Mi ultima lagrima

Capitulo 12

Daniel Gabao
Estábamos afuera de la casa de mi madre esperando a que nos abrieran, normalmente entraríamos como si realmente fuera nuestra casa pero la diferencia es que ahora casualmente la casa esta cerrada.
Veo hacia donde esta mi hermana y Alexia, nuevamente Amaia esta hablando de un montón de cosas y Alexia solo escucha, estoy casi seguro de que ni siquiera entiende la mayor parte de las cosas que Amaia le dice porque habla muy rápido y también estoy seguro de que Alexia no le esta prestando mucha intención porque solo esta jugando con las mangas de mi sudadera. 
Antes de salir de la casa Alexia me pidió prestada una sudadera, dijo que estaba segura de que Amaia no se la prestaría así que recurrió a mi, claramente se la preste sin ningún problema. 
Me acerco hasta donde están ellas y miro a Amaia para que se vaya con Alan, una vez solos le tomo las manos haciendo que se detenga de jugar con las mangas, en el momento en que puse las manos encima de las suyas ella volteo a verme y unos segundo después quito sus manos. 
— Tranquila. 
— Creo que es mala idea que yo este aquí— me dice en un tono que creo que es demasiado relajado— A mi ni me invitaron.
— Nosotros te invitamos. 
— Pero ustedes no viven aquí— me responde— Mejor me voy— me dice y comienza a caminar para alejarse, camino detrás de ella y la detengo cuando la jalo del brazo. 
— No te vas a ir— le digo mirándola a los ojos. 
— Secuestro— me responde al comenzar a hacer que camine de vuelta a la casa— Te advierto que no darán recompensa por mi.
— No quiero recompensa, te dejare ir voluntariamente. 
Justo cuando regresamos con los otros dos; mi hermana por fin nos abrió. Al entrar a la casa mi hermana y madre se le quedaron viendo de cierta forma a Alexia y ella lo sabia solo que parecía que no le importaba. 
— Muy bien, ¿para que nos querían?— pregunta Amaia sentándose en el sillón, nosotros hacemos lo mismo esperando por una respuesta. 
— Trajeron a alguien— dice mi hermana aun mirando a Alexia— ¿Por que?
— No dijeron que no podíamos— le respondo yo— ¿Podíamos apresurar esto? algunos si tenemos algo que hacer con nuestras vidas. 
— Quiero hablar sobre ustedes— dice mi madre sentándose enfrente de nosotros— Dos de ustedes son mi hijos y al otro lo quiero como si lo fuera— comienza a decir— Por eso siempre quiero hacer lo mejor que es para ustedes. 
— ¿Quieren algo de tomar? — nos pregunta mi hermana, todos negamos con la cabeza— Bueno, acompáñame a la cocina querida— le dice a Alexia. 
Alexia nos voltea a ver y yo solo asiento con la cabeza para que vaya con ella, ella se levanta del sillón y veo como sigue a mi hermana hasta la cocina. 
— Ve al punto madre— le digo. 
— Quiero mandar a Amaia a un internado.
— Sigue queriendo— le respondo riendo— Porque eso no va a suceder. 
— Es mi hija. 
Estaba apunto de responder pero veo como Alexia sale de la cocina con un cara la cual estoy seguro de que es como satisfacción, unos segundo después veo salir a mi hermana con una cara muy notable de enojo, Alexia se iba a sentar a lado de Amaia pero antes de que llegara con ella la tome del brazo y la jale haciendo que se sentara a mi lado. 
— Ahora si es tu hija— le respondo a mi madre— No quieras hacerte la madre santa que adora a sus hijos porque no es así. 
— No soy de las mejores madres que pueden existir pero no importa porque sigo siendo su madre y yo hago lo que quiera con ustedes. 
— Te equivocas— le dice Amaia. 
— Tu cállate— le dice mi madre casi gritando— Daniel no es mayor de edad, así que fácilmente te puedo quitar a Amaia— dice muy seriamente— Asi que mejor ve a guardar tus cosas Amaia, porque tu vas a regresar a esta casa. 
— No voy a dejar que te la lleves— le respondo igual de serio— Dejo que le hagas a Paula lo que tu quieras porque aun no encuentro la forma de liberarla de ti, pero no voy a dejar que me quites a Amaia. 
— No tienes ninguna otra opción o me la das a mi o regresa con tu padre— me responde— Pero no la dejare contigo. 
— Entonces voy a subir a Amaia a un avión lo antes posible. 
— No eres capaz de alejar a tu hermana de ti. 
— Soy capaz de muchas cosas madre— le digo levantándome del sillón— Prefiero mandarla lejos a que este contigo— le digo seriamente— Vámonos chicos— les digo y se levantan del sillón, estábamos caminando hacia la puerta pero Romina hablo. 
— Ella debe de ser la cualquiera por la que dejaste a Sam— dice haciendo que nos detengamos, Alexia regresa hacia ella y se para justo enfrente. 
— Tu eres la santa de su hermana mayor— le responde con una sonrisa— Pero eso es igual de mentira como lo que acabas de decir, porque realmente tu eres la maldita perra que tiene como hermana— le dice a lo que Romina se queda pasmada por unos segundos.
— Maldita niña descarada— le dice mi madre. 
— Descarada usted,  solo quiere a Amaia para hacerle la vida imposible— le comienza a decir— Porque a usted nunca la ha importado sus otros tres hijos— le dice y mi madre se queda callada por unos minutos, le impacto que Alexia supiera de Pau porque muy pocas personas saben de ella— descarada usted, que en el momento en el que supo que a su hija le costaría mejorar la comenzó a tratar como la mierda.
— Cállate ya— le dice Romina.
— Descarada usted que solo piensa que tiene a una hija, que es la que le sigue a todo sin importar que sea, descarada usted que se olvido que tiene otros tres hijos. 
Mi madre no respondió, solo se quedo callada por unos minutos, realmente pensé que no le iba a responder pero cuando vi lo que iba a hacer supe que me equivoque. 
— Ni se te ocurra— le digo sosteniéndole la mano a mi madre justo antes de que intentara pegarle a Alexia— Jamás se te ocurra tocarla. 

