12 de marzo 2002
Hoy despierto a buena hora, específicamente a las 5:15am como todos los días, me doy una ducha y bajo a desayunar.
Camino a la estación de trenes y me siento en la misma banca que el día de ayer, inconscientemente esperando a que el chico de ojos azules aparezca caminando hasta la banca.
Llega el tren y subo hiendo directamente a la universidad.
Al llegar me encuentro con Beca sentada al lado de la biblioteca
– hola – saluda sonrientemente
– ¿hola como has amanecido esta mañana? – pregunto – ¡Ah! ¿Has estudiado para el examen de hoy?
– a lo primero, pues muy bien la verdad, y a lo segundo... no sabía que había uno
– cierto – me doy una palmada en la frente – no recordaba que eras nueva
– exactamente tía – dice con obviedad
– es de biología– respondo finalmente
– soy buena en biología– responde con altivez y una sonrisa
– okay, okay, no lo sabía
– de igual forma espero que me vaya bien, ¿a que hora es el examen?
– a primera hora
Al llegar la hora de entrar a clase Beca y yo nos dirigimos a el salón de biología para el exámen.
Afortunadamente el exámen estaba fácil.
Al salir de clases, Beca y yo vamos a una cafetería cerca de la universidad, bueno no tan cerca, más o menos por donde nos deja el tren de las 8:00, un poco después de esa estación.
Okay
No queda nada cerca de la universidad.
– ¿es aquí? – pregunta Beca
– sí aquí es exactamente
– vaya, que lindo tu "esta cerca"– hace comillas con sus dedos
– es sólo que a pasado mucho tiempo desde que vine, y recordaba que quedaba cerca
– esta bien supongo – se encoge de hombros y yo me río
– ¿entramos o...?
– pues obvio que si, no caminamos hasta aquí para no entrar – dice interrumpiendome y abriendo la puerta para entrar
– bien entremos entonces – digo pero ella ya se encuentra adentro.
Buscamos una mesa, y la única opción es la que está al rincón, tal parece que está cafetería se llena por las tardes.
Nos sentamos y esperamos a que venga él o la mesera, cuando de repente empieza a sonar mi celular, lo saco y veo que es mi madre.
– ¡hola! – digo al descolgar
– Livi, hoy llegare un poco tarde... cena sin mi ¿esta bien? – dijo con tanta tranquilidad
– esta bien mamá, que pasa ¿por qué llegaras tarde? – deseo saber
– el jefe me puso más trabajo
– ummm Está bien
– bueno adiós, te quiero Livi
–adiós mamá también te quiero
Cuelgo y en ese preciso momento llega él mesero, me quedo en shock, es tan mono, sus ojos son tan imnotisantes...
¿Ya sabes a quien me refiero?
¡¡ES ÉL CHICO DE OJOS AZULES!!
Esta vez lleva una gabacha o algo así.
Con que por las mañanas es aquí a donde se dirige. No dejo de verlo mientras empieza a hablar.
– buenas tardes, ¿que desean? – pregunta, se nota que está cansado, intenta esbozar una sonrisa, pero no le llega a los ojos
– yo...– empieza a decir Beca viendo el menú– yo quiero un chocolate y, unas donas– finaliza. Él apunta rápidamente en su libretita y voltea a verme, esperando que yo diga lo que quiero, agarro el menú rápidamente, me a pillado viéndolo, que vergüenza
– yo deseo una deliciosa tarta de queso y un café – digo luego de leer casi todo el cartón, él asiente
– ahora lo traigo – responde dándose la vuelta
Yo aún no lo creo, como es que este chico aparece aquí de la nada. Y por cierto, tiene una hermosísima voz.
Creo que me ha flechado cupido.
– ¿me parece o ustedes se conocen?– pregunta Beca, sacandome de mis pensamientos
– ¿que? No, no conozco a ese chico
– a... parecía que si
– pero no es así– desgraciadamente pienso
– bien– responde poco convencida
– bien– repito
Al poco tiempo el chico de ojos azules llega con nuestra orden
– aquí esta tu chocolate y tus donas– dice dirigiéndose a Beca, depositando sobre la mesa lo antes mencionado– y para ti una deliciosa tarta de queso y tu café– lo dijo igual a como pedí mi orden. Lo deposita sobre la mesa con una amplia sonrisa, esta vez sí es creíble
– gracias– respondo con una sonrisa
– buen provecho, espero disfruten su refacción– al decir esto se retira hacia otra mesa
– bien– vuelve a decir Beca, yo me limito a rodar los ojos, y ella rie.
Comemos en total silencio, yo por mi parte, pensando en cómo sería si yo le hablase a él chico de ojos azules.
– ¿has acabado?– pregunta de repente Beca, sin darme cuenta estaba pasando el tenedor sobre el plato que ya esta vacío
– ¿eh?, Sí ya acabe
– ¿por qué sigues pasando el tenedor en el plato?– veo hacia el plato y dejo de mover el tenedor dejándolo sobre este
– no lo sé
– ¿pido la cuenta?
– sí claro – respondo automáticamente y ella levanta la mano para que algún mesero la vea, una chica llega a nuestra mesa
– ¿si?– pregunta viendo los platos vacíos
– la cuenta por favor– pide Beca
– en un momento– se retira en dirección a donde el chico de ojos azules se a dirigido
– ¿te sientes bien?– pregunta Beca
– sí, ¿por qué la pregunta?
– olvidalo– dice
Nos levantamos de la mesa caminando hacia la salida, viendo una última vez a ese chico.
Sale de la cocina con una orden, voltea a verme, bueno a ver la entrada ¿Por qué me hago ideas locas?.
Por poco cae, fue sólo un segundo el que hizo que estuviese a punto de caer, pues volteo a ver y no se dio cuenta que había una silla, por lo que se topó pero logro maniobrar con la dichosa bandeja que contenía un pastel y donas, luego vi como sus mejillas se teñían de un típico color rojo, en cierto punto daba ternura, él simplemente siguió caminando simulando que nadie lo había visto casi caer.
En ese entonces Beca y yo salimos. Supongo que no vio nada de lo ocurrido porque no se volvió a mi para preguntar algo.