Mi Tío al Rescate (serie Brown)

Capítulo 11 ★Edición especial★

 

 

 

UNOS AÑOS DESPUÉS: 

 

 

—Buenas tardes. —saludo Lupita ingresando a la aula.

—Buenas tardes señora Brown, pero pase... qué bueno que vino, es importante que hablemos usted y yo, de los gemelos.— pronunció la maestra poniéndose de pie, para recibirla.

—No quise dejar pasar mucho tiempo para venir a hablar con usted, después de que me mandó avisar con Carlos, ¿Dígame qué es lo que pasa es algo grave?

—En realidad no es tan grave, pero no está demás siempre poner atención a las actitudes de nuestros hijos, no está demás decirle que los dos tienen diferentes caracteres son muy distintos, Cristian es imperactivo, travieso, hace a veces cosas sin pensar, aparte de que es muy inocente, y los demás compañeros a veces se burla o abusan de el, eso es algo con lo que debemos de trabajar para que no sea objeto de bullying.

—¿Aún lo siguen molestando? 

—Así es señora, ya van dos ocasiones que lo encierran en el baño y el entra en pánico, pensando que hay espíritus y fantasmas que le van a hacer algo, por otro lado Carlos como buen hermano lo defiende, llegando a los golpes con los demás compañeros, y eso es algo que definitivamente no lo podemos permitir en este plantel.

—Ya hablaron con los demás padres, para que hablen con sus hijos.

—Así es señora, ya se mandó citar a los demás padres de familia. —mencionó la mujer.

—He hablado con Cristian pero es un niño muy noble, y lamentablemente cree todo lo que le dicen, siempre ha sido un niño travieso pero no es malo, y lo que hace nunca es con mala intención, también ya hablé con Carlos, para que trate de controlar el fuerte carácter que tiene, pero es normal que trate de proteger a su hermano.

—Yo puedo entender eso, pero varios compañeros le tienen miedo a Carlos y eso tampoco es bueno.

—¿Qué me sugiere que hagamos?

—Tal vez les ayude visitar a la psicóloga.

—¿Está diciendo que mis hijos están locos?...preguntó Lupita ofendida, recordando las palabras de Daniel, cuando le dijo que la carne de cerdo le había hecho daño.

—Por supuesto que no señora Brown de ninguna manera, pero es importante hablar sobre todo con Carlos ya que siempre quiere tener el control de todo, y siempre tiene la razón, no permite que nadie se le acerque al menos de que él quiera, y no respeta las reglas de nadie ni siquiera las mías, a pesar de que es muy educado y respetuoso se impone, a veces siento que estoy tratando con un niño de más edad y no con uno de 8 años.

—Voy a tomar en cuenta sus recomendaciones, solo le voy a pedir que también hablé con los padres de familia que molestan a mis hijos, sobre todo a Cristian. Y cuánto a Carlos! no puedo cambiar su carácter pero hablaré con él, y es muy importante que sepan que siendo su hermano gemelo, va adefender a Cristian de cualquiera. —pronunció Lupita poniéndose de pie, para irse de ahí.

 

★—★—★

 

—¿Oye Lupe no se te hace extraño que esté todo tan tranquilo? —preguntó Daniel, ya que no estaba ninguno de los niños jugando en el jardín, y eso era extraño.

—La verdad es que si, ni siquiera Renata ha llorado.

—Eso es demasiado sospechoso, necesito ir a dar una vuelta a ver qué tanto están haciendo, a todo esto ¿para que te quería la maestra de la escuela?

—Porque siguen molestando a Cristian, y no les gusta el carácter de Carlos, hasta lo mandaron con el psicólogo

—¡¿Qué?! ¿A mí Carlitos porque? —preguntó Daniel ofendido, llevando una de sus manos hasta su pecho, sin poder creerlo que Lupita le decía.

—Pues por lo mismo de siempre por el carácter fuerte y posesivo, y porque defiende a su hermano hasta a golpes.

—Eso es normal que defienda a su hermano, cómo va a permitir que lo lastimen estará más loca esa vieja, porque mi Carlitos es un amor, responsable, y educado.

—Sí... Creo que a fin de cuentas tuviste razón, y la carne de cerdo les hizo daño.

—Jesucristo... Eso decía mi madre cuando vivía.. que la carne de cerdo te hacía daño, por eso siempre dicen que hay que hacerle caso a la gente mayor.

—¿De qué hablan? —preguntó Colin, ingresando al jardín.

—Que la maestra ha dado a entender que Carlos está loco, y no solo eso, que parece ser que la carne de cerdo que se comía Lupita tan sabrosamente en su embarazo, les hizo daño a los dos.

—Para empezar la carne no tiene nada que ver, y mis hijos no están locos y menos Carlos. — dijo Colin orgulloso.

—Pues eso en realidad no lo sabremos, hasta que estén más grandes, por lo pronto yo voy a ir a buscarlos, porque no se dónde están metidos y este silencio no es bueno. —mencionó Daniel poniéndose de pie para ir a buscarlos.

Lupita hizo lo mismo, se puso de pie le dio un beso a su esposo y salió junto a Daniel, rumbo a la casa porque en el jardín no se encontraban.

Anduvieron buscando por toda la mansión en la planta baja y no los encontraron, ni ruido, ni una señal, ni de los gemelos, ni de Renata.

Así que se dirigieron a la planta alta, rumbo a la habitación de Cristian que tampoco estaba ahí, y todo estaba en perfecto orden.

Siguieron su recorrido hasta que llegaron a la habitación de Carlos, que estaba muy tranquilo leyendo un libro junto con Renata, que estaba en un lado de él, y traía un antifaz de dormir en forma de un puerquito que era de Lupita

—¿Qué hacen ustedes aquí? —preguntó Daniel sorprendido.

—Solo le estoy leyendo un cuento a Renata.—contestó Carlos.

—¿Y por qué esta cubierta de los ojos? —preguntó Dany con una sonrisa.

—Porque así es mejor, su imaginación se traslada a los lugares que yo le estoy leyendo, sin que vea las imágenes. —contestó el pequeño rubio con una sonrisa.

—Sí panino... es muy divertido. —mencionó la chiquilla emocionado quitándose el antifaz de los ojos.

En eso se escuchó atrás de ellos un sonido extraño y unos golpes, Lupita y Daniel voltearon y vieron que estaba Cristian atado a una  silla, y con una cinta en la boca.




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