Capítulo 21★ Edición especial★

UNOS AÑOS ATRÁS:

Daniel caminaba de un lado a otro, mientras que jugaba con ansiedad con los anillos que tenía en sus dedos.

—¿Qué te pasa?. Te ves demasiado intranquilo. —le preguntó Isabella, ingresando a esa área del jardín en donde a Dany, le gustaba pasar las tardes rodeado de la naturaleza.

—Chabela tengo que hablar contigo, si no voy a explotar en cualquier momento. —mencionó, deteniendo sus pasos para verla de frente.

—Puedo ver qué es algo muy importante, al ver el estado en el que te encuentras.

Daniel se dejó caer en la silla del jardín, cruzó una de sus piernas y empezó a observar el esmaltado de sus uñas, llevando el dedo índice hasta su boca para empezar a mordisquearlo, por el nerviosismo que le estaba causando lo que le quería platicar.

Isabella sonrió a su actitud, y se sentó en otra silla del jardín frente a él, y se cruzó de brazos.

—¡Y bien.. te escucho!.

—Primero que nada déjame decirte, que no lo hice con mala intención, simplemente que no quería que te fueras a molestar conmigo. —mencionó con sinceridad, sin dejar de mordisquear la uña de su dedo índice.

—¿Se trata de mí?. Esto se está poniendo bastante interesante, y deja de morderte la uña, después vas a estar llorando porque te la comiste. —añadió.

—¡Alan y yo somos amigos!. —dejó salir de golpe.

—Mmmmmm… ¿Eso es lo que te tiene preocupado?. —le preguntó con una sonrisa.

—Pues.. por que es el hermano de Sandro, y tú y él tienen problemas mayúsculos, sin contar que mi pobre ratón le dio tres plomazos que por poco y lo manda tres metros bajo tierra, y directo al infierno.

—Bueno sí, pero eso no tiene nada que ver contigo, ni tampoco con él.

—¿Eso significa que no estás enojada?.

—No tendría porqué estar enojada, tú eres libre de tener las amistades que quieras.

—Pues sí, pero conociéndote cómo eres de tóxica.. ¡Ves cómo me tienes traumado!. estos son los efectos de la chabisbruja.

—No seas exagerado Daniel. —alcanzó a mencionar, cuando Daniel se colocó de pie y empezó a caminar nuevamente de un lado a otro.

—Creo qué hay algo más, que me tienes que decir. ¡O me equivoco!. —dijo Isabella ya que lo conocía muy bien, y su actitud era bastante extraña.

—Me ha invitado a salir un par de veces, a comer o a cenar, y hemos hecho una bonita amistad. —le respondió.

—¿Y por eso estás así?.

—¿Así como?.

—¡Así nervioso!.

—¡Yo no estoy nervioso!

—¡Si lo estás!!..

—¡Por supuesto que no!.

—¡Por supuesto que sí!.

—¡Ah bueno… ya Chabela!. ¿Qué quieres saber?. —le preguntó cruzándose de brazos, golpeando uno de sus pies sobre el piso con desespero.

—¡Yooo!. Más bien dime, qué es lo que tú, me quieres contar. —dijo Isabella,

Daniel volteó observarla, avanzó de nuevo hacia la silla del jardín y se volvió a sentar frente a ella, empezando a mordisquear nuevamente uno de sus dedos.

—Es que es bastante extraño, no se de que manera tratarlo. —mencionó.

—No te estoy entendiendo, se un poco más claro. —le preguntó ella.

—Lo que pasa es que es muy agradable, me llevo muy bien con él, yo actuó de forma normal. Tú sabes que yo no tengo ningún complejo hacia lo que soy. Pero él me desconcierta, porque no sé, de que manera tratarlo. —añadió.

—Es algo confuso y enredado lo que me estás diciendo, no entiendo cuál es el problema, si te invita a cenar o a comer, es porque ya tiene una amistad contigo, y se siente cómodo a tu lado tal y como eres, así que no entiendo tu preocupación.

—Exactamente a eso me refiero, parecen no incomodarle mi forma de ser.

—Los amigos se aceptan tal y como son, por ejemplo Frank y Colin jamás te han juzgado, te tratan como un hermano, y no toman a mal tus gestos de cariño hacia ellos. —mencionó Isabella, ya que no era un secreto para nadie que Daniel podía abrazar a los hermanos Brown, y hasta besarlos en las mejillas y ellos nunca pensaban mal de él, y tampoco los incomodaba.

—En eso tienes razón, Frank y Colin para mí son como mis hermanos, son mi familia. Pero Alan es diferente, con el todo es diferente, la forma de mirarme, o como hablarme y tratarme, me hace sentir nervioso. —se sinceró.

Isabella escuchó con mucha atención, cada una de las palabras que él estaba diciendo, se aclaró la garganta y mencionó.

—¿Te gusta Alan?. ¿Te sientes atraído por él?. —se atrevió a preguntarle.

—¡Qué!. Claro que no solo somos amigos. —se defendió, empezando a sonrojarse de su rostro.

—No tendría nada de malo, es un hombre guapísimo, y por lo que puedo ver muy agradable.

—No entiendes nada Chabela, yo soy gay y él no lo es, entiendes mi preocupación no quiero perder su amistad. —mencionó afligido.

—Eso quiere decir que si te gusta, pero que tienes miedo a perder su amistad, si el descubre que tú tienes un interés en el. —añadió.

Daniel al escuchar sus palabras, empezó hacer pucheros a querer llorar.

Isabella sonrió, se acercó a el y lo tomó de las manos.

—Deja de preocuparte por eso, tal vez también él siente algo especial por ti. —mencionó Isabella con una sonrisa.

—Eso no puede ser Chabela. —pronunció, llevando una de sus manos hasta su pecho.

—¿Y por qué no?

—Pues porque no, el jamás me ha dicho nada respecto a sus preferencias sexuales, es educado y correcto, todo un caballero, el es un straight. —aseguró sonrojado, jugando con sus anillos.

—¿El te lo dijo?. —preguntó.

—No necesita decirlo Chabela, así como yo no necesito decirle que soy gay, eso se nota a simple vista. —pronunció, con la barbilla temblorosa.

—Creo qué eres un exagerado, y te estás ahogando en un vaso de agua.

—¿Me estás diciendo exagerado, a mí… a Felipe Daniel?. —pronunció ofendido, echándose aire a quererse desmayar..

—Es la verdad Daniel, creo que deberías de preguntarle.

—De veras que ya se te zafó un tornillo, sabía que estabas loca pero ahora sí te estás pasando Chabela, por los clavos de Cristo, seguramente voy a llegar, y le voy a preguntar por sus preferencias sexuales.