Mi último día

9 de agosto del 2025

Necesitaba hablar con alguien, pero no tenía a quién llamar... o simplemente sí tenía, pero tenía miedo. Tenía miedo a que no me entendieran, a que mis problemas solo fueran insignificantes y que yo solo los estuviera agrandando más de lo que eran... Temía a que me traicionaran después.

A alejar esa amistad o alejar a esa persona que amo, sentía que si les llamaba les iba a traer más problemas, porque de seguro sus problemas eran más grandes que los míos y los míos eran insignificantes para ellos. Temía a que me juzgaran, a que él me juzgara.

Tengo miedo.

Tengo miedo de lo que estoy sintiendo, siento que no soy suficiente, siento que no me estoy esforzando, pero lo intento, lo juro que lo intento. En mi relación contigo, en la universidad, en mis amistades. Ya no sé qué hacer.

Tenía mucho que no me sentía mal, o eso yo pensaba. Me estaba mintiendo, lo sé, lo sabía. Sabía que me estaba mintiendo, pero no lo quería admitir.

Hoy me volviste a cantar, después de más de un año. Siento que yo no soy suficiente para ti. Últimamente me has tratado con desinterés y estoy temiendo a que me acostumbre a eso, a que me acostumbre a tu desinterés.
¿Sabes lo que me enamoró de ti? Tu voz, tan melodiosa que sentía que me envolvía en las letras y las notas del piano o la guitarra.

Pero hoy... hoy fue diferente. Cuando te escuché solo me rompí, me rompí al recordar lo que éramos, lo detallista y atento que eras conmigo y ahora... ahora solo me escribes cuando te acuerdas de que tienes novia, cuando te escribo 3 o 4 mensajes mientras te espero 1 o hasta 2 días a que me respondas, y te excusas con el trabajo y la universidad. ¿Pero sabes qué? Yo te creo, pero ya no puedo más. Te reclamo y me ignoras. Ya no sé qué hacer...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.