Las siguientes semanas continuaron de forma normal para Káel, con la diferencia de que ahora solía ingresar ocasionalmente al segundo piso de la biblioteca para memorizar algunos grimorios que había en el lugar. Esto era posible solo gracias a que se había convertido en un Aprendiz de Mago del Primer Círculo Mágico.
Los libros en el segundo piso eran mucho más avanzados que los del primero e incluso podrían encontrarse algunos encantamientos en ese lugar. Por otro lado, tampoco podía darse el lujo de quedarse demasiado tiempo allí, ya que, a diferencia del primer piso, donde la permanencia tan solo costaba 3 PR por hora, en el segundo piso el coste ascendía a un total de 15 PR por hora. En otras palabras, era cinco veces más caro. Incluso alguien como Káel sufría bastante luego de quedarse algunas horas leyendo en el mismo.
Káel contaba con la ventaja de tener una memoria perfecta y una muy rápida capacidad de lectura. Pero, de todas maneras, tardaría un tiempo en leer un libro completo. Y aunque eligiera intencionalmente grimorios cortos para ojear rápidamente, tan solo podría tomar un máximo de unos 6 por hora, debido a las reglas del lugar. Tomando en cuenta que había miles de libros en el sitio, y que era muy caro permanecer en el segundo piso, Káel sabía que no era muy inteligente tomar cualquier grimorio del montón, tan solo porque fuese pequeño. Por lo cual, se enfocó en buscar libros puntuales que realmente necesitara para su progreso y que también podrían ser convenientes para otros miembros de su facción.
Káel también aprovechó las ventajas de su memoria perfecta para transcribir, en sus ratos libres, algunos de los libros avanzados que leía del segundo piso de la biblioteca. Su objetivo era formar una pequeña biblioteca dentro de la base de su facción, que pudiera ser usada para motivar a los miembros a colaborar con la economía de los Duendes del Bosque. En otras palabras, Káel quería que en un futuro la facción les venda a sus miembros los conocimientos necesarios para su progreso, pero a un bajo costo. Una vez que la facción creciera y hubiera decenas de miembros, esto generaría una importante ganancia para los Duendes del Bosque, y al mismo tiempo sus miembros podrían mejorar y obtener conocimientos de forma mucho más económica que dentro de la Gran Biblioteca.
Por supuesto que esto no era algo que solo se le hubiera ocurrido a Káel, ya que, algunas de las grandes facciones tenían implementado un sistema similar a este. Pero, definitivamente necesitarían de mucho más esfuerzo para lograrlo al no disponer de alguien con memoria perfecta como él. Además, como líder de la facción, era su responsabilidad decidir como quería manejar las ganancias que llegarían a través de la biblioteca en crecimiento de su facción. Y como él era el principal aportante de libros y grimorios actualmente, nadie le diría nada si quería tomar las mismas para sí mismo.
« Debo obtener ganancias amigos… » Káel sabía que todos ganaban con este arreglo. Los miembros de la facción ganarían conocimiento, por un modesto precio, y él ganaría muchos PR en un futuro.
En relación a los exámenes de circulo, solo Káel y su grupo original habían aprobado. Alice y Blanca fracasaron estrepitosamente en el examen para obtener el segundo circulo. Y Aldair también falló en el examen del tercer circulo. Esto no sorprendió a nadie, ya que se trataba de la primera vez que tomaban los respectivos exámenes y era algo normal fallar en la primera oportunidad.
Los Duendes del Bosque ahora estaban compuestos por cinco miembros del primer círculo, uno del segundo circulo y Kendra, quien todavía era una sin circulo ya que, decidió no presentase al examen. Sin duda serían considerados por cualquiera como una pequeña facción, que ni siquiera tenía un solo tercer circulo entre sus filas, y que podría ser aplastada por cualquiera.
Con respecto a Kendra, últimamente estaba trabajando muy diligentemente y era la que más rápido estaba avanzando de todos. Debido a que básicamente vivía a costa de Káel, para quien transcribía libros y juntaba ingredientes de alquimia a diario, ella se pasaba mucho más tiempo en la base, en comparación al resto de los miembros de la facción, debido a que no necesitaba recorrer un largo camino hasta la Gran Biblioteca para conseguir misiones o estudiar.
Káel regularmente buscaba libros que le fueran útiles a ella, para su desarrollo mágico personal. Estos solían ser los relacionados con sus tres afinidades: Agua, Tierra y Oscuridad. Luego, él los resumiría considerablemente en su mente, y haría que Kendra pase algunas horas por día escribiendo, mientras le dictaba el contenido del resumen. Esta asociación era de mutuo beneficio, ya que, así se incrementaba rápidamente la biblioteca de la facción y Kendra podría lograr obtener los conocimientos necesarios para su desarrollo mágico, y sin necesidad de tener que salir de la base.
Esto había acelerado su progreso personal de forma considerable, y sus atributos se estaban desarrollado un poco más rápido que los del resto del grupo.
Se podría decir que ella debería estar feliz con este arreglo, aunque últimamente era difícil saberlo, ya que, sus rutinarias acciones del día a día la habían vuelto un poco reacia a comunicarse con otros o gesticular su rostro.
Se podría decir que ella pasó de ser una persona arrogante y orgullosa, que disfrutaba de los conflictos activos, a alguien bastante rara. Normalmente los miembros de la facción no podrían entender en que pensaba, a veces ella se quedaba en blanco, mirando a la nada misma, entre otras conductas extrañas que había ganado últimamente.
Un tema candente de conversación que surgió en este tiempo entre los aprendices fue sobre una extraña enfermedad que se expandía desde el oeste del continente y que afectaba a casi todos los seres vivos.
Originalmente el tema surgió como meros rumores traídos por los nuevos aprendices que apenas habían ingresado en el pabellón recientemente. Pero, con el pasar de los días, cada vez más jóvenes hablaban sobre el asunto y, aunque era algo que sucedía muy lejos de la academia, todavía era un tema muy hablado por todos; debido a los extraños síntomas que causaba esta enfermedad en los seres vivos que la padecieran.