Mi último primer beso

Capítulo 9

Me puse frente al espejo por quinta vez, simplemente no podía creer que esta fuera yo.

La última vez que me puse un lindo vestido fue para el matrimonio de una tía. El vestido de graduación no pude utilizarlo ya que nunca asistí a esa fiesta.

Hace tres días me encontraba muy complicada, sin saber que usar porque nada estaba dentro de mi pobre presupuesto. Por más que buscamos en las tiendas de segunda mano con Theo no encontramos nada, fue como si el destino no quisiera que me pusiera algo decente lo cual significaría un par de burlas seguras por parte de Ava. Para mi sorpresa el día jueves, un día antes de viajar a New York por el estúpido reencuentro, llegué a casa y mi madre me espera con una muy buena noticia.

_ ¿Por qué tienes esa cara de felicidad? –Tiré mi bolso en una silla y me senté junto a ella-

_ Sé que estás complicada con lo que vas a usar para la fiesta del reencuentro, Theo me lo contó.

_ Ese chismoso –Resoplé. Theo nunca fue capaz de guardar información- No te preocupes mamá, usaré algo que tenga.

_ De eso quería hablar, con tu padre habíamos guardado algo hace un tiempo para cuando tuvieras tu graduación, pero como no fuiste… -Me miró triste, ambas sabíamos perfectamente por qué no había ido. Digamos que mi situación con Kyle y el pequeño bulto en mi interior no ayudaban-

_ No es necesario mamá debemos ahorrar.

_ Hija, sabes que nuestra situación ha mejorado un poco. Podemos permitirnos esto y es algo que ya guardamos mucho tiempo, queremos que lo utilices y no se hable más, ahora ve a lavarte las manos para comer.

Así fue como terminé comprando un vestido para esta situación tan incómoda. El vestido era simplemente hermoso, al menos para mí. El color rojo vino combinaba a la perfección con mi piel ligeramente bronceada. No era exagerado, iba con mi personalidad, simple y lindo, de tiras finas, con un escote en v y una pequeña brecha en el estómago, a simple vista parecía ser un top y una falda larga.

Si fuera más alta este vestido sin duda me quedaría espectacular. Como he pensado muchas veces odio mi estatura ya que soy baja en comparación con otras chicas, mi metro sesenta muchas veces me avergonzaban frente a Ava. Para mi mala suerte recibí la estatura de mamá, aunque ella siempre decía que debía estar agradecida ya que en su país natal, mi madre es chilena, el promedio de estatura en una mujer era de un metro sesenta.

Además de mi altura no tenía otra queja, no puedo decir que soy una bomba sexy, pero me defiendo: nariz respingada, linda sonrisa, ojos cafés, cabello castaño oscuro, largo y ondulado, figura delgada con algunas curvas, había heredado ese aspecto un poco más latino, más bien por parte de mamá ya que papá era una jirafa rubia de ojos azules igual que mi hermano.

La figura de Theo apareció junto a mí en el espejo. Puso sus manos en mis hombros y luego me besó en la cabeza.

_ No estés nerviosa, te ves hermosa y eso nadie puede ponerlo en duda. –Agradecía su forma de darme valor porque la verdad es que tenía ganas de salir corriendo-

_ ¿Sam ya está listo? –Intenté cambiar de tema-

_ Sí, y dice que si no te apuras nos iremos sin ti… aunque sabes que yo no te dejaría. –Sonrió-

_ Sam es capaz de abandonar a cualquiera, mejor vamos.

Tomé el pequeño bolso a juego y salimos de la habitación. Para no gastar dinero en un hotel, lo padres de Theo dijeron que no había problema en que nos quedáramos ahí, de todas formas, solo éramos tres ya que Blake tenía otras cosas que hacer… o eso fue lo que le dijo a Sam, puesto que a mí no me habla.

Luego de que los padres de Theo nos tomaran unas mil fotos, por fin pudimos salir al lugar de la reunión la cual se iba a realizar en el gimnasio del instituto. Los últimos rumores dicen que Ava intentó por todos lo medio hacerlo en el salón de un hotel, pero nadie estuvo de acuerdo en invertir siendo una reunión sin importancia.

Al llegar nos encontramos con una chica en la entrada que preguntaba los nombres, por un momento no la reconocí hasta que me di cuenta que se trataba de Madison, una de las chicas que seguía a Ava por todas partes y la misma que molestaba a Theo cuando éramos pequeños. El vientre abultado y la cara un poco más ovalada impedía reconocerla de inmediato, probablemente tenía siete o siete meses y medio de embarazo.

_ Los chicos becados –Que triste era escuchar su chillona voz de nuevo- Podría decir que es un gusto verlos, pero no es así.

_ Lo mismo digo –Habló Sam, de seguro lanzaría uno de sus comentarios venenosos- Antes era un gusto verte pero… supongo que la retención de líquido te tiene mal, dime… ¿dónde está tu cintura?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.