Mi Tío al Rescate (serie Brown)

Capítulo 16 ★Edición especial★

 

 

PASADO

 

 

—¡Habla más fuerte que no te escucho!. —mencionaba Daniel en la línea, tratando de escuchar con atención.

—¿Tengo que regresar?. ¿Para qué?. Por los clavos de Cristo Lupita, habla más fuerte. Recuerda que estoy en Europa, no en la tiendita de la esquina.

Daniel trataba de escuchar, lo que su amiga de toda la vida le quería decir, solo alcanzó a escuchar que había problemas en su familia, después de eso colgó la llamada..

Un nerviosismo se apoderó de él, a pesar de que había salido huyendo de su casa buscando una nueva vida, no dejaba de preocuparle su madre y la manera en la que estaba viviendo.

Buscó nuevamente su celular para realizar una llamada, qué de inmediato fue atendida.

 

★★★★★★★★★★★★

« Chabela, Necesito que me hagas un favor. —mencionó en la línea.

« Necesito averiguar qué está pasando con mi familia, me llamó una amiga y parece que hay un problema por allá.

« Gracias esperaré noticias, me saludas al ratón y a Beca, diles que los extraño mucho y que los amo. —agregó cortando la llamada.

★★★★★★★★★★★

 

Los siguientes dos días fueron de incertidumbre a la espera de noticias, hasta que por fin Isabella Harris habló con él, y le mencionó que aparentemente su padre estaba muy enfermo, y que su madre pedía que regresara.

Tenía alrededor de tres años de no saber nada de su familia, solo lo que Lupita su amiga le platicaba cuando vagamente lograba comunicarse con él.

Habló con la agencia de modelaje para la que trabajaba, y pidió unos días para viajar a México a visitar a su familia, preocupado por lo que Isabella Harris había investigado.

En cuanto dejó todo listo tomó un avión comercial y viajó hacia México y después de casi dieciséis horas de viaje, por fin llegó a Cancún Quintana Roo.

—Hijo mío, has vuelto. —pronunció la mujer emocionada, yendo hacia el.

Daniel con un nudo en la garganta se lanzó a los brazos de su madre, a esa mujer que a pesar de todo lo que había sucedido, siempre lo había protegido y cuidado con todo el amor de una madre, y ella era el principal motivo de estar de nuevo allí.

—Mamá, mamita te he extrañado mucho. —mencionó en un hilo de voz, sintiendo los brazos que lo envolvieron a su cuerpo, de esa mujer que le había dado la vida, y que amaba profundamente.

En eso elevó su rostro, y se encontró con esa imagen frente a él con una sonrisa, que lloraba de emoción por encontrarse nuevamente con su amigo.

—¡Lupe!. —pronunció emocionado, viendo a la joven muchacha correr a su encuentro.

—Mi Dany has vuelto. —comentó entre el llanto, abrazándose a él.

—Gracias, por siempre estar pendiente de mi madre. —dijo entre lágrimas emocionado, por volver a reencontrarse con su amiga de la infancia, esa chiquilla que siempre lo defendía cuando era objeto de burlas.

—Eres un cabeza hueca, nunca debiste haberte ido. —pronunció Lupita limpiando las lágrimas de su rostro, por la emoción que le estaba causando estar nuevamente al lado de su amigo.

—Sabes que tenía que hacerlo, y las he extrañado cada minuto, que he estado lejos. —dijo emocionado.

Desde allí pudo observar a sus dos hermanos, que ni siquiera se acercaron a saludarlo, pero fue algo que no le extrañó, ya que siempre se habían portado fríos y distantes con él, la única persona que le daba amor era su madre y Lupita, al igual que su familia qué siempre lo recibían con mucho cariño, cuando iba a visitarla.

—¿Qué es lo que está sucediendo mamá?.

—Tu padre está muy enfermo, ya no nos dan esperanzas. —dijo su madre con tristeza.

—¿Qué es lo que tiene?.

—El mismo mal que nos aqueja, a lo largo de los años, cáncer. —respondió, ya que varios familiares habían fallecido del mismo mal.

—Podemos conseguir un buen doctor. Ahora yo puedo ayudar, para que lo atiendan. —pronunció Daniel con tristeza, observando las lágrimas del rostro de su madre.

—Como tú gustes hijo, pero no creo que tu papá sobreviva, por eso le dije a Lupita que te llamara para que te despidieras de él, sé que nunca se vieron como un padre y un hijo, pero de todas maneras sigues siendo tu padre, y me sentí con la obligación de avisarte. —pronunció la mujer tomando a su hijo del brazo, ya que se veía bastante mal, con su rostro desencajado y sus lágrimas empezaron a brotar.

—¿Él pidió verme mamá?. —se atrevió Daniel a preguntar.

La mujer mayor solo agachó la cabeza y no respondió nada, por supuesto que él entendió su respuesta con ese silencio que los inundó por completo a los tres, ya que Lupita seguía en un lado de ellos también triste, por la situación que estaban viviendo.

Pero sobre todo por el dolor que estaba sintiendo su mejor amigo y hermano, porque a pesar de que él no lo decía sabía que le dolía el desprecio, y el desamor de su padre y hermanos.

Avanzaron los tres rumbo a la humilde casa, en la que vivía la familia de Daniel y que por muchos años también, había sido suya.

El sentía sus pies de plomo mientras iba avanzando, todos los recuerdos del pasado se hicieron presentes en su memoria.

Un nudo se formó en su garganta, recordando cada una de las palabras que su padre alguna vez le dijo, y aquel golpe qué le había dedicado años atrás, y que había sido el causante de que él decidiera partir, y buscar su propio camino y felicidad.

Pero a pesar de todo era su padre, el hombre que le había dado la vida, y ese profundo amor y esa herida en su corazón siempre estaba abierta.

Ingresaron a la humilde vivienda, Lupita se detuvo quedándose en la pequeña sala que decoraba la estancia, mientras que el siguió avanzando junto a su madre rumbo a la habitación, en la que se encontraba su padre enfermo.

Una vez que ingresó a la habitación, pudo observar lo desmejorado que se encontraba, el hombre estaba pálido y muy delgado, casi irreconocible para el.

Se acercó hasta su cama colocándose en un lado, lo observó con los ojos cerrados y sereno.




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