Esa misma noche, los padres del chico pasaron a ver a la familia de Mary Ann, serían los vecinos del piso de arriba, así que la mudanza resonó en la casa de Mary Ann todo el día, la madre de Mary Ann, Lucía, había estado quejándose todo el día de lo ruidosas que eran las mudanzas, sin embargo cuando los padres de Joshua aparecieron en la puerta con un postre para la familia, Lucía los invitó a pasar amablemente a su casa. Mary Ann y Sofía observaban desde la puerta de su habitación a los nuevos vecinos, Joshua saludó a Mary Ann con entusiasmo moviendo las manos pero Mary Ann miró al piso sonrojada.
-¿Le conoces?, preguntó Sofía con tono de sorpresa
-Lo conocí esta mañana en las escaleras, respondió Mary Ann.
La madre de Joshua era una mujer diminuta, de cabello negro y ojos igual de oscuros, miraba todo a su alrededor con preocupación, como si nunca hubiese visto una casa tan desordenada , y es que la casa de Mary Ann no estaba sucia pero pilas de ropa sin doblar y cosas puestas fuera de lugar aparecían por uno u otro lado incluso los libros de las niñas se encontraban abiertos en la mesa con la tarea a medio terminar, en el estado de embarazo de Lucía, su trabajo y con las constantes peleas que Sofía y Mary Ann tenían, poco tiempo le quedaba a la mujer para tener todo listo y normalmente se quedaba dormida doblando la ropa en una silla cada noche.
El padre de Joshua, Josué, miraba con sorpresa la casa, la suya en cambio estaba siempre lista, su esposa Helena procuraba que todo estuviese a tiempo, incluso cuando llegaba, Joshua ya había terminado las tareas que le dejaban en el colegio, su casa era tan perfecta...
Joshua en cambio parecía más interesado en llamar la atención de Mary Ann que en otra cosa, acostumbrado a ver algún que otro desorden en la casa de sus amigos, no estaba muy interesado por el desorden de la casa de Mary Ann. Vio a Sofía y supo enseguida que era la hermana mayor de Mary Ann por los gestos similares que las niñas tenían, pero seguía mirando a Mary Ann y pensando que serían muy buenos amigos.
Los padres de Joshua fueron invitados a un té mientras que los niños liberados de la presión de los adultos fueron a jugar con los demás niños. Sofía pronto se perdió entre sus amigas que reían coquetas mientras miraban a muchachos un par de años más grandes que ellas. Mary Ann las miraba y no entendía que les veían a esos chicos sudorosos después de un día laboral, deben apestar a rayos, pensó y cuando empezó a caminar chocó con el pecho de Joshua que se encontraba cerca de ella observando todo en silencio.
-Oye fíjate por don…, empezó a decir Mary Ann cuando se dio cuenta con quién había chocado, ah, lo siento no te ví, Joshua, me dijiste ¿no?
- Así es, respondió el muchacho riendo
Mary Ann empezó a caminar con Joshua pisándole los talones, en un principio, pensó que doblaría en alguna esquina o cambiaría de rumbo pero no lo hizo.
-¿Estás siguiéndome?, lo miró incrédula, en esos momentos en los que su madre y hermana estaban concentradas en otras cosas, Mary Ann aprovechaba para ir a un lago cercano, le gustaba pasar tiempo ahí, incluso en invierno cuando se congelaba, podía pasar horas mirando su superficie, antes, su padre las llevaba a patinar y los cuatro pasaban un tiempo como familia muy feliz, pero su padre empezó a preocuparse cada vez más, cuando se enteró que venía otro bebé en camino, empezó a beber, Mary Ann no recordaba exactamente lo que había pasado pero un día simplemente desapareció, las niñas lloraron inconsolables e incluso su madre lloraba, lloraba cada mañana mientras preparaba el desayuno para las niñas, y lloraba al anochecer luego que acostaba a las niñas, Mary Ann lo sabía y Sofía también, el único momento en el que Lucía no lloraba era en el que tenía que trabajar, Lucía se duplicaba cuando se trataba de trabajo, tenía un puesto en la fábrica de alimentos del señor Pons, empaquetaba comida junto con otras mujeres de diferentes edades, luego, pasaba por algunas casas al salir del trabajo recogiendo la ropa que otras mujeres le daban para lavar y se dirigía a casa, siempre encontraba a Sofía en el camino, junto con sus amigas riendo alegremente y luego juntas caminaban a casa, donde encontraban a Mary Ann sentada en las escaleras jugando con alguna piedrecilla.
-Bueno, dijo finalmente Joshua, es que eres la única con quien he hablado hasta ahora, esperaba que pudieras pasar tiempo conmigo.
Mary Ann se volteó alzó los hombros y empezó a caminar, Joshua no supo interpretar el gesto y se quedó plantado en su puesto.
-¿No vienes?, preguntó Mary Ann.
Joshua sonrió y la alcanzó corriendo, Mary Ann lo miró, sonrió y siguió caminando.