Mi soledad

11.- "Conociendo a Adrien, alias el chico borracho"

Mia:

Estoy echada en mi cama pensando, lo que me dijo Maycol. No fui a la escuela, a pesar de que no me gusta faltar tuve que hacerlo, ya no alcanzaba el tiempo. Miro el reloj y veo que son las 1:03 pm.

- me pregunto que estarán haciendo hoy, el primer día de la semana y yo faltando, ja, no puedo creerlo- me dije.

Salgo de la habitación, empiezo a caminar descalza por la casa, pongo la alerta anti robo y cierro con seguro la puerta. Encaminó mis pasos hacia el jardín, traigo puesto una falda blanca, que me llega un poco menos de la pantorrilla y un top blanco, solo tapa hasta mis costillas.
Es refrescante estar así. Se siente libre.

No puedo creer que me haya olvidado por un momento de Junior, con todo esto de la mudanza, me siento estresada. Desearía que él me dijiera: "¿quieres ser mi novia?" igual que lo hizo Maycol. Si tuviera el valor de decirle cuanto lo amo, me daría cuenta de la verdad ¿me ama o no ama? Junior es una persona increíble, cuando estuve en problemas, él no se como, pero me hacía divertir de una manera que nadie lo hizo, es tanta casualidad. Empiezo a pensar que Junior realmente me ama. Sin embargo no puedo sacar conclusiones, sino tengo las pruebas definitivas.

- ¿que haces aquí sola?- me pregunta una voz.

- relajándome de las personas- respondo, sin importar quien es la persona que me habla.

- estas hermosa- comenta.

- gracias- volteo a mirarlo- supongo que tu también.

- yo te alago y tú supones ¿es en serio?- me dice el chico borracho, ahora no lo está pero ese es el apodo que le puse.

- si ¿como te llamas chico borracho?- le pregunto.

-¿chico borracho? Solo me viste una vez de ese modo y ya me pones apodo, no lo puedo creer.

- pues creelo - le digo.

-Ajá- dice enredando sus brazos-me llamo Adrien.

- Adrien - digo saboreando cada letra.

- si - dice, como si no hubiera entendido.

- ¿por que no fuiste al colegio?- pregunto.

- me aburre, solo voy cuando me da la gana- dice.

Se sienta a mi lado en el pasto.

-¿no piensas estudiar?- digo mirándolo fijamente su perfil.

- no me importa.

- sabes que no siempre estarán tus padres o tu familia para ayudarte ¿verdad?

Completo silencio.

- lo sé, pero mis padres son un caos, siempre están que discuten, nunca me han prestado atención en su vida, siento que soy una carga para ellos. Por eso me fui. - dice con una voz lastimera, que me hace querer llorar- pero ellos pagan mi estadía aquí. Así que sigo siendo una carga.

Se echa en el pasto, observando el cielo despejado.

- deberías demostrar que eres más que una carga, no te desanimes, pero lo que si te recomiendo es comprenderlos a pesar de ser como son, algún día se irán de este mundo y será el día en que pienses que perdiste el tiempo alejándote de ellos, sin solucionar nada.

- entiendo, pareces muy segura de lo que dices.

- si- digo con voz triste - espero que tus padres hagan el esfuerzo de entender lo que en verdad necesitas, porque ellos también se arrepentirán de no haber pasado el tiempo contigo, cuando más los necesitaste.

Suspiramos al mismo tiempo. Nos miramos cómo si hubiera sincronización entre nosotros. Sonrió y aparto la mirada. Adrien parece seguir observando, me empiezo a poner nerviosa. Siento una electricidad que me recorre en todo el cuerpo cuando toca mi mano. Él hace una sonrisa de modestia cuando nota mi nerviosismo y se pone de costado contrario al mio.

No se de que hablar. Este silencio me hace sentir incómoda.

- Mia ¿verdad?-me pregunta, aún siguiendo de costado.

- si¿ por qué?

- no lo sé, solo que me has convencido, tus palabras me llegaron al corazón.

-¿ de verdad?

Por fin hago algo bueno.

- si, por eso...- dice sentándose y mirándome. Antes de que diga algo más le abrazó.

- que bueno, me alegra- digo emocionada y abrazándolo con delicadeza.

Él está callado¿qué le pasó? Dejo de abrazarlo y su mirada es de sorprendido.

- oye, Adrien- le digo dándole unos pequeños golpes en la mejilla, pero suaves.

Al final reacciona y me mira. De repente me abraza con fuerza, ahora yo soy la asombrada.

- te agradezco mucho Mía, no se porque pero siento que vamos a ser los mejores amigos, desde ahora eres mi amiga. Mañana iré al colegio contigo.

Me deja de abrazar.

- por cierto¿por qué no fuiste al colegio hoy?- me pregunta.

- Ah eso, me doble o no se que pero mi tobillo me duele.

- a ver enséñame.

Pongo mi pierna encima de sus manos. Verifica mi tobillo y presiona justamente en donde me golpeé contra, supongo que el piso.

- auch, basta Adrien- le exijo.

- lo siento.- dice avergonzado de lo que hizo.

- espero que para mañana ya no me duela.- suspiro ante mi comentario.

- eso espero. Vamos adentro.

Adrien se para y me extiende la mano como un caballero. Cuando iba sostenerla. Él apartó la mano, con una sonrisa burlona.

- eres malo- le dije.

Me levanté yo misma. Sacudí mi falda por si algo se me pegó.

- eres muy chistosa cuando te enojas - me dice, aún con esa sonrisa que quisiera borrarla de su cara.




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