Mi único verdadero amor

Capítulo 11

A las diez de la mañana Lucy volvió a su casa. Entró por la puerta y apenas la abrió se encontró con Esme que salía.

Esme la miró con odio.

-No volviste a casa a noche por miedo a cruzarte conmigo ¿Cierto? -le preguntó con una sonrisa maliciosa.

-No te tengo miedo- le contestó Lucy sin ánimos de montar otra escenita como la del shopping.

-No, claro que no. Pero sí tienes miedo a lo que pueda decirte. Porque te choca la verdad, y la verdad es que eres una traicionera, una roba novios.

Lucy no le contestó. No tenía fuerzas siquiera para defenderse.

-Se lo conté a tu madre. Ni creas que te la iba a dejar pasar- le dijo pasando por su lado y chocándola con su hombro.

Lucy quiso protestar pero Esme no le dio tiempo.

La puerta de la cocina se abrió y la mamá de Lucy salió.

-Volviste ¿Dónde estuviste?

Lucy trató de serenarse y contestó con una mentira.

-Pase la noche en lo de una amiga.

-Podrías haberme avisado ¿No?- le reprochó.

-Te mandé un texto- se excusó Lucy sin ganas de dar explicaciones a su madre.

Lucy se acercó a las escaleras y comenzó a subir, pero su madre la detuvo.

-Lucy, quiero hablar un rato contigo- le dijo.

Ella puso los ojos en blanco.

-Ok-Volvió a bajar los 3 escalones que había alcanzado a subir.

Ya sabía de lo que su madre quería hablarle. Esme se lo había contado, y de seguro contó su versión, que no era nada a favor de Lucy.

Se dirigieron a la cocina. La mamá de Lucy preparó un té, le ofreció uno también pero Lucy contestó que no quería porque ya había desayunado.
Una vez que la mamá se sentó en la silla con su té, dijo:

-¿Qué fue lo que ocurrió con Esme?

A Lucy no le hacía gracia andar contándole a su madre esas cosas.

Eran asuntos suyos, que podía resolver perfectamente. Su madre no se metería, eso lo sabía. Pero quedar excluida del tema después de que Esme le haya ido con el chisme, no era lo mejor.

-Tuvimos una discusión-Comenzó Lucy-. Pero antes quiero saber que te ha dicho ella.

-Porque no me cuentas tú, tu versión, y luego te digo que fue lo que ella ha dicho.

-No mamá, quiero saber lo que te ha dicho. Sí no me dices entonces no voy a contarte nada.

La mamá la miró mal. Pero dijo:

-Esme me contó hoy en la mañana que había peleado contigo porque tú le robaste a su novio. Me contó que te burlaste de ella, y que lo hiciste por envidia.

Lucy abrió la boca sin poderlo creer.

-Es una exagerada. Primero yo no le robé a su novio. Segundo, también la pasé mal con todo este asunto y tercero, lo de la envidia es algo completamente inventado por ella.

-Lu, sé cómo es tu prima. Yo le dije que estaba siendo muy exagerada, pero ya sabes como es.

-Mamá-Lucy miró a su madre con seriedad-. Yo jamás haría algo para lastimar a Esme. Tú me conoces mejor que nadie y sabes de que soy capaz, y de que no. Nunca quise que esto se diera así. Pero no pude evitarlo mamá. Me enamoré de Xavier Briganti.

La mamá de Lucy se quedó en silencio. Nunca había escuchado a su hija tan segura a la hora de hablar de amor.

-Xavier Briganti fue el chico que Esme presento como su fututo novio ¿Cierto?

-Sí mamá el mismo. Por eso dejó a Esme para no hacerla sufrir. Nosotros no enamoramos perdidamente. Al principio traté de ocultarlo, traté de olvidarlo porque sabía que me traería problemas con Esme. Pero no pude evitarlo, y terminé cediendo al sentimiento de amor que me inundaba el alma cada vez que lo tenía cerca. Y él me quiere mamá, me quiere de  verdad.

La mamá de Lucy sonrió, le tomó las manos a su hija y dijo:

-Me encanta escucharte hablar así. Pero no quisiera que el sufrimiento de Esme, el dolor que esa niña siente ahora sea por nada.

Lucy se puso de pie.

-No mamá, esta vez es en serio. Nuestro amor es verdadero, y es todo lo que quiero. Ya soy grande, no soy una adolescente. Sé perfectamente cuales son mis sentimientos. Lo mío con Xavier no es algo pasajero.

-Quiero mucho a Esme, sabes que es como una hija para mí. No me gusta verla mal, y tampoco me gusta verte mal a ti. Y no me gusta para nada que ambas estén peleadas por algo cómo esto. Son primas Lucy, tienen que acompañarse-La mamá de Lucy se levantó de la silla-. Intenta hablar con ella, intenta arreglar las cosas para bien de las dos.

-Claro que sí mamá. Yo tampoco soporto que Esme me vea como una enemiga. Porque no soy su enemiga. Hablaré con ella y trataré de hacer las paces cuantas veces pueda. Pero hay algo que no haré- Lucy miró a su madre con determinación-. Y eso que no haré es renunciar a Xavier.

Lucy se sentía segura y mucho más decidida de lo que había sido antes. La vieja Lucy, la que ella recordaba habría renunciado a Xavier. Habría actuado como lo hizo con Bastián. Las cosas no eran como esperaba, y la culpa por el dolor de Callie la atormentaba que prefirió ir y decirle a Bastián que no quería nada con él, que lo mejor era seguir como antes. En ese momento creyó que hacer aquello era lo correcto, pero a la larga tuvo un gran peso sobre ella.

 

Callie y Lucy se habían inscripto en la Universidad juntas. Habían elegido la misma carrera, y habían tenido la suerte de coincidir en la mayoría de las materias. A las dos les gustaba lo mismo. Siempre estaban juntas, siempre se sentaban juntas y hacían grupo juntas. Para Lucy fue muy doloroso llegar a la universidad y sentarse tres bancos más atrás de Callie. Por eso a la hora de descanso trató de hablar con ella. Podía perdonarla sin problemas, Lucy entendía su dolor y sabía que Callie era una excelente persona. Sabía que lo que había hecho no era justamente para hacerle daño, sino porque creía que era lo mejor para Esme. Porque creía que Lucy estaba haciendo las cosas mal. Lucy podía y quería perdonarla.

Al salir de la clase Lucy se apresuró y llegó hasta ella.




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