Mi Última Voluntad Antes de Decir a Dios

CAPÍTULO 6

  Mis pensamientos eran revoltosos y apenas respiraba, por lo que estaba pasando. Pasó un buen rato cuando salió la primera palabra:

- Eh, mira. Ya sé que es lo que quieres. Pero hay unas reglas- todo esto obviamente lo dije en latín, cosa que si alguien me viera creería que estoy loco o invocando al diablo

-¿Ni me conoces y ya me quieres poner reglas?- contestó el fantasma mientras se bajaba de la baranda de ese maldito puente.

-¡Y sí!, te los digo ahora para ver si te vas a quedar conmigo o te vas con otro de los guardianes o como vos le llames- contesté medio apresurado ya que estaba recuperando el diente y ya me quería ir a mi casa estaba refrescando y La campera que tenía no era muy buena para estar ahí.

-Está bien decimalas, a ver si literalmente dicen lo que sos- lo dijo con un tono medio sarcástico y a la vez frustrado

-Bueno Primero  no ayudó a suicidas. Segundo, no hago que otro se comunique con vos. Tercero, no te podés meter a mi cuerpo a pedir disculpas con tu voz. Cuarto, no me digas que tenés que cumplir una misión en el Niágara porque no lo haré. Quinto, no pienso cumplir una lista de deseos.-dije todo esto mientras le iba señalando- las cosas y ella se iba riendo y poniendo una cara de que ya sabía lo que iba a pedir.

-Bueno, sos tal cual como todos te mencionan, ordenado y con reglas; pero bueno, me quedo contigo. ¿No querés que me ahora me presente o qué ya sabes todo de mí?- dijo en tono burlón 

-Sí sí, todos hablan de mí bla bla bla me importa poco, y sí preséntate espera que saque una hoja una libreta y te anoto número 666- dije mientras desviaba mi mirada hacia una mochila que contenía mi libreta y mi lápiz donde anotaba todas las armas que he ayudado para llevar registro de cada alma, para que el  Dios que molesta no me estafara y me quisiera mandar otra alma. Ya cuando saque le hice seña a ella para que hablara.

- Me llamo Selene Borshua, vivo acá tengo 17 años y no me suicide porque me asesinaron, no sé quién no preguntes, no quiero que resuelvas mi crimen, pero hay unas reglas que no cumpliré.- cuando finalizó de decirme que no ibas a hacer lo que yo les había pedido cerré mi nota y empezó a caminar sin mirar atrás, sin mirarla a ella, sin decir una palabra.

- ¡Hey! ¿A dónde vas ? ¿pensé que me ibas a ayudar?- me contestó ella mientras me perseguía, no me perseguía sino que flotaba y me seguía.

-Me voy- contesté - me voy, porque si no vas a cumplir las demás reglas para qué quieres que te ayude entonces-

-Me está diciendo porque no voy a cumplir otras reglas no me vas a ayudar. ¿no te querés liberar de tu deuda? - me dijo ella media desafiandome

-¿Cómo sabes de la deuda? ¿que acaso es el ser superior o como quieras llamarlo te contó?-

-Sí, qué crees ¿que me iba a enterar así por magia?. Entonces ¿me vas a ayudar o qué vas a seguir con tu deuda?-

-Bueno te ayudo- << total sos mi número 666, ¿que me costaba ni no meterme en quilombo hace años?>> Pensaba mientras me acercaba a ella - pero bueno escúchame ¿Qué reglas no vas a cumplir?-

- La quinta, la quinta regla no cumpliré necesito que cumplas algunos deseos al menos para que la gente que quise ya esté bien -me lo dijo con un tono de melancolía y recuerdo.

-okay, ¿Viste esta libreta?- dije mientras se le iba acercando y ella sentía- Bueno acá quiero que firmes, es un papel sagrado de papel, va a ser un contrato que dirá que hasta que no te termine de ayudar, no podré liberarme de ti así que vas a estar atada hasta que se cumpla, ¿De acuerdo?- ella sintió la firma sin problemas y yo le hice una seña de que me siguiera.

     Mientras íbamos caminando me di cuenta que ella empezó a llorar no entendía, por qué, pero a veces los fantasmas  lloran en lugares donde ya estuvieron recordando su vida. Como no quise preguntar nada, entre a casa y señalé que vaya a mi cuarto rápidamente, ya que iba a estar más segura, pero de repente  vi que en el sillón estaba sentada Ángel, con una cara de espanto y preocupación; y a su vez al lado estaba mi hermana que la estaba hablando  con ella.

      Trata de no hacer ruido pero una voz preocupada y llorosa me detuvo:

-Luckas, espera te tengo que decir algo- cuando me di vuelta era Ángel ya parada y cerca de mí.

-Yo no quiero hablar, ahora no- dije mientras trataba de alejarme de ella y veía que Selene bajaba de las escaleras.

-Sí lo sé pero es que fui cruel y no tuve que hacerlo- dijo mientras se frotaba la cabeza.

-Sí te entiendo- contesté mientras veía que Selene se iba acercando y tratando de tirar algo. Pronto grité -¡No!- 

 Angel se dio cuenta que ya estaba viendo una nueva persona y lo único que pensé fue << mierda, otra vez perderé a alguien por esta maldición>>




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