“¿Entonces estas diciéndome que la razón de todos mis dolores es que mi físico es demasiado pobre en comparación con mi actual cantidad total de maná?” preguntó Káel, que lucía algo abatido.
Jamás imaginó que mejorar rápidamente el maná meditando podría volverse un problema para él. Pero después de hablar durante un rato con su padre, Owen llegó a esta conclusión.
“¡Exactamente! Posiblemente muy pocas personas en la historia hayan alcanzado los 47 puntos de maná a los 6 años de edad. Es como querer llenar con más agua un vaso que ya está lleno, eventualmente este se desbordará. Por lo cual, no deberías sorprenderte de que ningún médico del pabellón de novicios entienda sobre tu condición especial, ya que es totalmente única en la actualidad y esas personas ni siquiera son magos oficiales” explicó Owen, rascándose la barbilla. Y luego, dijo con sospecha:
“Lo que no entiendo es como tu maná total, que era de tan solo 38 puntos hasta hace poco de tiempo atrás, se ha incrementado hasta 47 puntos ahora… ¿Acaso has conseguido algún método de meditación especial?”
La joven maga, de nombre Briana, intervino de inmediato al escuchar esto:
“¡Esto no debería ser posible! Solo los novicios avanzados que llevan años estudiando en la academia logran juntar los suficientes PR para poder conseguir algún libro completo del segundo piso de la biblioteca”
Káel sabía sobre esto, lo que decía la bella maga era cierto. Pero la realidad era todavía más dura de lo que dijo ella.
Una vez que se lograba alquilar uno de estos libros, usando una gran cantidad de PR, solo podías conservarlo durante dos días como máximo. Esto era tiempo suficiente para poder leerlo completamente una vez, pero definitivamente no para poder aprender todo su contenido con lujo de detalle. Por esta razón la mayoría de los estudiantes tendría que alquilar unas tres veces el mismo libro, para poder hacer una transcripción completa del mismo, y así comenzar a estudiarlo detalladamente luego. Por supuesto que siempre había genios que lograban aprender todo su contenido importante con tan solo alquilarlo una vez sola, pero estos eran extremadamente escasos en relación a la mayoría de los novicios.
Káel sabía que ya no podía mantener por más tiempo su pequeño secreto, por lo cual tuvo que explicar el asunto sobre haber leído el Basic Magicae Juris Domestici. Pero lo hizo cambiando algunos detalles importantes en su explicación y de forma que pareciera que fue una gran casualidad que este libro cayera en sus manos.
No podía decir que se aprendió el contenido del libro entero en una noche, después de habérselo robado al señor Doyle, ya que esto demostraría frente a un padre que conocía poco y a una completa extraña, que tenía memoria perfecta a su corta edad y que conocía el idioma latín desde antes de ingresar a la Academia Celestine. Con respecto al asunto de robar cosas por curiosidad, ni siquiera merecía ser mencionado en comparación con la gravedad de estos dos asuntos.
Así que tuvo que mentir diciendo que uno de sus compañeros novicios tuvo la amabilidad de enseñarle lo básico de idioma mágico y además compartió el contenido del libro en cuestión con él.
Por supuesto que era poco creíble este asunto por varios motivos, pero era lo mejor que se le ocurrió para explicar como logró comenzar a meditar tan pronto.
Owen tomó la esfera mágica de medición de Káel por unos instantes y murmuró alguna clase de encantamiento extenso. La esfera brilló brevemente, y luego se la devolvió a su hijo.
“En un futuro, si quieres contactar conmigo, podrás hacerlo directamente a través de tu esfera de medición. Nuestras esferas están vinculadas desde ahora” explicó suavemente. Y luego, sin mover los labios, agregó con dureza:
“¡Pero jamás regreses a este lugar otra vez!”
¡Káel se sorprendió bastante! Fue una transmisión directo a su mente, un mensaje telepático que solo él pudo escuchar. Pero no le importó demasiado y casi de inmediato recuperó la compostura. Últimamente había visto demasiadas cosas extrañas como para exagerar por esto.
« Entiendo…. no quieres que tu hijo no reconocido este dando vueltas en tu casita feliz, donde seguramente andas tonteando con chicas todo el tiempo ¡Cabronazo metrosexual! » analizó Káel, en silencio, mientras le mostraba una mueca de desprecio a este padre playboy que le tocó.
“También llévate esto” dijo Owen entregándole una bolsa llena de semillas de aspecto extraño.
“Puedes comer hasta dos por día como máximo y te ayudarán a desarrollar tu físico de forma rápida. Y recuerda no volver a meditar hasta que alcances un equilibrio entre tu físico y tu maná máximo"”
Káel recogió la bolsa y estaba listo para marcharse, cuando la joven maga de mejillas rosadas dijo en un tono recriminatorio pero coqueto, con su dulce voz, mientras lamía uno de sus dedos:
“La pequeña Briana ha sido tu estudiante más devota y fiel durante años, pero nunca ha comido tus semillas, ni tampoco tiene su esfera vinculada a la suya…”
“…” Káel se preguntaba si todas las jóvenes en este mundo eran igual de audaces que esta maga.
« ¡Ufff! ¡Esto se está calentando! Además la retrasada habla de sí misma en tercera persona ¡Esto ya es demasiado para mí por hoy! »
Mientras Owen permanecía duro como una estatua, intentando no fruncir el ceño hasta el máximo, Káel se apresuró hacia la puerta y luego de echarle una última mirada recriminadora a su padre dijo:
“Ya debo irme… ¡Diviértanse!”
~ ¡PUM! ~
La puerta se cerró con fuerza.
***
Muchos meses habían pasado, y Káel ya tenía 7 años de edad ahora. Él había estado comiendo las extrañas semillas que le entregó su padre y también haciendo entrenamiento físico regularmente. Su cuerpo en general se había desarrollado bastante y ahora lucía como un jovencito con músculos bien marcados, lo cual era algo curioso para alguien de su corta edad. Su altura también se había visto afectada, haciendo que mida 10 centímetros más que un joven promedio de su misma edad. Por otro lado, había suspendido totalmente su meditación, seguir aumentando la densidad de su maná rápidamente podría traerle problemas serios. De todas formas, el maná se incrementaría lentamente de forma innata, incluso si no quisiera, debido a su enorme talento mágico.