Capitulo 3

Pasaron cerca de 30 minutos y yo seguía con mi cabeza en su cuello, al final el chico bromista tiene su lado tierno.

— ¿Por qué escribiste tu número de teléfono en mi celular?.— Le pregunto, en el fondo tenía la necesidad que él me dijera que le llamé la atención.  

—Te quería evitar molestias— Dice viéndome a los ojos, haciendo que yo haga lo mismo y quite mi cabeza de su hombro

—¿Molestias?.— Le preguntó arqueando mi ceja

—Si claro, sé que me ibas a buscar pidiéndome disculpas por quererme fotografiar y luego preguntaras avergonzada que tanto pude ver a través de tu pijama, de lo cual mira déjame decirte que no pude ver nada más que tú vientre, siéntete tranquila que tus pechos estaban cubridos por tu cabello castaño

— En verdad me creí que tenías una parte tierna pero por lo que veo solo veniste a avergonzarme y demostrarme que no eres más que una persona de bromas pesadas y egocéntrico — Tenía el ceño fruncido, intenté sacar palabras que realmente le ofendieran pero parece que no resultó, este tenía una sonrisa de lado a lado y sus ojos no quitaban su enfoque de los míos, cada vez me ponía más nerviosa y el permanecía tan seguro, desvíe mi mirada de sus ojos grises y vagamente mire sus labios que ya no eran parte de una sonrisa, si no de un rostro serio, de un solo acto tomé mi distancia y mire por completo al horizonte negando con la cabeza.

—Ya tomaste adjetivos de mi sin conocerme, si que eres rápida— tomó mi muñeca y deslizó mi mano por su mejilla hasta llegar a sus labios los cuales no podía distinguir el color por lo oscuro de la noche pero mi tacto percibió lo suaves, carnosos y húmedos que estaban, lentamente subió mi mano por su nariz para detenerse unos segundos ahí, olfateandola mientras yo lo miraba confundida —Puedo resultar más que un chico egocéntrico para ti— Solté mi mano de su agarre, tenía su respiración tan cerca de mi, tragué saliva con dificultad, mientras el permanecía firme viéndome yo parpadeaba numerosas veces para estar tranquila.

Nuestras narices frías por el sereno de la noche estaban juntas, podía sentirlo, no tenía nada claro, sus palabras me confundían cada vez más, mientras unas me daban entrada otras por completo me dejaban claro que no mantuviera ningún sentimiento hacia él, separé mi rostro del suyo posando mi frente en su pecho suspirando fuertemente, mi móvil comenzó a vibrar y es que perdí la noción del tiempo, mi padre de seguro estaba preocupado por mí y no quería que me castigará por llegar tarde, me fijé quien era, sentí alivio, era Lucas el cual lo tenía registrado hasta con un corazón, es el único que se a podido ganar ese privilegio.

— Lucasss— contesto rápidamente y emocionada 
—Ally, tú padre me marcó, está preocupado por ti, ¿Dónde estás?.— 
—Vaya, tan preocupado que ni siquiera tuvo tiempo de marcar el mismo
— Me pidió que lo hiciera yo porque sabe perfectamente que tú no le ibas a contestar, vamos ya es noche para que estés afuera
—Esta bien, iré de regreso, estoy en el parque— dije con tanta nostalgia
— Te extraño Ally, en unos meses voy a ir, podemos pasarla juntos de nuevo— escuchó como comienzo a chillar discretamente— Tranquila todo va a estar bien
— Lucas no, ya nada está bien, ahora estoy sola, eras con la única persona que en verdad me sentía segura y bien cuando  estábamos juntos, te echo tanto de menos — Olvidé por un momento que el egocéntrico estaba presente y decido terminar la llamada para no ser descortés — Te quiero, luego hablamos— y cuelgo.

Él miraba sus pies mientras se columpiaba lentamente son sus manos entre las piernas

— Tengo que irme— Le digo mientras me levanto 
—No sabía que tenías novio, perdón por incomodarte— Giro mi cuerpo para poder mirarlo y niego con la cabeza 
—¿De qué hablas?— Tardo en comprender a lo que se refiere
—El que te marcó, tu novio— Reí en mi interior y esto lo podía usar a mi favor, él piensa que Lucas es mi novio y puedo notar cierta desilusión en su rostro, puedo causarle celos y dejar que él sólo se dé cuenta quien es realmente Lucas, no es el único que puede hacer bromas, no se va a ir limpio de esta jugada.
— Ahhh si Lucas, no te preocupes— Él se levantó del columpio y por reflejo caminé unos pasos hacia atrás
— Te acompaño a tu casa— Sentí un poco de remordimiento el hacerle esto pero podría parecer un juego interesante.— ¿Por qué dijiste eso en la llamada, lo de que estás sola?. — No le queda el hacerse el preocupado, no es lo suyo.
—Estabas muy atento a la llamada— Pongo cara de diversión
—Por favor— se detiene y veo que no piensa seguir caminado hasta que yo hable.
—Ok, desde que mi madre se mudó, mi padre metió a la pelirroja que solo lo quiere por su dinero y Lucas se mudó a la universidad estoy sola, he aprendido estar para mí, pero hay días muy difíciles, parece que la soledad no quiere hacerse completamente mi amiga, simplemente parecen que todos los de mi alrededor me quien hacer la vida imposible — Se lo digo sin más, evitando derramar lágrimas para no parecer débil, sangoloteo mis brazos mientras pronunció cada palabra— Vamos solo quiero llegar a casa.
—No estás sola— Se acerca de mi y me sujeta del brazo— Abrí los ojos como plato al escuchar sus palabras y un par de lágrimas se hicieron presentes al cruzar por mi mejilla.

No suelta su agarre de mi brazo, pero es un agarre sutil, sin hacer presión ni lastimarme pero es suficientemente fuerte para no quitarlo, mantengo mi mirada hacia su rostro mientras él con su otra mano limpian las lágrimas que estaban a punto de caer, entrelaza sus dedos en el cabello de mi nuca y hace que mi cabeza se acerque a la suya y atrapa mis labios con los suyos, no hice ningún intento de quitarme, me gustaba sentirlos, eran suaves, muy húmedos y se movían tan bien, nunca había sentido tanto por un beso, nos separamos mutuamente y me miró a los ojos para regalarme una sonrisa al final, mostrando sus apilados dientes blancos y sus hoyuelos que le daban un toque de sensualidad a su rostro, me da por último acto un beso tan suave en la frente y seguimos caminando hasta llegar a nuestras casas, sin decir nada en el camino, solo se escuchaban nuestros pasos.