Mi soledad

22. Accidente

Mía:

Sin darme cuenta había llegado el lunes. Tuve que levantarme, ducharme y alistarme, eso hice.

Pase un rato en ropa interior debido a que no había traído mi uniforme. Prendí mi celular eran las 5:00, tal vez nadie este despierto. Me dispuse a salir de ese cuarto. Camine por el pasadizo, pase por la cocina, luego la sala, hasta llegar a mi otra habitación. Volvio a pasar lo mismo que ese día. La puerta de Ayrton estaba semi abierta, entre con curiosidad, al instante el volvió a repetir ese nombre "Antonia" iba salir, cuando escuché pasos acercarse. Me metí rápidamente al armario.

- hijo levantaté y alístate - dijo, supongo que su madre.

- un rato más - respondió Ayrton.

Hubo un silencio, pero luego se escuchó que algo se habia sacudido, era la colcha de Ayrton, porque en ese preciso momento, el dijo que le devuelva su colcha.

- levantaté- gritó su madre.

Ayrton no respondió. De pronto se escuchó el sonido del agua y después un grito de:

- mamá - gritó Ayrton.

- por fin despertaste- dijo su madre.

- si, si, ahora sal de mi cuarto necesito alistarme- contestó él.

La puerta se cerró de golpe. Suponía que ya había salido. Escuche el chirrido de la cama, cuando alguien salta en ella o se tira. Abrí la puerta del armario, sólo un poco. Vi que Ayrton había cerrado los ojos, luego se acomodó hacía un costado. Salí con rapidez hacia fuera, pero en eso vi la espalda de la madre de Ayrton y lo cerré con rapidez, demasiado como para hacer ruido. Ayrton no sé levantó a verme.

- ya me alisto- dijo él.

Sabía que si no respondía, Ayrton voltearia, hací que volví a abrir y a cerrar la puerta. No contaba con que voltearia, pero lo hice.

- madres, tienen que ser - dijo volteandose hacia el frente.

Me quede paralizada, sin saber que hacer. Cuando el me vio, recordé que estaba en ropa interior y no tenia puesto otra cosa más que eso.

- lo siento - digo.

Ayrton iba a responder, pero su mamá interrumpió abriendo la puerta, me escondí detrás de eso.

- hijo ya - dijo su madre.

Él miro hacia mí dirección, y sus ojos Ian de un lado a otro hasta que su mamá dijo:

-¿ pasa algo?- preguntó.

Puso su cara más seria.

- pasa que necesito alistarme si estás aquí- responde Ayrton.

Su madre suspira y vuelve a cerrar la puerta. Detrás de ella, cierro con el seguro. Al final suspiro.

- ¿ que haces aquí?- preguntó- ¿tienes el valor de venir aquí, como una ladrona de comida y ahora casi desnuda?

Sus palabras otra vez fueron martillos, espadas, lanzas, traspasando mi pecho. Recordé lo que dije sobre mis cinco acuerdos de como viviría de ahora en adelante y lo hice con Ayrton.

Serás la primera persona en bautizar mis palabras y acciones que tomaré desde este instante, le digo a Ayrton como si pudiera escuchar mis pensamientos.

- no me importa lo que pienses - le digo.

Abro la puerta y salgo de su habitación para entrar a la mía. Sin pensar en otra cosa, me pongo mi uniforme. Luego me salgo de allí y encamino a hacer mi desayuno, después irme caminando a la escuela.

Adrien:

Ya alistado, me voy a la sala, no encuentro a Mía, pero cuando voy a a cocina, la veo comiendo su cotidiano desayuno, cereal con yogur. En sus manos lleva un libro. Ella ni siquiera nota mi presencia, tampoco a la hora de abrir la nevera y sacar cosas para comer.

- buenos días Mía- digo para romper el hielo.

Cuando me mira, había olvidado esos ojos verdes que te hipnotizan.

- ah, buenos días Adrien- responde, sin tomarme mucha atención.

Lo dejo pasar y me voy a la sala. Empiezo a tomar mi desayuno.

- no entiendo que le pasa- digo.

Pasan unos minutos, hasta que escuchó pasos del pasadizo. Me pongo nervioso, pensando que es Niki, después de lo que paso ante ayer, no sé si ella será como todas chicas, que evitan a los chicos por cosas vergonzosas. Lamentablemente la persona que sale es Sebastián con su libro y mochila.

- buenos días, Sebastián- digo.

Pero él se pasa de largo. En ese mismo instante, Mía sale de la cocina de igual manera que Sebastián. Ahora si ya me preocupa ésta chica. No sé como pero los dos encaminan sus pasos para no chocarse, eso mismo pasa al salir por la puerta, luego me levanto y me dirijo hacia la ventana. Y pasa lo mismo, se coordinan para pasar por la reja, sin mirarse o hablarse.

- raro- digo.

-¿que es raro?- pregunta...Niki.

- Niki, buenos días- le saludo.

- buenos días, Adrien - responde.

-sobre lo que preguntaste... Es que...- maldición deja de balbucear- Mía se portó muy extraño.

Al instante su sonrisa se desvanece. Fue mi culpa.

- ¿de que manera?- pregunta interesada.

- actuó igual que Sebastián- le digo.

-¡¿Qué?!- exclama una voz y nosostros volteamos -¡¿Quién?!

- Mia- dice Niki.

- no puede ser, hubiera preferido que fueras tú- apunta a Niki- en vez que ella- dice Jamal.




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