Los días se sucedían y Mary Ann y Joshua compartían cada día una aventura nueva, a veces Joshua acompañaba a Mary Ann a realizar simples recados o a veces los muchachos simplemente se escapaban de las tareas diarias para ir a jugar al lago o a las viejas vías del tren, estas estaban abandonadas hace tiempo, pero los trenes seguían ahí, imponentes, sucios, pero hermosos, Mary Ann y Joshua jugaban constantemente en ellos y luego cuando se cansaban, subían al techo de uno de los vagones y descansaban mientras admiraban las nubes y les encontraban formas graciosas, Mary Ann pensaba que no habría jamás en este mundo una persona que la comprendiera tanto como Joshua, y Joshua, que no encontraría una compañera de aventuras tan intrépida como Mary Ann.
Una tarde, regresando de su día de aventuras habitual, los chicos pasaron junto a un grupo de señoras de edad avanzada, que hablaba sobre los eventos semanales, chismes habituales que circulaban por el sector.
-Se dice que Lucía a atrapado a otro- dijo con descaro una señora mayor
-Vaya, parece que le da igual que su marido se haya esfumado, y pensar que tiene tres niños de ese matrimonio, ¿es que no le da vergüenza?- esta vez Mary Ann reconoció la Voz, era la Señora Rosita, la chismosa del sector.
Por unos segundos pensó pensó en encarar el grupo de mujeres, pero entonces escuchó algo más.
-Ah, sí, yo definitivamente la ví, estaba en el mercado con el niño recién nacido, ni por eso siente vergüenza, es una lástima que no pudiera verle el rostro al hombre, lo único que alcancé a ver fue su abrigo y su sombrero, todo vestido de marrón, parecía que realmente quería ocultarse, me pregunto si será algún hombre casado-dijo otra señora.
Mary Ann entonces se puso pálida, ¿y si resultaba verdad?, su madre llevaba algún tiempo sola y Mary Ann era consciente que su madre podría estar deseando el apoyo de un hombre en la casa, tres hijos no era un trabajo fácil y todo ese trabajo extra que hacía…
Mary Ann frunció el ceño pensando en alguna cosa que pudiera servirle para resolver aquello.
-No les prestes atención, seguro que son puros rumores-Dijo Joshua poniéndole una mano a Mary Ann en el hombro- ya verás cómo no son reales.
-¿Joshua, me harías un favor? preguntó Mary Ann indecisa.
-Claro, ¿qué quieres que haga por ti?
-No, no es nada-Mary Ann se arrepintió en último instante, sin embargo sonrió a su amigo para demostrarle que no le importaba en lo más mínimo el chismorreo sin sentido de esas mujeres.
Sin embargo, en lo días que siguieron a ese incidente, Mary Ann siguió escuchando comentarios de ese tipo, nadie sabía quién era el hombre que frecuentaba a su madre, sin embargo todos concordaban en que había un hombre en la vida de su madre y que definitivamente, no era su padre desaparecido.
Pasados varios días, Mary Ann no pudo con la presión del asunto, y mientras volvía de clase junto a Joshua se armó de valor para pedirle el favor que no había podido pedirle días antes.
-Necesito saber quién es- soltó a su amigo.
-¿Quién es quién?- preguntó Joshua completamente desubicado
- Quién es el hombre con el que sale mi madre- contestó Mary Ann-¿No te parece extraño?, todo el mundo sabe que mamá sale con alguien, pero nadie sabe quién es ese hombre, además, ella tampoco nos ha comentado nada a Sofía y a mí. Necesito saber quién es ese hombre, y necesito que me ayudes Joshua.
-Está bien- Respondió su amigo-te ayudaré a descubrirlo.