Mí silencio tiene voz

capitulo 1 Mi discapacidad

Zuri

Antes de nada, quiero compartir mi historia, mi día a día, mi experiencia personal siendo una persona con discapacidad y me acompaña en la vida
Desdé una edad temprana comprendi que no tenía las mismas capacidades que me rodeaban eso creía .

Está revelación fue un proceso gradual lleno de momentos de confusión y aprendizaje .

Mi discapacidad se manifiesta de diversas maneras lo que ha influido en mi desarrollo tanto habilidades motoras como emocionales .

En la infancia había dificultades que a menudo eran invisibles para quienes no las experimentaban .
Las actividades físicas no me gustaban porque odiaba clases de educación física
Vivir con una discapacidad en una sociedad con llena de prejuicios es un reto porque hay mucha empatía .

Con el paso del tiempo aprendí a aceptar mi discapacidad y no determina quién soy sino que agrega una capa a mi identidad que me ha enseñado lecciones valiosas sobre la resiliencia , la empatía y la perseverancia .

He llegado a ver mis desafíos como oportunidades para crecer y encontrar soluciones creativas a los obstáculos que se presentan en mi camino .

Este viaje hacia la aceptación ha estado lleno de altibajos ,ha habido momentos de silencio , frustración y tristeza pero también de triunfo y alegría cada pequeño logro ha sido motivo de celebración desde aprender a adaptarme a diferentes entornos hasta entablar relaciones que me brindan apoyo incondicional .
No solo quiero hablar sobre la discapacidad en si también sobre el impacto que ha tenido en mi vida y en la forma en que percibo el mundo que me rodea .
Aunque las limitaciones pueden ser desafiantes cada persona tiene la capacidad de superar barreras y encontrar su propio camino hacia la realización personal pensé que si alzaba mi voz todos me escucharían y mis palabras tendrían de modo valor
Sin embargo a estas alturas de vida comprendo que es mi silencio quién me hace ser fuerte .
Hasta que llegó el novio de mi madre , el ambiente de la casa cambio radicalmente .
Al principio fue difícil describir casi no podía percibir como una sombra que se cuela bajo la puerta sin hacer nada de ruido .

Ya no me sentía libre de moverme como quería, de hablar sin medir mis palabras ,de existir sin pedir permiso .

Su presencia no era violenta de inmediato pero constante vigilante y con el tiempo se volvió asfixiante
Desde que él llegó, el ambiente .

Yo ya cargaba con una diferencia que a veces me pesaba más que el cuerpo.

Pero con él en casa esa diferencia se volvió un blanco .

Cada gesto mío era corregido , cada paso observado con desprecio
"No pongas esa cara ".
"¿ Por qué caminas así"
"Otra vez vas a llorar? "
No decía de entre gritos lo decía con una voz que me desarmaba más que cualquier grito

Mi madre no lo veía o no quería verlo tal vez pensaba que él me estaba exigiendo ayudando a mejorar endureciendome para la vida pero él hace para romperme poco en partes invisibles.
Y mi discapacidad, que ya era parte de mi identidad
comenzó a dolerme de otra forma como si fuera una culpa que debía esconder
Ahí donde comprendí que no siempre el peligro se anuncia con golpes o gritos .

A veces se disfraza de normalidad de familia"de esto es por tu bien".

Me refugie en mis libros,en mi mundo interior ,en la música que escuchaba con los cascos puestos a todo volumen como un escudo no porque tuviera nada que decir sino porque comprendí que en mi propia casa nadie estaba listo para escucharme .

Me acostumbré a medir mis pasos a no hacer ruido a fingir que no sentía, que no veía nada .

Aprendí a leer el ambiente como se lee un mapa de guerra cada: gesto cada silencio ,cada sombra me decía si era seguro, respirar mi cuerpo se volvió alerta,mi mente en una coraza
No porque quisiera sino porque sobrevivir se volvió una tarea diaria
Nadie pregunto, nadie vio o tal vez sí pero mirar duele y escuchar compromete así que fui quedándome sola.
Y cuando uno se queda solo en su dolor ese dolor se hace en casa .

Pero también aprendí que el silencio no me rompió .

Me dio un lenguaje distinto .
Me enseñó a leer los gestos de quienes sí importan a identificar una mirada que abraza sin invadir .
Desde ese momento me volví experta en callar aprendí a sonreír cuando quería llorar,a fingir todo me dolía .
No quería darle más razones para que pensara que yo era una carga ,un error , una presencia incómoda.

Empecé a esconderme,no sólo en los rincones de la casa sino dentro de mi misma
Cada vez que escuchaba sus pasos por el pasillo mi cuerpo se tensaba.

Mi mundo se reducía a esquivar miradas,a evitar palabras ,a desaparecer sin moverme .

Lo más duro no fue su presencia sino como su presencia borraba mía
Con el tiempo me convenci de que si no me molestaba si no hablaba si no pedía entonces quizás alguien me aceptaría,
Me convertí en una niña que observaba más de lo que decía que entendía antes de preguntar que tragaba las palabras por miedo a que fueran malinterpretadas , ignoradas o peor aún despreciadas .

Al principio la miraba buscando una señal ,un gesto de esos que antes bastaban para sentirme segura pero ya no estaban.

Había algo en su forma de hablarme que cambió como si al llegar él yo también me hubiera vuelto una presencia incómoda.

Como si ser yo con mi forma de andar, de pensar , de necesitar el mundo distinto fuera demasiado para la nueva vida que ella se estaba construyendo .

Empecé a medir mis palabras a calcular mis movimientos y a hacerme pequeña y ella no empezó a notarlo .

No me gritaba ,no me rechazaba abiertamente pero ese es el tipo de dolor que más duele el que no tiene nombre,el que se instala entre dos personas que se amaron bastante y que ahora se cruzan en el pasillo como si fueran sombras .

Una noche mientras escuchaba sus risas desde la cocina esas risas que eran nuestras .




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