capitulo 5 :La primera vez que no me escondí

Zuri

Después cierro la ventana con cuidado y me siento frente a mi escritorio metida en mis pensamientos .

De repente mi madre entra en la habitación y me informa que van a salir lo que significa que me quedaré sola en la casa .

Me dice que tengo la cena lista en el microondas y antes de irse me lanza una última mirada dándome instrucciones para que no me olvide de calentarla .

Luego sale de mi habitación cerrando la puerta dejándome sola en la tranquilidad y el silencio de mi espacio personal .

Después mi madre se va y la casa se queda en un profundo silencio y me apoyo en la puerta durante un instante.

Tomo una respiración profunda el aire a mi alrededor se siente más ligero en este entorno desprovisto de voces que me rodean de miradas que me evalúan o pasan desapercibidas .

Me voy hacia el espejo que se encuentra y me analizo detenidamente .
No estoy en busca de belleza ni de la aprobación de nadie simplemente deseo sentir mi propia presencia
estoy aquí, soy yo .

Me encuentro sentada frente al escritorio pero no con la intención de escribir .

Esta vez mí propósito es simple experimentar y dejarme llevar por mis pensamientos y emociones .

Mis dedos se deslizan suavemente sobre la superficie del escritorio como si intentarán alcanzar algo más profundo que la fría madera una parte de mi que había estado latente adormecida en el silencio del tiempo .

Saco la libreta de su escondite no con la intención de ocultarla sino con el deseo de abrirla y explorar su contenido sin temor mis manos recorren las páginas una a una .

Algunas están marcadas por las huellas de lágrimas secas evidencias de momentos de vulnerabilidad mientras que otras están repletas de palabras que he ido tachado con fuerza como si quisiera borrar pensamientos que ya no me pertenecen .

Sin embargo a pesar de las imperfecciones y botones reconozco que cada una de estas páginas es un reflejo de mi alma todas sin excepción son parte de mi historia .

Tomo el bolígrafo con firmeza y, sin dejar que la duda me detenga, plasmo en el papel una única frase:

No quiero seguir guardándome .

Al poner esas palabras en la hoja siento como algo dentro de mi se libera.

No se trata de un grito desgarrador ni de un llanto sobrevenido es como si una grieta se abriera en mi pecho permitiendo que la luz , brillante y cálida comience a filtrarse a través de ella.

Tras escribir la necesidad de expresarme se apodera de mi y empiezo a bailar moviéndome en la soledad de mi habitación sin temor alguno .

Cierro los ojos y permito que mi cuerpo se exprese sin interrupciones.

Empiezo a girar lentamente, sintiendo cómo mis brazos se abren hacia los lados, como si quisieran abrazar el aire que me rodea.

Mi pelo se cae de su recogido y se desliza lentamente , cayendo sobre mi rostro, acariciándolo.
A mi alrededor no hay música para que guíe mis movimientos, pero en lo más profundo de mi alma suena un ritmo sin temor .

Es el latido de mi corazón, un pulso sereno que marca el compás de este baile interno, conectándome con el momento presente con una sonrisa.

Un momento, me dejo caer al suelo. No lo hago por sentir tristeza o por el agotamiento del cuerpo. La razón detrás de mi caída es la intensidad de las experiencias y momentos que he vivido. Me tumbo boca arriba , sintiendo cómo mi respiración y mis pensamientos se calman lentamente.

Echo la mirada al techo, y, sin comprender perfectamente el motivo, una sonrisa se dibuja en mi rostro.

Estoy viva —Susurro lentamente

Soy yo. permitirme ser libre por primera vez .

Con firmeza, me levanto y me voy hacia el cajón donde guardo algunas cosas que creí que ya no me pertenecían. Abro la tapa con delicadeza y busco entre los objetos olvidados. Mis dedos tocan una pulsera de colores brillantes, una de esas que solía llevar cada vez que me sentía completamente libre y en armonía con el mundo entero. Sin pensarlo mucho saco la pulsera y me la coloco en la muñeca. La miro con cariño, admirando cómo los colores brillan a la luz, como si fuera un amuleto que guardan mis recuerdos y mis emociones más profundas.

Después, sin pensarlo dos veces, enciendo la pequeña lámpara que solía mantener apagada. Quiero que esta noche esté iluminada. Deseo que este espacio, que durante tanto tiempo ha sido mi escondite se transforme ahora en el refugio elegido .

Mientras me siento nuevamente frente al escritorio, con la libreta abierta ante mí, agarro el bolígrafo y escribo una frase más:

Hoy ocupé mi lugar sin pedir permiso a nadie .

Justo en el instante en que estoy de cerrar la libreta una melodía empieza a sonar desde el pequeño radio que tengo en mi habitación .

No tengo ningún recuerdo de haberlo encendido recientemente .

Al principio los acordes que se desprenden del altavoz me parecen extrañamente familiares aunque no puedo precisar la razón de esa conexión.

En el preciso momento en que escucho la voz de la cantante algo en mi interior se paraliza como si el tiempo mismo se detuviera atrapandome en una mezcla de nostalgia y reconocimiento .

Es una canción delicada y suave que esta acompañada de una letra que parece escrita del mismo lugar emocional en el que me encuentro .

La canción relata la historia de una chica que durante un largo tiempo de su vida se sintió como una sombra como si su vida no tuviera importancia en el mundo que la rodea .

Sin embargo a pesar de esa profunda sensación de indivisibilidad la letra también resalta una luz que aún brilla dentro de ella esa chispa de esperanza y vitalidad que nunca extinguió del todo y que sigue luchando por salir a la superficie.

Me siento en el borde de mi cama con los abrazos rodeando mis rodillas mientras permito que cada palabra de la canción me atraviese a mi alma .

No lloro en lugar de eso me dedico a escuchar con atención porque en este momento la canción que suena no es únicamente una ejecución musical soy yo misma .