Mi Séptima Reencarnción # Libro 1 Completo # saga Deidades

Capítulo 30: Misión de Facción #5

~ ¡¡BooM!! ~

 

El ruido de la explosión ensordecedora, llegó hasta donde estaban escarbando Káel, Cedric, Kendra, Desmond y Morgani, intentando encontrar a los gordos desesperadamente; con la esperanza de hacerlo antes de que murieran por falta de oxígeno o frio.

Debido a la potente explosión, el grupo se puso en alerta de inmediato; temiendo que una segunda avalancha pudiera llegar ante ellos en cualquier momento ante cualquier posible peligro.

Cedric comenzó a conjurar nuevamente una especie de escalera alrededor del gran árbol cercano, siempre era mejor estar preparado de antemano.

Pero lejos del posible deslizamiento de nieve que esperaban, lo que calló cerca del grupo fue algo muy diferente.

Pedazos de carne negra y roja se desparramaron por los alrededores en forma de una lluvia macabra. Y un brazo rostizado, quedó colgando en el aire, enganchado desde la rama de un árbol cercano.

« Qué demonios… » pensó Káel, confundido, antes de poder hacerse una idea aproximada de lo que había sucedido en su mente.

El grupo estaba aturdido y aterrado.

« Me pregunto si ese brazo pertenece de Tullido, Killian o Aldair. » pensó Káel, mientras salía de su aturdimiento. Él sabía que el ruido de la explosión había sido similar al provocado por una esfera del terror, ya que, ninguna clase de magia que conociera sonaba de esta forma.

Los demás no fueron tan rápidos para recuperarse, ante la aterradora escena, y se quedaron aturdidos hasta que vieron volver a Killian a toda velocidad, como si su vida dependiera de esto.

“¡Hice todo lo que pude, pero no conseguí salvarlo!” gritaba Killian, desesperado.

El grupo estaba sumamente confundido, mientras sus pensamientos se arremolinaban alocadamente.

« ¿Qué ha pasado exactamente? »

« ¿Por qué Killian corre tan desesperadamente? »

« ¿Quizás otra avalancha de nieve se aproxima? »

Káel fue el único entre todos que se hizo una idea aproximada de lo que estaba pasando, y comenzó a formar algunos sellos con sus manos; mientras ajustaba su respiración y la frecuencia vibratoria de su maná a las condiciones correctas.

“¡Te ma-ma-mataré estu-estu-tupido!” tartamudeaba con furia Aldair, mientras le lanzaba sellos asesinos a Killian; que causaban destrucción a su paso. Por suerte para este último, era sumamente veloz y Aldair no podía alcanzarlo a pesar de que era mucho más poderoso que él.

Pero nadie podría escapar para siempre.

¡Glacies Carcerem! (Prisión de Hielo)

~ ploc ploc ~

~ ploc ploc ~

Káel terminó los respectivos sellos, y lanzó su poderosa magia de hielo sobre Killian y Aldair por igual.

Ambos quedaron congelados, casi completamente, e inmóviles en el lugar. Solo sus cuellos y cabezas permanecieron sin hielo ahora.

“¡Deténganse los dos! Si alguno intenta escapar o atacar al otro, les juro que los mataré a ambos yo mismo.”

Killian pareció aliviado al ver que Káel tomó cartas en el asunto, y se calmó como un cachorro que encontró a su madre.

Pero Aldair era un experimentado segundo circulo, que estaba muy cerca de poder avanzar, y no pareció intimidado en lo más mínimo por la intervención de Káel. Además, estaba lleno de furia por haber visto como este idiota de mente escueta, cuya única virtud en la vida era ser veloz, había logrado explotar en mil pedazos a uno de los miembros originales de los Duendes del Bosque.

Killian había matado a un querido amigo suyo frente a sus ojos y, a pesar de que normalmente Aldair solía ser un tipo tranquilo, en este momento, la furia y el odio que sentía no podría ser reprimida por solo palabras.

Sencillamente, la situación no podría resolverse con un simple: Disculpa, exploté a tu amigo por error, pero no te preocupes, luego te compraré otro 😉.

“¿Qué ha sucedido?” preguntó Káel, en un tono severo.

“Es-es-es- grr ¡morir!” Aldair estaba tan enojado mientras miraba fijamente a Killian, que ni siquiera podía tartamudear con normalidad, y le era imposible comunicarse.

Killian aprovechó la ocasión, y se explicó con cierta dificultad:

“Hubo un accidente… un terrible accidente… estaba salvando a Tullido, pero por mala suerte, una esfera del terror calló de su túnica y explotó…”

El grupo pareció reaccionar ahora y miraron hacia los alrededores, con sus rostros estáticos.

Hasta el menos listo entre ellos entendió ahora que los pedazos carbonizados de carne que yacían desparramados por la nieve, eran partes de Tullido. Además, Killian tenía su rostro oscuro y su cabello semi rostizado, claramente también había sido afectado un poco por la explosión cercana.

Cuando la situación no podía volverse más extraña, una carcajada enfermiza se escuchó desde el fondo del grupo.

Era Kendra, ella comenzó a reír maniacamente sin parar; mientras frotaba sus manos locamente, provocando que el resto del grupo se aleje un poco de ella. Cedric fue el que más se alejó, ya que, ella lo miraba fijamente por alguna razón.

“Sangre por sangre.” Aldair, en un estado totalmente colérico, finalmente logró decir una frase completa sin tartamudear. Y, si las miradas pudieran matar, Killian ya habría muerto 100 veces ahora.

Cedric aprovechó la conmoción entre estos dos para alejarse de Kendra lo más posible y se colocó con supuesta valentía entre los dos cubos de hielo humanos. Luego, golpeándose el pecho con confianza, y mirando a Aldair, sentenció:

“Si te metes con Killian, te metes conmigo.”

Estos dos llevaban mucho tiempo siendo amigos, pero lo realmente importante para Cedric era alejarse de Kendra lo más posible, y que mejor excusa que hacerlo mientras fingía involucrarse en los asuntos de otros con valentía.



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En el texto hay: aventura, magia, reencarnación

Editado: 11.05.2020

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