Mi último primer beso

Capítulo 8

_ Déjame ver si entendí –Me senté correctamente ya que estaba tirada en el pasto. Con Theo teníamos una hora libre así que aprovechamos de vagar por la universidad- Debemos ir a comprar nueva ropa para una estúpida reunión de ex alumnos porque a alguien se le ocurrió la tonta idea de que todos debían ir de gala.

_Exacto, la invitación dice específicamente que debe ser de gala, ya sabes que Ava es una de las organizadoras y…

_ Y como la superficial que siempre ha sido necesita mostrar lo barata que es con un extravagante vestido –Dijo Sam llegando junto a nosotros. Se sentó junto a Theo y nos dio un paquete de galletas a cada uno, genial porque tenía hambre-

_ No me gustan las galletas saladas –Le recriminó Theo-

_ Esas son las de Julieta bobo las de chocolate para la princesa. –Le tiró las galletas de chocolate mientras se burlaba… como siempre-

_ Sí, sí… muy gracioso –Theo lo miró mal, pero de todas formas abrió el paquete y comenzó a comer- Volviendo al tema, Sam tiene razón, como Ava es la organizadora principal quiere que sea una fiesta de lujo.

_ ¿Es por lo de la revista? –Pregunté- De seguro va a tener una imagen por cada rincón con su cara en primera plana.

_ No lo dudo es Ava de quién estamos hablando – Sam le robó una galleta a Theo solo para molestarlo, lo que me causó risa así que luego me robó una a mí- Por mi parte, usaré el mismo traje de siempre porque no tengo dinero y aunque lo tuviera no gastaría en esa estupidez.

_ Los hombres tienen suerte porque pueden usar lo mismo y nadie lo nota… ¿Qué hago yo? –Gruñí. Odiaba los vestidos y no tenía dinero para comprar uno nuevo… tenía algo ahorrado, pero no lo gastaría en algo tan inútil.

_ No te preocupes porque aquí tienes a tu salvador. –Gritó Theo- Hace poco pasé por una tienda de segunda mano que tiene ropa increíble, te aseguro que encontraremos un hermoso vestido para que brilles junto a estos tres guapetones.

_ te equivocas Theodore, aquí el único guapo soy yo. – En dos segundos comenzaría una pelea que duraría al menos treinta minutos y todo porque a Theo no le gusta que lo llamen por su nombre completo ni que le digan que no es guapo-

Aunque a veces me cansaban sus peleas, no podía negar que ambos chicos eran muy guapos. Realmente tenía una suerte enorme porque por lo general me rodeaba de muchos galanes. Por una parte estaba Theo, mi maravilloso Theo. Con su metro setenta y cinco sacaba suspiros en muchas chicas de la universidad. Pero no era solo su altura sino que tenía una extraña mezcla entre chico adorable y sexy. Su piel clara destacaba bastante esos ojos azules que tanto le gustaba resaltar, ya que según él eran su mejor arma. Además, poseía un cuerpo estilizado sin demasiados músculos ni puro hueso. Lejos, lo que más me gustaba, además de su personalidad tan extrovertida, era la ridícula preocupación que sentía por su cabello, manteniendo siempre muy bien arreglado esa especie de jopo que según él estaba muy a la moda.

Por otra parte estaba Sam “sexy” Taylor. No es el tipo de chico que suele llamar mi atención pero tampoco estoy ciega. De que estaba bueno… estaba bueno, nadie podía negarlo y por eso muchas chicas, no solo de su facultad, lo buscaban para tener al menos una cita. El hecho de que fuera bastante alto parecía ser uno de los factores principales para llamar la atención de las chicas, poseía un estilo parecido al de Theo, en cuanto a cabello, pero no se veía tan delicado como era propio, muchas veces, de mi otro amigo. Sam estaba jodidamente marcado, si no fuera mi amigo probablemente yo… mejor no irme por ese camino. Sus ojos color chocolate combinaban a la perfección con su cabello del mismo color, tenía labios finos y besables que enmarcaban una hermosa sonrisa.

No sé por qué estoy pensando en mis amigos de esta forma, debe ser porque realmente están muy buenos.

Mientras terminaba mis galletas e ignoraba la pelea de esto dos “supuestos” adultos y quitaba los extraños pensamientos de mi cabeza noté que Blake caminaba en nuestra dirección.

Y como pensaba hace un momento es así, malditos hombres guapos que me rodean. Blake venía caminado como si fuera un maldito modelo y lo que más me molestaba era que nisiquiera lo intentaba, era sexy por naturaleza no había otra explicación. Cualquier chica que no lo conoce puede pensar que es el hombre perfecto, verdaderamente alto, lo sé porque me pasa como por veinte centímetros, con un cuerpo atlético y marcado. Una vez lo vi sin polera y pensé que había sido hecho a mano por los mismos dioses o sus padres de verdad lo hicieron con mucho amor. Su cabello oscuro, desordenado y despeinado al parecer hace que se vea mejor. Para empeorar toda la situación, su cara también era perfecta: nariz fina, mentón marcado, ojos de un verde esmeralda muy intenso, labios finos y bien delineados que habían pasado por muchas mujeres indecorosas.




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