Mi Último Suspiro ✔

Capítulo 1

Lunes 11 de marzo
2002

¡Hola! Mi nombre es Olivia, tengo 18 años, te contare un poco acerca de mi vida, soy universitaria, curso el 1er. año de medicina, trabajo los fines de semana en una cafetería para pagarla, vivo cerca de la estación de Atocha... veamos ¿que más puedo decirte? ¿vida amorosa? Ni pensarla, sí, he tenido uno que otro novio pero nada serio.
Amo los tulipanes y me encanta leer libros, hasta ahora mi libro favorito es "A orillas del rio piedra me senté y lloré", por Paulo Coelho.

Ahora disfrutando de lo mucho y poco que me ofrece la vida descanso sobre mi cama, este es uno de los mayores placeres de la vida.

Me remuevo en esta misma hasta que algo me hace abrir los ojos de golpe.

¿Qué día es hoy?

Lunes

O no

¡¿Qué hora es?!

Volteo hacía donde esta mi mesita de noche, donde descansa el reloj que marca las 6:00 am, es demasiado tarde.

¿Como pude olvidar poner la jodida alarma?

De un salto salgo de mi cama, el tren esta a punto de salir de la estación y el siguiente sale a las 8:00.

Sin duda no fue buena idea quedarse hasta tarde estudiando.

Entro al baño a darme una ducha rápida, me veo en el espejo y... joder, tengo unas ojeras de muerte, parece que me ha arrollado un camión, salgo rápidamente poniéndome lo primero que encuentro al salir (un vestido color crema). Peino rápidamente mi cabello y sin desayuno salgo corriendo de mi casa.

Compraré algo al llegar a la universidad.

Mi madre seguramente al regresar a casa me echará la regañina por haber dejado mi desayuno sobre la mesa. Pero es que no tuve tiempo.

Al estar a centímetros de llegar a la estación, veo que el tren ya está en movimiento.

– ¡¡NO!! ¡¡ESPERARME UN POCO!!–digo todo eso sabiendo que no van a parar sólo por una chica, corro lo más rápido que estás piernas me permiten pero no es la suficiente rapidez porque al llegar a la estación el tren ya se ha ido, resoplo sin entender mi mala suerte.

Espero una hora a que llegue el siguiente tren sentada en una banca.

Desafortunadamente este tren no llega hasta la universidad, se queda a medio camino, teniendo que caminar lo que resta de el. Sin duda este es el mejor día del mundo. Nótese el sarcasmo.

Veo hacia la entrada de la estación y un chico de ojos azules llega y se sienta en una de las bancas de enfrente, me quedo observando como él ve hacia abajo mientras mueve sus pies al ritmo de la canción que se reproduce por sus audífonos.

Después de quizás unos 15 minutos, veo que el siguiente tren ya se acerca, me levanto y camino para poder subir. 
Me doy cuenta que a esta hora no hay muchas personas deseando subir.

Estoy lista para subir cuando en un impulso regreso la vista a donde esta el chico de ojos azules, sin embargo este ya no está, regreso la vista al frente y siento que alguien se posiciona a mi lado, volteo a ver y es él, sin esperarlo me ruborizo, él entra cuando el tren abre sus puertas.
Yo subo después de él sentándome enfrente, siendo el único asiento libre.

Cuando el tren para en la estación indicada, bajo y empiezo a caminar lo más rápido que puedo, casi corriendo.

Llego y dejo mis cosas en el casillero para ir a la primera clase, o lo que resta de ella.
Camino por el pasillo hacia la clase de química.

Al llegar la puerta esta cerrada, asumo que la maestra ya ha llegado.

Toco tres veces la puerta.

No me abren.

Tocó de nuevo y el rostro de uno de mis compañeros se asoma y suelta un soplido de alivio.

– solo es Olivia chicos, falsa alarma– dice y yo me relajo al saber que aún no ha llegado la maestra, entro con la mirada de todos puesta en mi, después de un segundo siguen con lo que hacían.

Yo me siento en el último escritorio, no tengo amigos, así que no tengo necesidad de sentarme enfrente.

Creo que hable muy pronto porque una chica se sienta a mi lado, no puede haber alguien  nuevo en marzo, ¿o sí?.
Ella se da cuenta de que la veo con  el ceño fruncido.

– hola soy Rebeca, puedes decirme Beca, soy estudiante de intercambio– ahora ya todo tiene sentido, creo, me ofrece su mano
– Olivia, mucho gusto– digo con una sonrisa, en ese entonces la maestra entra a la clase 
– disculpen la tardanza, estaba inscribiendo a alguien– busca con su mirada entre todos los estudiantes a Rebeca– ah! Ahí estás, ven aquí– ella se levanta y camina al frente– ella será su nueva compañera, es estudiante de intercambio, puedes presentarte si gustas– Rebeca asiente
– hola, soy Rebeca, es un gusto conocerlos y espero nos llevemos bien– dice sonriendo 
– bien puedes volver a tu lugar

Regresa a mi lado y empezamos a escribir lo que la maestra explica.

Al terminar el día vuelvo a tomar el tren de regreso, esta vez sí llego a tiempo, como debería de haber sido esta mañana.

Cuando entro a casa mi madre ya ha llegado.

– ¿se puede saber por qué está tu desayuno en la mesa?– pregunta con todo enojado 
– desperté tarde y no me dio tiempo de desayunar
– existe algo llamado alarma– se cruza de brazos 
– olvide ponerla
– ¿al menos compraste desayuno en la universidad?– pregunta un poco más relajada
– sí, cuando llegué– mentí, ya que no me dio tiempo de desayunar
– bien... ve a dejar tus cosas a la habitación y regresas para cenar
– esta bien, ya bajo

Al terminar voy a mi habitación a estudiar un poco más para el examen de mañana, pero hoy no me voy a exceder con el estudio para no volver a levantarme tarde.

 



#40021 en Novela romántica

En el texto hay: romance, tren, cruel destino

Editado: 27.09.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.