Pasamos casi toda la noche viendo las estrellas en el jardín como en los viejos tiempos.
–Recuerdo que cuando éramos niños te decía que te casarías conmigo algún día
–Si lo recuerdo bien (dije nostálgica)
–Recuerdas ese día que te tire por las escaleras y mi tío se enojó conmigo
–Si
–Que le dijiste para que me perdonará
–Yo no le dije nada
–A caso crees que no te conozco tramposa
Me paré muy rápido del pasto y empecé a correr para que no siguiera con el tema, pero Behlül me siguió la corriente y fue tras de mí
–No te escaparas
–Asi...
Corrí hasta mi habitación y cerré la puerta enseguida Behlül entró, me tiró en la cama y comenzó a hacerme cosquillas, lo cual yo no soporté y le seguí el juego.
No podía creerlo parecíamos un par de niños pequeños jugando a las atrapadas en el jardín o a los encantados, pero en ese momento no nos importaba eso, si no que nos importaba más, seguir recordando esos viejos tiempos en los que nos divertíamos tanto.
Behlül regreso a su habitación y yo simplemente me recosté y pensé en él, pensé en porque esa actitud tan extraña nunca se había comportado de esa forma solo lo había visto así cuando por primera vez amo a alguien. Ahora creía lo peor, quizá Behlül estaba enamorada de mi, o tal vez yo estaba enamorada de él, no sabía cómo reaccionar ante esta situación pero decidí calmarme y dormir hasta el día siguiente.
Desperté de pronto y ya era de día Sarp estaba mirándome dormir, pero no le hice mucho caso.
–Hola querida estás bien
–Hola Sarp, si estoy bien no te preocupes por mí
–Pero como no me voy a preocupar por ti si tú lo eres todo para mí
–Te amo
–Y yo a ti, vamos te tengo una sorpresa, arréglate que saldremos pronto
–Esta bien
Estaba muy emocionada por la sorpresa que Sarp me daría, pero al mismo tiempo tenía un mal presentimiento sobre lo que podría pasar.