Mi último primer beso

Capítulo 1

2011, Siete años atrás.

¡Último año, sí! Creo que una de las mejores sensaciones en el universo es aquella que tienes cuando te das cuenta de que es tu último primer día. Odio este maldito infierno así que no existe nada mejor que apreciar este último año.

Es normal, como adolescente, odiar el colegio, pero mi odio era justificado.

El Instituto Saint Germain corresponde a uno de los mejores institutos de los Estados Unidos, obviamente es privado, repleto de niños hijos de papi. Aunque debo admitir que no todos en este lugar son seres humanos despreciables, existen algunas excepciones.

El instituto se encuentra dividido en tres grandes grupos: los “descerebrados” populares, los normales y los becados. Cuando llegué a los diez años el grupo de los becados prácticamente era marginado por todos, pero mamá no me había criado para ser una cobarde y que el resto de los chico tuviera dinero no significaba que fueran superiores o mejores personas que los becados. Fue entonces cuando comencé a crear un “grupo” que le hiciera frente. Actualmente somos siete mejores e inseparables amigos. Alex, Charlotte, Clare, Sam, Theo, Blake y yo.

En otros lugares es común que los becados se sientan menos preciados por ende sufren abuso por parte de los populares, en nuestro caso no es así. Esto se debe a que somos los mejores alumnos de todo el instituto, podríamos ser más, pero son pocos los becados que soportan la presión y las peleas. Los populares están en constante guerra con nosotros, ellos tienen su dinero y sus padres, pero nosotros tenemos a los profesores y parte del director, ya que somos nosotros los que conseguimos la mayor parte de sus logros en el ámbito académico.

¿Por qué estoy en este lugar si lo odio? Bueno, mi madre siempre se ha esforzado por darme lo mejor, es por eso que comenzó a trabajar en este lugar como cocinera eso, sumado a mis excelentes calificaciones, me ayudo a entrar. Sé que es la mejor opción para entrar a la universidad que quiero y ser la mejor doctora del mundo.

_ ¡Julieta, Julieta…mi hermosa Julieta!

Podía reconocer esa voz perfectamente…Theo. Tenía una extraña afición por llegar cada mañana gritando mi nombre, como si no fuera suficiente la atención que tengo cada vez que discuto con Kyle, Theo se asegura de que todos se fijen en mí cada mañana.

_ ¡Theo! Te he dicho mil veces que no me grites así –intentó hacer un puchero que le salía fatal- ni lo intentes porque no funciona conmigo. –Estiró aún más su labio, como si eso fuera… ¿tierno?- te daré un abrazo solo porque extrañé tus bobadas en las vacaciones.

Me acerqué y le di un fuerte abrazo. Theo había sido mi primer amigo cuando llegué a este infierno, él había llegado dos años antes que yo y se encontraba solo ya que los populares habían “prohibido” que alguien se acercara a él. Lo sé, es increíble cómo algunos chicos son malos desde nacimiento. Pero entonces llegué yo para salvar su lindo trasero…reí mentalmente al recordar cómo golpeé a Madison por tirar su jugo en la cabeza de Theo.

-no me sorprendería que estés pensando en cómo me salvaste de Madison en tu primer día de clases. –a veces tenía la sensación de que Theo podía leer mis pensamientos o yo era muy obvia…creo que ambas-

-por supuesto que no. Estoy pensando en…en por qué no han llegado los demás. –Cambié el tema-

-probablemente fueron por sus horarios, sabes que siempre somos los últimos en llegar. –es cierto, Theo y yo éramos siempre los últimos en llegar en lo que se refería a nuestros amigos-

-pero somos los primeros en llegar si contamos al resto de los alumnos- le di una sonrisa de autosuficiencia-

-claro, lo que calme tu llanto ahora vamos por los horarios, estoy emocionado porque es el último año…adiós centro de idiotas hola Harvard.

-¿si te tomaste la pastilla Theo? Te he dicho mil veces que no olvides tus pastillas para lo loquera.

-tan graciosa como siempre pequeña bestia –si ironía flotaba por el aire sin tocarme-

-no soy una bestia. –Desde que vimos “La Bella y la Bestia” y lloré porque es una de mis películas favoritas, la otra probablemente sea Mulán, así que Theo comenzó a decirme pequeña bestia-

-claro, repite eso cuando te veas comer fideos con salsa.

Si hay algo bueno que tiene Theo es la memoria, además de muchas otras buena cualidades, pero me refiero a que no olvida ni el más mínimo detalle, supongo que eso le será de gran ayuda cuando se convierta en abogado.

Llegamos a la recepción que se encontraba un poco solitaria, a pesar de que faltaban solo diez minutos para entrar a clases. Era normal el primer día, y casi todos los días, que los chicos llegaran a la hora que se les daba la gana, claro, eso solo funcionaba para los no becados. En cada curso existía un grupo de becados, generalmente eran los más responsables y estudiosos, era un hecho que al ser becado debías ser estudioso, después de todo, mantener la beca no era tan simple.




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