_______________


Daniel Gabao 
— Entonces— le digo. 
— ¿Que? 
— Dije que si ibas con nosotros yo tenia que hacer lo que tu quisieras— le respondo— ¿Qué quieres? 
— ¿Seguro de que puedo escoger lo que quiera? 
— Si.
— ¿De que hablan?— nos pregunta Amaia entrando al cuarto. 
— De nada importante— le respondo— Entonces— le digo a Alexia. 
Estaba esperando una respuesta de ella pero tenia la vista fija en su celular, supongo que no era tan bueno porque la expresión en su rostro cambio completamente y cuando vi a Amaia supe que ella también noto el cambio tan notorio. 
— ¿Qué pasa?— le pregunta Amaia. 
— Nada— responde ella y guarda su teléfono. 
— ¿Qué te dijeron los estúpidos? 
— Que nada— vuelve a decir.
Amaia le iba a volver a responder pero justo en ese momento entro Alan a mi cuarto— Amaia, tu padre esta al teléfono— anuncia y sale de este. 
— Ve— le digo a Amaia. 
— Pero quiero hablar con ella— dice señalando a Alexia. 
— Es mas importante que hables con tu padre— le dice Alexia— Asi que ve. 
— Esta bien— dice y camina hacia la puerta— Pero tu y yo vamos a hablar— dice y sale de mi cuarto. 
Al mirar a Alexia noto como ella solo tiene la vista fija en una cosa, cuando sigo su mirada me encuentro con la consola. La veo por uno segundos mas y me doy cuenta de que realmente no esta mirando la consola; ella realmente no esta mirando nada, porque ella esta aquí pero su mente no. Su mente posiblemente este pensando un millón de cosas mientras ella esta aquí sentada.
— ¿Todo bien?— le pregunto sacándola de sus pensamientos. 
— Si, todo bien— me responde— ¿Me sobrepase con tu madre?
— No— le respondo seguro— Fue lo mejor que pudiste haber hecho, ella a dicho cosas mucho peores así que fue bueno que alguien se las dijera a ella. 
— Se las merecía 
— Si— le respondo— ¿Estas bien? 
— Si 
— ¿Segura? 
— ¿No has sentido la necesidad de querer desaparecer?— me pregunta aun mirando a a nada. 
— Si— le respondo— Creo que cuando eso pasa es porque ya no puedo con tanto. 
— Creo que también la siento en ese momento— me dice— Algunas veces solo me quiero alejar de todos, aunque sea un día solo poder alejarme de todos y no saber nada de nadie. 
— ¿Por que no lo haces? 
— Porque cuando regrese me van a matar, imagina desaparecer todo un día. 
— Seria lo mejor. 
— ¿Tu por que no lo haces? 
— Porque tengo una hermana que necesita mucho de ti y secretamente también a un mejor amigo. 
— Deberías tomarte un tiempo para ti— me dice— No es bueno que las personas dependan tanto de ti. 
— Lo se, pero creo que no tengo mucho valor para dejarlos a su suerte. 
— Y ese es el problema— dice y me mira a los ojos— Que si las personas dependen tanto de ti, te van a terminar robando la vida. 
— Y me lo dices tu. 
— La diferencia entre tu y yo— me dice con una sonrisa— Es que a mi ya me están robando la vida, pero a ti no, tu aun tienes demasiado por vivir y demasiadas ganas de vivir. 
— Tu también— le digo— Recupera esas ganas y cuando tengas la oportunidad vete muy lejos, aléjate de todas las mierdas. 
— Tu también hazlo. 
— ¿Si te abrazo no me mataras?— le pregunto riendo. 
— No— me responde con una sonrisa— O tal vez si. 
— Voy a correr el riesgo— le digo y me acerco a ella. 
La abrace esperando a que se alejara o me soltara un golpe pero no sucedió, ella solo recargo su cabeza sobre mi, no se porque pero desde este momento comencé a sentir la necesidad de que debo de estar siempre con ella, la necesidad de que nadie debe de lastimarla, la necesidad de protegerla sin importar que. 
Esa necesidad que nunca me dejo, esa necesidad que realmente nunca llegue a sentir con otra persona. 
 



#4478 en Joven Adulto

En el texto hay: drama, drama -romance

Editado: 22.10.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.