Mi Último Deseo || Kim Taehyung

25. Alto probabilidad de irse.

T/n. 

Terminé de alistarme para luego darle el alcance a mi madre quien me esperaba abajo con unas maletas. Su mirada fría me dió un pequeño escalofrío que se borró al instante. 

—Esta es la primera entrega que harán Jimin y tú, estamos confiando en ustedes así que sean lo más cautelosos posibles. 

—Como digas. 

Apenas respondí porque sentía un trago amargo en la garganta. 

—¿Jimin aún no está aquí?—miré toda la sala pero no estaba.

—Son las 4 de la madrugada. ¿Qué crees?—alzó una ceja cruzando los brazos.

—Ah, bueno.—le di la espalda. 

Hubo un pequeño silencio incómodo mientras esperaba a Jimin. 

—¿Hasta cuándo piensas seguir así? 

—¿Indiferente? No lo sé, a lo mejor lo aprendí de ti.  

—Cría cuervos y te sacarán los ojos—sonrió irónicamente. 

—¿Y la culpa de quién es que yo sea huérfana?—giré y la miré fijamente. 

Mi madre abrió los labios pero se detuvo.

—¿Nos vamos?—interrumpió Jimin. 

—Pueden llevarse el carro estacionado afuera—dijo mi madre antes de desaparecer. 

—Jimin, T/n, tengan mucho cuidado—mi tía musitó desde las escaleras, parecía realmente preocupada. 

—¿Por qué? Solo son inmobiliarios lo que estamos entregando tía …o… ¿es otra cosa?—pregunté y ella se puso nerviosa.

—Mamá, estamos yendo a otra ciudad, tampoco nos vamos a la guerra—agregó Jimin. 

***

La carretera estaba muy solitaria y fría, la neblina cubría mucho la vista pero Jimin manejaba muy bien. 

—No quiero morir—dije

—¿Crees que yo sí?—negó con la cabeza.

—Lo digo enserio…Jimin…—giré mi cuerpo y lo miré 

—T/n, se una buena copiloto e indícame las direcciones—dijo y le eché una ojeada al mapa del carro. 

—Estamos en sentido contrario—bromeé, pero este se detuvo de golpe—¡Oye, yo solo…

—¿Qué demonios?—musitó pasmado. 

Miré hacia delante y un auto nos había impedido el paso. Miré por la ventana varias veces para distinguir quienes eran pero no se veía nada. Una bocina sonó a un lado para llamar la atención, giré y una luz brillante me cegó los ojos. Otro auto se acercaba hacia mi dirección a toda velocidad. Me cubrí la vista con los brazos hasta sentir un fuerte golpe que me dejó completamente en negro. 

 

Taehyung. 

Apenas era amanecida cuando Leticia me arrastró con ella hasta la casa de T/n y Jimin. El sol apenas se estaba poniendo y el frío era insoportable. 

—¡Tiaaaaa!—Leticia empezó a gritar varias veces

—¡Te pueden escuchar!—la silencie

—Eso es lo que quiero—respondió tranquilamente. 

—¿Qué son todos esos gritos?—salió la señora Yung—Oh, Leticia, querida. 

—Tía, necesito hablar con T/n, solo una vez, luego no la volveré a buscar—añadió 

—T/n no está en este momento—masculló.

—Yo se que eso es mentira, por favor, solo una última vez—suplicó pero la mamá de T/n no daba señales de cambiar de opinión. 

—Ella no está en casa, se fué luego de que tuvimos una discusión, ella está asimilando que es huérfana, así que eso puede tardar un tiempo, no se cuando volverá. 

Empecé a notar la rabia líquida que solo ella sabía sacarme empezando a latir por todo mi cuerpo y las ganas de ir y decirle sus mil verdades empezaron a ser preocupantes, pero no quise hacerlo, después de todo sigue siendo una mujer. No lo haría, yo no era así, no sería como ella. 

—La huérfana no es T/n, sinó usted—traté de sonar lo más tranquilo a su mirada incrédula—Nadie va a querer ser parte de su familia. 

Antes de que ella pudiera responder Leticia me tomó del brazo y me llevó hasta la puerta principal. 

 

—¿Qué haces?—dije cuando se sentó en una piedra. 

—Esperar. 

—¿Qué? Te ha dicho que T/n no está. 

—Lose, pero eventualmente tendrá que regresar, así que la esperaré.

 —Estas loca. 

Ella sonrió negando con la cabeza.

—Pero más loco estoy yo por quedarme con una loca como tú—respondí mientras me sentaba. 

—Oh, ¿y por qué será?—me miró con superioridad.

La miré de reojo pero no le dije nada, Leticia sonrió como si supiera la respuesta y estaba claro… que lo sabía. 

 

Es de noche. 

Quizá suene exagerado pero es la verdad, han pasado eternas horas que ha oscurecido. Ya no siento las piernas. Ni siquiera estoy seguro de poder levantarme. 

—Oye, ¿Jin sabe de esto?—pregunté y negó con la cabeza—¿Y crees que no hará nada al saber que no estás en casa? ¿Y qué crees que me hará cuando sepa que saliste conmigo? ¡Hasta noche!

—¿Dejarte sin comida?

—¡Exacto! Lo siento, pero mi estómago no me lo permitiría. 

Leticia no pareció escuchar mis palabras cuando se levantó de golpe. 

—¡T/n!—dijo asustada. 

Me quedé congelado al instante en que pronunció su nombre. Miré hacia delante y ahí estaba ella. Herida. Apenas podía caminar y sostener su propio peso, tenía sangre recorriendo la parte izquierda de su rostro. 

Una bofetada dolería menos, lo hubiera preferido en vez de verla así. 

—Leticia—dijo con la voz llorosa—Jimin… 

Leticia dió un paso hacia ella preocupada—¿Qué hay de él?  

T/n empezó a llorar más fuerte que parecía que caería en cualquier momento. 

—T/n, ¿qué pasó? ¿por qué estas así? ¿Dónde está Jimin?—Leticia la sostuvo de los hombros pero T/n cayó encima de ella.

—Leticia… Jimin—T/n seguía llorando mientras ella le acariciaba la espalda. 

Tardé varios segundos en asimilar todo para poder acercarme a ellas. Le quité de encima a Tn y la arrastré hacia mi hombro, donde no podía dejar de llorar. Estaba temblando y noté como mi ropa y manos se ensuciaba de sangre, pero eso no me importaba. 

—¡Busca un taxi, tenemos que curarla primero!—le dije. 

 

***




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