Despierto como de costumbre, que bueno que hoy es sábado, dia nuevo, vida igual y sentimientos aburridos. Me da pena mi vida.
Hoy salgo con mis "amigos" pero la verdad no se si son mis amigos o solo los utilizo para no aburrirme. No puedo creer lo manipuladora que soy.
Bajo las escaleras y encuentro mi desayuno en la mesa, veo que hay una nota en la refrigeradora, la arrancó y empiezo a leer.
- Mia, salimos a traer del aeropuerto a tu primo y sus tíos, ellos tienen dos amigos, que se quedarán a vivir en la casa, ordena la casa venimos a las 8:00am.- lo leo en voz alta.- espera un momento¿que hora es? -me digo a mi misma.
Miro el reloj que está en la pared. Son las 7:30am, no manches, en treinta minutos van a llegar aquí. Subo rápidamente a mi cuarto me baño, salgo de la ducha y me cambio. Vuelvo a ver el reloj y son las 7:55am.
- me demore veinticinco minutos, ahora a limpiar la cocina, luego una barrida a toda la casa y listo - vuelvo a hablarme a mi misma.
Lo hago todo en un dos por tres y por fin acabo. Me echo en el sofá toda cansada. Sin darme cuenta me duermo, toda desparramada en el sofá.
- Mía, Mia- escucho una voz, alguien me mueve todo el cuerpo, sus manos son delgadas, su solo tacto me demuestra que es la tía.
- ¿Que paso tia?- bostezo, mirándola a los ojos.
-hija, lo siento por hacerte limpiar, pero tus tíos no van a venir- esto es una broma, yo que me esfuerzo tanto y para nada. Da igual solo lo hice una vez, si lo sé, soy floja, no ayudo en nada.
- esta bien tía- me levanto, dirigiéndome a mi cuarto, con una cara de malhumor. Su voz me detiene.
- Mía, pero si van a venir sus amigos con sus hijos- me dice la tia, estoy apunto de explotar.
- bien - trato de no sonar enojada- ¿a qué hora van a venir?
- están en camino , supongo que estarán aqui a las diez en punto- me alegro porque hay mucho tiempo.
- esta bien, voy a mi cuarto hacer mi tarea- Alexa se sorprende, no muchas veces le digo que hago y que no hago, es que es mi tía y la verdad no le prestó mucho atención. Mejor dicho a nadie le prestó atención.
-te aviso, para que bajes y los saludes- le hago una señal de que lo haré.
- tía Alexa, ¿hasta cuándo se van a quedar?- le pregunto cuando ya estaba por terminar las escaleras.
- No lo sé- me mira con una cara de reproche, se que es porque ni siquiera han venido y ya los estoy botando, pero no es botarlos sino la curiosidad de saber. Es como cuando te vas de viaje y preguntas cuando va a regresar.
Abro la puerta de mi cuarto y veo a un gato, color plomo con negro, es en forma de rayas, sus orejas son blanquitas, la parte de su boquita es blanca, al rededor de sus ojos son blancos y sus ojos son verdes.
-Maravilloso- lo digo con ironía- ¿cómo habrá entrado?
Veo la ventana y esta abierta, pero si yo lo había cerrado, esto es obra del diablo.
- vete, shuu- le digo al gato, espantandolo con mi mano.
- miau- maulla el gato, estirándose en mi cama.
- fuera- le grito, posicionando mis manos a los costados de la cadera.
- Mia-grita la tia-¿ has visto a un gato?
Veo al gato, mi mirada demuestra molestia, el animal vuelve a decir miau, su carita es inocente, sus ojos me hipnotizan al instante. Lo cargo y siento vibrar el cuerpo del gato, esta ronroneando. Sin darme cuenta, lo acaricio, su pelaje es suave, huele a perfume de hombre, como es esto posible, acaso le echan perfume.
- Si tía, ahora te lo traigo- grito y empiezo a bajar las escaleras.
- hay pobre gatito, se ha perdido en esta enorme casa- lo dice, mientras me lo quita de los brazos. Ruedo los ojos y en ese momento veo el reloj, son las 9:50.
- ¡¿Qué?!- grito.
El gato se espanta y sale "volando" de los brazos de la tía, ella hace una mueca de dolor, al parecer le araño.
- Mía ¿por qué gritas?- me dice enojada, mirándose el brazo, de donde chorrea sangre, es como la lluvia pero en rojo, caen gotas al piso.
- lo siento, en verdad- le digo. Ella se va hacia el baño. Suena el caño como si hubiera un huracán.
De pronto, suena el timbre de la casa, me miro como estoy vestida, tengo puesto un short de color marrón claro, mi blusa es blanca, mis brazos están descubiertos, uso unas sandalias de color negro con perlas blancas. Supongo que esta bien, abro la puerta y veo a un chico un poco mas alto que yo, sostiene de la mano a una niña pequeña, a su atrás hay una señora y señor.
- Buenos días- les digo, arrimandome a un costado y dejándoles pase.
- buenos días- me dicen todos.
La tia sale del baño y los encuentra sentados en el sofá. Me acerco a ella, la tía me fulmina con la mirada.
- tía este...me voy a mi cuarto.- le digo.
- si, corre- me dice, confundida y a la vez molesta.
Me alejo lentamente, subo las escaleras, siento la mirada de los presentes. Me apuro en subir, para estar lejos de las personas. No deseo entablar una conversación ni mucho menos mi confianza. Estoy segura que la tía Alexa piensa que estoy cambiando, que socializo más, pero la verdad es otra.
Mis padres han muerto y lo sé muy bien. Llegó a la puerta de mi cuarto. Me desplomo en ella, apoyando mi espalda. Estoy llorando, ¿por qué cada vez que recuerdo a mis padres lloro? ¡ Maldita sea!