Estas muy mojada, pontela te puedes resfriar-

Dudosa tomé la chaqueta y me la puse sintiendo como el calor volvía a circular por mi cuerpo.

-Gracias Keldysh no tenias que molestarte-

-No es molestia Stone,ahora ven dame tu mano hay que ir a casa-

Extiende su mano para ayudarme a parar,sin pensarlo mucho la tomo.

Al momento en que mi mano hace contacto con la suya siento la conocida corriente eléctrica recorrer mi ser El trayecto rumbo al auto fue silencioso pero agradable, y de igual modo fue el camino a casa en ciertas ocasiones lo miraba por el rabillo del ojo detallando su perfil, Alec era muy atractivo, su piel paila, tenía un hermoso cabello castaño que a simple vista se notaba la suavidad y sedosidad daban ganas inmensas de tocarlo, sus labios eran levemente gruesos y rosados, era alto bastante alto, su cuerpo era normal en si se cuidaba eso se notaba pero sin exagerar, sencillamente era muy guapo, pero mi debilidad eran sus ojos eran fascinantes me encantaba verlos, aunque a este punto comenzaba a cuestionar si en realidad solo me parecía atractivo o me gustaba.

Fui sacada de mis pensamientos ya que su voz me sacó de ese mini trance:

-Hemos llegado Stone.-

Lo mire confusa, pues esa no es mi casa, es más estamos muy lejos de ella.-Esta no es mi casa Alec, ni siquiera vivo por aquí-

-Lo se Agnes, esta es mi casa y vamos a pasar esta tarde aquí muñequita-Al decir eso bajó del auto y se acercó a la puerta del copiloto la abrió ayudandome a salir

.-Gracias Alec, pero para qué pasar la tarde aquí si tengo mi linda y cálida casita para pasar mi miserable tarde-

-Pues ambos podemos pasar nuestra miserable tarde juntos, además deja de quejarte y entremos estas helada, puedes resfriarte y morir de una pulmonía causando que murieras virgen y no queremos eso ¿verdad preciosa?-

-¿Quien te asegura que soy virgen?, tu no sabes absolutamente nada mi Keldysh.-

-Se más de lo que piensas Agnes, se mucho de ti cariño así que mueve tu precioso trasero y entremos que el clima está de locos- Dicho eso tomo mi mano y me llevó hasta la entrada ignorando mis quejas y reclamos.

Abrió la puerta de la casa y sin refutar entre, era bastante acogedora y muy bonita a paso lento comencé a inspeccionar la casa todo en ella era interesante pues la sala estaba adornada por muchos estante con libros dejándome fascinada.

-Traeré algo de mi ropa para que te cambie y pondremos a secar la tuya no me tardo- Tras decir eso se marchó dejándome sola en la sala, comencé a indagar en cada estante de libros que acompañaba la decoración de la sala, cada estante contenía desde libros infantiles, libros de amor, de terror, misterio, conspiración ,política e incluso de asesinatos.

Decidí tomar un libro que caratula negra que llamó mi atención, lo tome dejándome llevar por la curiosidad lo abrí sin titubear.

Lo primero que llamó mi atención al abrirlo fue que en la segunda página del libro se en contraba el nombre de Keldysh junto al nombre de una chica llamada Casiopea Smoker seguí fisgoneando por las páginas encontrándome un sin fin de poemas, y escritos de amor acompañados por fotos en las cuales se encontraba un joven Keldysh y una joven Casiopea, cuando estaba dispuesta a leer los poemas y pequeños escritos que adornaban las fotos, escuche los pasos de Alec anunciando su regreso por lo que cerré el libro rápidamente y lo puse en su lugar para sentarme, sacar mi celular y simular que chateaba con alguien.

-Ten-Dijo pasándome una gran camiseta negra y una sudadera roja que se veía inmensa-Esto te mantendrá en calor mientras tu ropa se seca y cesa la lluvia en su totalidad, así que cambiate estaré en la cocina muñequita.-

-Gracias Alec eres muy amable-Le di una pequeña sonrisa mientra tome la ropa que me dió-Dime donde esta el baño para poder cambiarme.

-Segundo piso, mano derecha tres puertas después de las escaleras-Dicho eso adentro en la cocina.

Siguiendo las instrucciones de Alec subí las escaleras y encontré la puerta que llevaba al baño, me cambié y puse mi ropa en la secadora que se encontraba en el gran baño para luego bajar y dirigirme a la cocina en donde se encontraba Alec.



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En el texto hay: segundoprimeramor

Editado: 29.07.2019

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