Sol.
Ya ha pasado una semana desde mi última charla con Joseph, el y Daniel salieron para invitar a todas las manadas a la fiesta de presentación.
"Extraño tanto a mi lobito".
Por mi parte, decidí quedarme para ayudar en los preparativos aún que no hago gran cosa ya que no me lo permiten, Liz me ayudó a elegir un hermoso vestido rosa, la verdad estoy algo nerviosa pues ya falta muy poco para la fiesta.
Mientras camino por los pasillos a lo lejos escucho algunos gritos de una voz realmente molesta.
-Eres una incompetente, ¿Cómo es posible que no sepas donde se encuentra tu Alfa?- Era una mujer de pelo negro y ojos profundos, "Es muy linda, lástima que sea una pesada" pensé.
-¿Qué pasa?- pregunto interrumpiendo la vergonzosa escena que se encuentra provocando está chica- ¿Necesita algo?- pregunto alzando la ceja.
-Eso a ti no te interesa- me dice con indiferencia- supongo que mi Joseph tiene juguetes nuevos- me mira con desprecio.
-¿Perdón?- "¿Mi Joseph?", ¿pero quien se cree está mujer?" pienso con algo de molestia.
- Al parecer no te han enseñado a respetar maldita humana- dice mientras levanta el brazo y cuando está apunto de darme una bofetada..
Joseph.
Después de varios días fuera al fin regresare para poder ver a mi luna, Daniel y yo visitamos todas las manadas para dar la noticia de la llegada de mi luna, los invite a la fiesta de presentación para que todos conozcan a la hermosa mujer que tengo a mi lado.
Además no sólo eso me emocionaba, pues acordamos completar el laso esa misma noche y por fin mi luna sería completamente mía.
Después de unas horas llegamos a la mansión y fui el primero en salir pues moría por ver a Sol, mi hermosa luna.
Al llegar escucho como mi luna discute con alguien, me acerqué para ver de quien se trata, "¿Quién se atrevía a molestar a mi luna?" al observar veo a Claudia apunto de abofetear a mi luna
"¿Qué hacía ella a qui?"
-¡¿Qué está pasando?!- pregunto con enojo, "¿Cómo se atrevía a posar sus sucias manos en mi luna?" el que hubiéramos crecido juntos no le da ninguna autoridad en esta casa y menos derecho de tocar a mi luna.
- ¡Esta gata no sabe respetar!, sólo trataba de darle una lección- dice mientras trata de abrazarme.
- Esa "gata" como tu le dices es tu luna- le digo mientras me apartó de ella y tomó de la cintura a mi Sol- así que la que debería tenerle respeto eres tú.
- ¡¿Luna?!- me dice con una mirada llena de asombro- pero eso no es posible, tu no puedes estar con nadie que no sea yo.
Por un momento me sentí mal al ver sus ojos llenos de lágrimas, ella es como una hermana para mi y nunca la veré de otra forma.
- Claudia tienes que entender que la única relación que tendremos será una simple amistad- le digo con firmeza.
Ella se va sin decir nada, sólo mira a mi luna con odio y después sale por la puerta.
-¿Quién era ella?- pregunta mi luna con duda y un poco de disgusto en su mirada.
- Es una amiga de la infancia que al parecer confundió cariño con amor- le digo dando un beso en su frente- pero yo sólo te puedo amar a ti mi luna, eres la mujer con quien quiero pasar hasta mis últimos días.
Ella me abraza y me da un corto beso.
- Te extrañe lobito..