12 de marzo
A proposito pongo mi alarma a las 6:00 porque tengo deseos de ver a Patrick.
Me ducho me pongo un vestido café.
Salgo de casa luego de haber desayunado y camino alegremente por las calles de madrid hacia la estacion de atocha, mientras en mi mente pasa la escena del día de ayer, Patrick hablándome.
Muerdo mi labio reprimiendo un grito.
¡Ah!
Como puede ser esto tan emocionante, salto mientras entro a la estación, pero dejo de hacerlo para que las personas no piensen que estoy loca.
Me siento en la banca de siempre esperando a que Patrick aparezca por las puestas de la estación.
Hasta que finalmente aparece con sus audífonos.
– ¡Oli!– suelto un suspiro dentro de mi mente, creí que no me hablaría, o que simplemente había sido el mejor de los sueños
– hola– dije tímidamente
– eres hermosa cuando te sonrojas– eso hace que me sonroje mas a tal punto de sentir que me desmayo, me parece que agarra muy rápido la confianza, me gusta, al minuto y medio llega el tren– primero las damas– dijo apartandose de la puerta para que pudiese entrar
– gracias– dije sonriendo
– dejame decirte que jamás imaginé estar hablando con una chica universitaria, que va a la cafetería en la que trabajo y a la que vi por primera vez en una estación de tren
– creeme yo tampoco
– bien, supongo que ahora somos amigos ¿no es asi?
– claro– digo sin dudarlo
Ambos nos vemos durante un tiempo hasta que yo volteo hacia la ventana, nos quedamos en silencio.
Hasta el silencio es comodo junto a él.
Llega mi parada, debo despedirme de él, no deseo hacerlo.
– debo bajar– digo subiendo mis hombros sin otra opción
– nos vemos mañana– dice guiñando el ojo– no desaparezcas por favor– dice como si estuviese rogando, lo cual me saca una sonrisa
– no lo hare, te lo aseguro
– entonces adios– se inclina y deposita un beso en mi mejilla
Bajo y cuando el tren ya a avanzado lo suficiente toco mi mejilla. Parezco una loca enamorada.
Llegó a la universidad sin pensar mucho en lo ocurrido.
Es inevitable no pensar en ello.
Algún dia tendré su número y podre hablar con él todo el tiempo posible.
Al llegar de la universidad salgo de casa hacia el parque, y me llevo una agradable sorpresa, Patrick esta sentado en una de las bancas. Son las 6:30pm ya esta oscureciendo.
Camino hacia donde esta Patrick, haciendo como que aún no lo he visto y paso de largo.
– a si que ¿vives por aqui?– pregunta de repente y yo, hago como que no se que es conmigo– ... Olivia, se que ya me viste– yo me volteo y respondo
– si, vivo a la vuelta– ¿quién en su sano juicio le dice a alguien donde vive? me pregunto cuando ya he dado la información– supongo que tu también vives cerca
– en la casa de enfrente– señala –na casa de dos pisos, él dio la información completa– ven, sientate justo aqui– hace un espacio a su lado mientras ve hacia el cielo con curiosidad. Yo me fijo también en las figuras que hace cada una de las estrellas.
– ¿ves la constelación que se encuentra en el lado norte de nuestra ubicación?– pregunta como todo un astrónomo profesional, sabía yo que era muy inteligente, veo la constelación y sonrio volteando en su direccion, asiento en respuesta, esperando saber el nombre de dicha constelación– pues... no tengo idea de cuál sea su nombre– tube la sensacion de cuando esperas un gran premio y no resibes nada, y luego de mi expresión, el empieza a reir– asumire que esperabas saber el nombre de la constelación
– sí, algo así esperaba
– lamento desepcionarte, pero es por ello que trabajo en una cafetería
– tiene sentido– digo bromeando
– encambio, se ve que tú eres muy inteligente
– bien, y ¿a que viene esa suposición?
– simple, eres universitaria y estudias... Bueno eso no lo se ¿que estudias?
– medicina
– ves como sí tengo razón, eres super inteligente
– tampoco es para tanto
– ¿quieres una manzana caramelada? yo invito
– claro– digo y él camina hacia el chico que las vende, regresa con dos, una en cada mano
– toma– acerca una de las dos manzanas hacia mí
– gracias
Comemos nuestras manzanas en silencio, veo mi reloj y son las 7:30pm, el tiempo se pasa más rápido con Patrick.
– me agrado mucho pasar el tiempo contigo, pero debo irme, ya es tarde y mi madre a de estar por llegar– informo levantandome de la banca
– esta bien, nos vemos mañana– me dedica una de sus hermosas sonrisas, y se levanta para darme un beso en la mejilla.
Regreso a mi hogar muy feliz.