Aria:
Le comenté a mis padres lo que había pasado con Mía y me dieron permiso para ir a visitarla esa misma tarde. Al entrar al hospital, le pregunté a la señorita de recepción por el nombre de Mia, me indicó la habitación 5, asentí y me fuí a ver.
Toqué la puerta. Pasaron unos segundos y alguien me abrió, no sabía que Mia estaría acompañada por alguien. Ese acompañante era un chico, Sebastián, si no mal recuerdo, pero no le veo con su libro.
- pasa - me dice.
- gracias- le digo.
- Ari, que bueno verte, pensé que nadie vendría- me dice con alegría, Mía.
Me acerco a ella, la abrazo con delicadeza.
- gracias a Dios, que no me abrazaste fuerte- me dice, Mía.
Cuando me disponía a sentarme, vi un libro en la silla. Rápidamente Sebastián lo quitó y se fue de la habitación.
- nueva conquista- digo a Mia.
Ella niega con una sonrisa.
- es mi amigo - responde.
- oh vamos no lo niegues es evidente - vuelvo a repetir.
- si te refieres al cariño que me tiene por haberlo hecho renacer, si - hace un paré- pero si te refieres a una relación de pareja, no.
- ¿como es eso de renacer?- pregunto.
- Sebas, tuvo una infancia muy difícil, hicimos cambio de datos, yo le conté sobre mi y Sebas, sobre él.
- ¿y?
- sólo te diré, que le sometieron desde niño a leer libros y ahora es una costumbre- me cuenta.
Vamos, es en serio, porque todos de esa mansión tienen una vida pasada muy mala. Se que Mía tiene un mal, que le atormenta hasta ahora y si vienen más personas a traerle sus problemas, Mía revalsará su comprensión y se volverá loca. No quiero eso, haré que Sebastián se aleje de ella, haciendome su amiga, no lo sé, pero lo haré. Mía tu no estás sola.
- Ari, despierta de tu ensueño- me hice Mía.
- lo haré- digo sin prestar atención a lo que me dijo.
-¿que vas a hacer?- preguntó Mía.
- ah, nada, nada- digo moviendo las manos y la cabeza en negación.
- ya se, vas conquistar a Sebastian, ya que es muy guapo, dulce, lindo, comprensivo e inteligente - dice Mia.
En ese preciso momento suena un exagerado sonido de tos, volteo para ver.
- Sebas, ¿que pasa?- pregunta Mía.
Yo me estoy muriendo de la vergüenza, debe de haber escuchado a Mía.
- los chicos han venido- dice mirando a Mía.
-¿incluyendo a Niki?- pregunta ella.
Eso me hace salir de mis pensamientos de vergüenza y vuelvo a la realidad. Pensé que sólo Niki era la que estaba así con Mía, pero al parecer son las dos. Todo por ese chico llamado Adrien.
- no - responde Sebastian.
- dejaros pasar- dice Mia.
- y ese "dejaros"- le digo.
Hace una sonrisa sosa, cuando iba a responder los chicos entran alborotados.
- Mía - dicen todos.
- Jamal, Jamil, Maycol y Benjamín, gracias por venir- dice Mia.
¿Primero pareció que estaba viendo quien habían venido, pero luego dijo gracias? Conozco a Mía, se que ella esperaba a alguien más.
Todos se abalanzan contra Mía, pero ella no se queja.
- vaya, pensé que me iban a tumbar, fue raro que tuvieran cuidado - dijo Mia.
- Sebastián nos dijo que no te abrazáramos fuerte, también fue raro que se preocupara por alguien - dijo Jamal.
Mía sonríe y luego mira a Sebastian, que el también la mira.
- acá pasa algo que no sabemos - dice Benjamín.
No, no y no, ellos no pueden estar juntos, seria una relación tormentosa. Mía misma dijo que sólo eran amigos. Confío en ella.
- no, aquí no pasa nada, ni va a pasar- me entrometo.
Todos me miran, algunos con seriedad y otros con diversión. No debí decir nada.
- ella dijo que son sólo amigos- digo otra cosa para que me dejen de mirar.
- eso es cierto - dice Mia, no seria, ni enfadada, sino con una sonrisa.
- no importa eso,y...¿cómo estás Mía?-le pregunta Jamil.
Raro.
- estoy bien, el doctor dice que saldré dentro de cuatro o cinco días- contesta.
- eso es bueno - sonríe Jamil.
- si - Mía trata de hacer una sonrisa, pero lo único que le sale es una mueca de confusión junto a una sonrisa rara.
Así pasamos toda la tarde, hasta las 8:00 pm.
-...chicos ya deberían irse, mañana hay clases- dice Mia.
- lamentablemente si - afirmo.
-¿ quien como tú, Mia? estarás casi una semana sin hacer nada.- dice Jamal.
- si quieres te cambio de lugar, esto me va a matar no de la muerte natural sino del dolor - dice Mía acomodándose por milésima vez.
- no, no prefiero seguir sano- dice Jamal.
Todos se ríen. Luego cada uno se despide de Mia con un beso en la mejilla.
- goodbye, Mia- le digo en inglés.
- bye- lo acorta la palabra.
Me voy de la habitación pero no del todo, me quedo detrás de la puerta.
Mía:
Sebastián viene y se sienta a un lado de la camilla. Acaricia mi mejilla, luego coje mi cabello.