Siente meses después
La estación raramente esta vacía, por lo que me apresuro a ver los horarios o algo que me indique que no hay trenes el día de hoy aunque eso es muy raro.
Veo un cartel. Ultimo tren a las 8:30 am.
Eso es más tarde de lo normal, pienso mientras me siento en la misma banca de todos los días, reviso la hora 8:15 am, aun faltan 15 minutos. Este día desperté mucho más tarde, creo que hoy no veré a Patrick.
Volteo para buscar a más personas, pero soy la única persona en la estación.
Me siento en la banca y luego de unos 5 minutos escucho pasos detrás de mí, volteo y veo que es Patrick con sus típicos audífonos.
Luego de que él aparezca llega el tren, y ambos nos dirigimos a la puerta de entrada.
Se encuentra un poco vacío, así que me siento frente a Patrick.
Saco un libro de mi mochila y lo abro en la página en la que me he quedado.
– eh, Patrick, buenos días – sube su amigo, dándole la mano alegremente, ahora que recuerdo es el chico de la cafetería, y quien sabe, de espaldas se parece al chico que estuvo en la pizzeria la otra vez
– ¿por qué tan alegre? – pregunta Patrick
– a que no sabes – dice el amigo, hasta en ese entonces yo volteo a ver disimuladamente, Patrick levanta una ceja
– ¿Qué paso?
– volví a ver a la chica que llego a la cafetería
– ¿y está vez te animaste a hablarle?
– yo... no – dice con culpabilidad
– entonces ¿qué hiciste?
– solo le sonreí... Y seguí caminado – dice con una sonrisita, Patrick en cambio se lleva una mano a la frente y luego masajea sus sienes
– ¿Qué haré contigo Johan?
– ni yo se que hacer conmigo – después de eso regreso mi vista al libro, veo hacia atrás y falta sólo una cuadra para que baje – nos vemos en la cafetería, tengo que ir al dentista – dice con una mueca
– bien – responde Patrick y el llamado Johan baja del tren.
Cuando llegamos a la estación, yo me levanto y Patrick también ¿por qué se levanta si baja una parada después de mi? Queda frente a mi y me ve directo a los ojos, sus hermosas perlas azules me ven expectantes.
Pero me pongo nerviosa y siento un nudo en mi garganta ¿por qué? No lo sé exactamente, me debato entre hablarle o simplemente quedarme frente a él mientras la estación se acerca.
– Pa... Patri... Patrick – digo finalmente tartamudeando y tragando grueso, mi corazón late cada vez más rápido, él no hace nada, por lo que inmediatamente me siento como la persona más tonta del mundo, afortunadamente en ese momento el tren para y abre sus puertas, yo salgo rápidamente.
¿Pensara que soy la persona más tonta y cobarde del universo?
Muerdo mi labio pensativa mientras sigo caminado, casi corriendo hacia la universidad.
– he, he, para, ya es demasiado tarde, yo tampoco pude entrar – escucho la voz de Beca, y al escuchar lo que a dicho detengo mi caminata rápida y veo la hora, 9:00 am
– vaya si es tarde
– si, nos hemos atrasado 2 horas, ¿tu por qué?
– resulta, que me tome con mucha paciencia todo y cuando vi, pues ya era demasiado tarde , y tú ¿a causa de que llegaste tarde?
– me quede dormida y desperté a las 8:00
– ummm – en eso recuerdo a Johan y me atrevo a preguntarle sobre él, quizás si sea Beca, la chica de la que él hablaba – y de casualidad no se, ¿no te encontraste con alguien?
– no – dice, pero en ese instante ella dirige su vista hacia otro lado
– se que me estas mintiendo – levanto una ceja esperando su respuesta
– ah! Esta bien... vi al chico de la cafetería
– ¿de verdad? ¿y le hablaste?
– no – me rio mientras en el fondo suena el timbre que indica el cambio de asignatura
–vamos a clase – le digo agarrando mis cuadernos.
Pasamos todo el día de clase en clase.
Al salir vamos a la cafetería, pero esta vez no es aquella en la que trabaja Patrick.
¿Alguna vez te has enamorado de una persona, a tal punto de querer verlo a todas horas?
El amor suele ser confuso pero debes aprender a lidiar con ello.
Quiza con el vengan muchas cosas malas pero también tiene cosas buenas que quizás disfrutes siempre.