Mi Último Deseo || Kim Taehyung

3. Lo siento.

T/n. 

Decir que Taehyung está perplejo es poco. Da un paso atrás, luciendo anonadado. 

Solo espero que mi familia no le haya causado problemas a la suya. No es por desconfiar, pero… cuando se trata de intereses mi mamá y mi tía son muy insensibles. 

—¿Taehyung?—insisto y lo saco de su transe.

—Sabes…—respira hondo—Tú y yo… no debimos conocernos. 

Me mira con esa frialdad característica en sus ojos para luego darme la espalda. 

—¿De qué estás hablando?—intento tomar su brazo pero lo quitó con brusquedad. 

—No vuelvas a tocarme—me empuja a un lado y camina al taxi—Por favor, llévela a la calle… 

—No es necesario, puedo hacerlo yo sola—ingreso al taxi cerrando de un golpe la puerta—Espero no volver a verte. 

El taxi empieza a avanzar y lo último qué veo por la ventanilla es qué se va furioso. Pero ¿Qué le pasa? ¿Por qué actuó así tan derrepente?

-

-

Veinte minutos después, estoy en casa. Ingresó de puntitas para que no me escucharan pero Jimin y Leticia corren apenas me ven entrar. 

—¿En dónde estuviste anoche? ¿No sabes lo preocupados que estábamos?—interroga Leticia asegurándose que no tenga ninguna herida física. 

—¿Por qué te saliste así de la nada? Ni siquiera hemos dormido por estar pendiente de tí—reclama Jimin. 

—Lo siento—mirada triste—Es una historia muy larga, pero en resumen me perdí por seguir a una mariposa. 

Ambos no se sorprenden—Tú y tú loca obsesión por las mariposas—dice Jimin. 

—Ya sabes que son mis favoritas. 

—¡Oye! Deja de molestarla—interviene Leticia—Sabes muy bien que desde pequeña siempre le gustaron las mariposas, así que silencio. 

—Por cierto… ¿no pasó nada raro anoche? ¿Dormiste bien?—pregunta Jimin

Asiento confundida—¿A qué viene eso? 

—Nada, olvídalo—pausa—Mi padre estaba preocupado por tí. Incluso casi llama a la policía. Deberías ir a visitarlo. 

—¿Me llevarías?—pregunto y Jimin asiente—Oigan, ¿mi mamá no sabe de esto, no? 

—No te preocupes, le inventamos qué estabas con el tío Park, así que tú solo evita hablar del tema—sonríe Leticia.

-

-

La casa del tío Park no queda muy lejos, así que llegamos caminando. A pesar de que él y mi tía estén separados, mi tío siempre ha sido mi única figura paterna que he tenido durante toda mi vida. 

—¡Papá!—corro hacia su oficina y lo veo sentado en su escritorio leyendo el periodico. 

—¡T/n, hija!—me recibe con una sonrisa y abre sus brazos para un abrazo. 

Sí, ya sé que es mí tío. Pero él siempre dijo que tanto a Jimin y a mí nos crió como sus hijos. Así que siempre le dije padre. 

—¿Me extrañaste? Lamento haberte preocupado esta mañana—me siento en el borde de su silla. 

—Pero ¿estás bien?—pregunta.

Asiento—Solo tuve un pequeño problema, pero nada de otro mundo. 

—¿Tú madre no sabe nada, verdad?—ríe—Me llamó para asegurarse que estabas aquí. Pero ya sabes que siempre te cubro—pone los ojos en blanco. 

—Ya lo sé—sonrío—Y por eso te amo tanto—tomo sus mejillas y las aprieto. 

—Me amas porque sabes que estoy de tú lado. 

—Pero sabes que te amo más que a mí madre, papá—aseguro 

Jimin carraspea la garganta para enfatizar que está aquí también. 

—Es tú tío, no tú padre—refunfuña 

—Cierra la boca, envidioso—le saco la lengua y él aprieta los dientes. 

—No peleen, saben que tengo suficiente amor para ambos—mira Jimin—Ven a darme un abrazo mocoso—le ordena y el obedece. 

Siempre fué así, Jimin y yo estuvimos más tiempo con nuestro padre que con nuestras madres. Ellas… solo se enfocaban en el trabajo y su fortuna. 

 

Taehyung. 

Una vez que se llevarán el taxi en la grúa, regreso a casa. Lo he estado evitando, pero no puedo seguir dejando sola a mí madre. 

Apenas llego me voy a encerrar a mi cuarto.

 

***

 

Esto está tan oscuro. 

Mi pequeña habitación no tiene ninguna ventana y me asfixia.

 Los pensamientos inundan mi mente. 

¿Por qué ella tenía qué ser hija de esa mujer? No se parecen en nada… 

De la nada un fuerte ruido de vidrio roto se escucha afuera, mi cachorro corre a mi cuarto y se ve realmente asustado. 

—¿Qué sucede?—lo acaricio—Él… él llegó ¿no es así? 

—¡Maldita sea!—grita mi padrastro—¡Por qué eres tan inútil! 

Lo sabía… ese hombre está aquí. Como siempre. 

El cachorro gruñe de miedo y lo abrazo para que no lo escucharan. 

—Tranquilo, todo estará bien—susurro.

 

***

 

Los gritos han desaparecido así que doy por hecho que él se a largado a algún bar de mala muerte a seguir tomando. 

Salgo de mi habitación y busco a mi madre, quien está en la sala limpiando él desorden. 

—¿Mamá?—me acerco. 

—No te acerques—me detengo—Podrías lastimarte—su voz parece temblar y a la vez se limpia las lágrimas. 

—¿Por qué fué está vez? ¿No estás cansada de lo mismo siempre? ¡Por qué estás con ese borracho! 

—¡No hables así de tú padre!—grita 

—El no es mi padre. 

—¡Pues como si lo fuera!—me mira con los ojos brillosos. 

—¿Por qué lo defiendes tanto?—me trago mis lágrimas—Él no hace más que maltratarte. Siempre fué así. 

—Él no es malo, solo...no hay que hacerlo enojar—llora pero esconde su rostro. 

—Vámonos, Vámonos de aquí—me acerco—Por favor, mamá. 

—¿Y de qué viviremos? 

—Yo trabajaré, haré lo que sea, pero vámonos de aquí—suplico.

—¿Para qué? ¿Para que te asesinen igual que a tú hermano?—vuelve su mirada en mi y solloza. Me parte él alma—Nuestro lugar está aquí. A lado de tú padre. 

—Ya te he dicho que no ese idiota no es mi padre. Mi papá falleció cuando apenas era un niño. 

—¿Y qué hizo? Tú padre murió y nos dejó con un millón de deudas—suspira—Traté de darles lo mejor a tí y a tú hermano, pero la vida fué igual de injusta y se lo llevó a él también… así que por favor… no dejes que te lleve a tí también. Apenas siento que puedo respirar ahora, no puedo dejar que te pase algo ¿entiendes? 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.