Mi Ultimo Deseo es Amarte (editado)

Capitulo 30: Acepto

Narra Jessica.

 

 

Son pasadas de la cinco de la tarde, sigo en el hospital recibiendo tratamiento, ha llegado la hora de hacer lo que debía hacer aunque me duela, debo hacerlo.

Ya casi termina la doctora de quitarme el suero, casi me desmayo en el autobús por eso estoy recibiendo tratamiento.

Patricia me da su paraguas para poder irme a casa ya que está lloviendo, lo malo es que la parada está demasiado lejos del hospital; antes de irme, enciendo mi celular ya que lo tenía apagado y veo que tengo demasiado mensajes y llamada, luego me doy cuenta que Elizabeth me ha marcado, le regrese la llamada, le marco y se escucha una Elizabeth desesperada.

“Hola Eli, ¿Qué pasa?”

“¿Dónde rayos has estado?”

“Tuve que ir al hospital para que me dieran tratamiento”

“¡Me tenías angustiada!”

“No te preocupes, ahorita estoy saliendo del hospital”

Luego escucho como cuelga la llamada después que dije eso, me deja sorprendida, dejo el celular en mi cartera y me encamino hasta la parada, es momento de llorar, renuncie ya que no tiene gracia seguir trabajando si casi estoy en mis últimas.

Y más si Jackson trabaja ahí, me duele bastante dejarlo pero es lo correcto, solo espero que no esté angustiado.

Camino a lo largo de la calle, aun llueve con tranquilidad, un sonido me deja en extrañes, al mirar atrás mis ojos se abrieron como platos, una moto llega y se coloca más delante de mí, ¡no puede ser es Jackson!

Ya no debo huir, a sufrir las consecuencias, me mira con preocupación y seriedad cuando se acerca todo mojada por la lluvia que cae, esa mirada no me gusta ya que sé que está enojado.

Me acerco a él, con unas lágrimas que adornan en mis mejillas.

-¡¿Dónde has estado?! – grita desesperado, hace que corran más lagrimas – ¡¿Por qué actúas de esta manera Jessica!?

No puedo hablar, estoy queriendo desarrollar mis mejores palabras para expresarme, un nudo en la garganta me lo impide, hasta que lo único que sale de mis labios fue lo que quería decir hace mucho.

-Lo siento… - corto la voz, mis lágrimas caen con desesperación – ya no podemos… Jackson.

-¿De qué hablas? – Pregunta preocupado, se acerca y me agarra de los hombros - ¡Dime!

En ese momento es cuando no soporto tanto misterio, sé que esto le dolerá y si se quiere alejar, lo comprenderé.

-Tengo leucemia – exclamo al borde del llanto, al fin dije lo que tanto ocultaba y me daba tanto dolor – yo… yo

Jackson no reacciona, se ha quedado paralizado intentando entender lo que le he dicho.

-Yo… me iré – digo ya desesperada por la situación en la que estamos, comienzo a llorar con mucha intensidad – no, no quería hacerte sufrir… lo siento…

-¡¿Por qué no me lo dijiste?! – pregunta herido y lo entiendo.

-Tenia… miedo – respondo cuando se me corta la voz, veo el rostro de él, sus lágrimas caen también – será mejor que… me vaya.

-Jessica – su voz sale en un susurro que me lastima, no quiero ver sus ojos porque me causaran tanto dolor que no lograra resistir.

-Lo siento Jackson – me adelanto en el camino, no quiero que me detenga y veo que me entiende, camino hacia la parada donde lloro y sollozo.

 

En el autobús llega y subo en seguida, mi mente se escabulle en la tristeza y solo puedo decir que fue lo correcto.

 

Imaginaba una familia junto a él, una vida normal donde nuestro amor se formara en un hogar pero ahora aquí estoy sin saber a dónde ir. Correr donde mis padres no sería ayuda, necesito a una persona que me consuele, al llegar mis deseos se cumplen, Elizabeth está esperándome en la entrada de la puerta, nuestros ojos se cruzan y un mar de lágrimas se acorrala de mi ser, corro hacia mi amiga; donde ella me recibe con sus brazos.

Necesitaba estar con alguien y esa persona debía ser mi amiga, quien siempre me escucha y me da consejos.

Lloro como niña al entrar al departamento me acorralo del sillón, debo desahogarme y darme cuenta de la realidad que estoy viviendo, lo único que me queda es esperanza.

-¿Le contaste todo? – esa pregunta hace que me duela más.

-Si… - respiro hondo, quitando con mis manos algunas lágrimas – no quería lastimarlo.

-Está bien Jessica – se acerca a mí para abrazarme – hiciste lo correcto.

-No espero nada – comento – solo quería que supiera que siempre lo ame y lo amare.

-Eres una buena persona – me susurra con tranquilidad – nadie en el mundo sería tan capaz por lo que hiciste – dice cuándo empieza acariciarme el cabello – lo perdonaste, le distes lo mejor de ti, tiene que darse cuenta que todo tiene un fin.

-Tienes razón – digo cuando sus palabras me dejan sorprendida y retumban en mi mente, todo lo que le di a Jackson y el me dio a mí, fue maravilloso, siempre se lo agradeceré.




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