Mi Tío al Rescate (serie Brown)

Capítulo 3 ★ Edición especial★

 

 

 

FELIPE DANIEL: 

 

 

 

Cuando llegamos a México, mi querido Noé empezó a desembarcar su unidad, varias gente que se encontraba ahí estaban ayudando a bajar las cajas de verduras que traía.

Me sentía demasiado cansado, las horas de viaje habían sido muy largas, sentía mis pies que me ardían, busque un lugar un poco alejado para tratar de descansar, ya que el enano se había ido con él a arreglar la papelería de la nueva mercancía, que iba a cargar para irnos directo a Chihuahua.

Coloque mi chamarra en el piso atrás de unas cajas de algo que no sabía que era, y me deje caer ahí completamente agotado, me retiré mis zapatos deportivos para tratar de descansar un poco, mis plantas de los pies estaban llenas de ampollas, de tanto que había caminado.

Me relaje poco a poco hasta que caí en un sueño profundo, dónde las imágenes de mi pasado venían a mi mente, recordando las cosas bonitas que había vivido con mi hermana Leticia, con Lupita, y también con mi madre, que a escondidas de mi padre siempre me trataba bien y con cariño.

Recuerdo que una vez mi padre la golpeó, porque vio que me abrazó en uno de mis cumpleaños, ese día recuerdo que mi madre a escondidas me hizo un pastel de chocolate, y lo llevó a casa de Lupita para festejar con ella y con su familia, ya que siempre fueron buenas personas conmigo y me querían, o al menos me respetaban.

De repente sentí un golpe, qué me hizo que despertara asustado recordando dónde me encontraba, viendo todo a mi alrededor que estaba oscuro.

—Maldito enano... ¿Quieres provocarme un infarto o qué te pasa? —le pregunté rabioso, ya que sentía mi corazón alborotado del susto que me había dado.

—Ya es hora de irnos. —pronunció ofreciéndome un envoltorio de un alimento.

—¿Apoco ya nos vamos? ¿pues cuánto tiempo me dormí? 

—Como cuatro horas, se oían tus ronquidos hasta la frontera.

—No seas embustero yo no ronco. —mencioné mientras le daba una mordida al pan, que me había dado.

—Noé me dijo que vas a irte a Chihuahua con él ¿A dónde es que vas? —me preguntó interesado.

—Quiero juntar dinero, más bien conseguir un trabajo, y buscar a alguien que me pase a los Estados Unidos.

—Yo conozco gente que se dedica a eso. —me dijo al enano muy seguro, cosa qué hizo que me ilusionara.

—¿Tú?... De verdad, ¿puedes ayudarme?

—No.. claro que no, cuándo has visto que a un enano lo tomen en cuenta para algo, solo estoy jugando contigo hubieras visto la cara que pusiste. —me dijo el muy maldito soltando en carcajadas.

—Sé a lo que te refieres, he vivido toda mi vida menospreciado pero eso no me hace sentirme menos que nadie, así que no tendría por qué no creer en lo que tú me dices, hasta me ilusioné de imaginar que tú podrías ayudarme.

—Noé si te puede ayudar, el conocer mucha gente, ya le dijiste que quieres pasar a los Estados Unidos. 

—No... solamente le dije que quería buscar una mejor vida.

—Me caes bien Felipe Daniel, quisiera ser como tú y lanzarme a la aventura, pero una vez lo intenté y terminé trabajando en un circo.

—¿En un circo? Eso debió haber sido genial.

—Ni tanto..  no te creas, y menos si te echan de carnada a los leones.

—Pero qué infelices. —pronuncie.. ¿Y porqué no vienes conmigo? —Talvez juntos podamos llegar a Estados Unidos.

—¿Lo estás diciendo en serio? ¿Me llevarías contigo? —me preguntó el enano ilusionado. 

—Por supuesto que sí, podrías servirme como carnada por si me llegan a salir leones. —mencioné y los dos soltamos en carcajadas.

—Es hora de irnos... Está listo el vehículo para salir a Chihuahua ¿Quién va conmigo? —gritó Noé, haciendo que los dos saltaramos de gusto.

Nos subimos nuevamente a ese vehículo pesado, y nos lanzamos a la aventura, el viaje iba a ser largo pero con ellos dos, mi mundo se vistió de rosa agradeciendo a la vida por haberlos conocido.

Le dije a Noé de mis planes, qué quería cruzar la frontera, y me dijo que él podía ayudarme pero que era muy peligroso, que fuera consciente que muchas veces el estar allá, no era la mejor solución y más porque iba de indocumentado, lo más difícil era el trayecto, pero si estaba seguro él me ayudaría.

Llegué a imaginar que ese papá Noé, me lo había puesto la virgen morena en mi camino, junto a ese enano cabezón que estaba dispuesto a ir conmigo.

Y después de casi dos días ya estábamos en Chihuahua,  era una ciudad bonita aunque era bastante calurosa, también decían que en invierno hacía mucho frío.

—Yo me voy a quedar tres días aquí, en estos tres días les puedo conseguir trabajo aquí en esta bodega, descargando los vehículos pesados que llegan, para que vayan reuniendo algo de dinero, mientras que consigo una buena persona que los ayude a llegar hasta el paso Texas. —dijo papá Noel con una sonrisa.

Escucharlo hablar, y saber que se preocupaba por mí y por el enano cabezón, hizo que me lanzara a sus brazos temiendo que me fuera a rechazar, pero eso no pasó... El hombre gordo con aspecto de ese personaje navideño me cobijo en sus brazos, sintiendo por primera vez como un abrazo de un padre.

—Gracias papá Noé, qué habría hecho yo sin ti. —pronuncie con un nudo en la garganta, de la felicidad que sentía. 

—Muchacho loco, vas a ver que te va a ir muy bien, de todos modos voy a dejarte mis números de emergencia.

—Me hubiera gustado mucho, tener un padre como usted —pronuncié sin sentir ningún tipo de vergüenza, solo veía al enano cabezón, que se reía con burla de mí, pero no me importó.

—Bueno pues si querías un papá, ya tienes a un papá Noé, yo feliz y encantado de ser tu padre adoptivo.

Al escuchar sus palabras me llene de felicidad, yo soy de las personas que piensan que uno no debe de guardar sus sentimientos, si amas a una persona díselo, si tienes ganas de abrazar, hazlo... nunca hay que quedarnos con las ganas de demostrar los sentimientos por miedo o por vergüenza, la vida es tan corta qué cuando menos lo esperamos se nos va de las manos, y nos quedamos con las ganas de haber dicho un te amo, o un te extraño.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.