Mi único verdadero amor

Capítulo 13

-¿Ya puedo abrir los ojos?

-No, aún no- le dijo Xavier.

Lucy iba aferrada a su mano. Tenía los ojos cerrados, porque Xavier se lo había pedido. Tenía una sorpresa para ella, aquella que habían postergado la tarde en la que Esme se apareció a la salida de la universidad.

Percibía que estaban al aire libre, escuchaba ruidos, pero no distinguía lo que podía ser. Eso sí, había mucho viento. También oía voces, voces a lo lejos de personas que hablaban entre sí. Así que dedujo que no estaban solos.

-Ahora cuando abras los ojos mira al cielo.

Lucy abrió los ojos y miró al cielo. Largó una carcajada al ver los distintos parapentes en vuelo. Eran un bonito espectáculo, con sus colores llamativos. Siempre había querido subir a uno, pero nunca había tenido la oportunidad.

-Eres impredecible- le dijo Lucy dándole un beso en los labios.

Xavier la abrazó.

-Ya te he dicho que lo único que quiero es sorprenderte. Nunca voy a cansarme de hacerlo. Y sé que de esta forma tú nunca vas a cansarte de mí. Siempre tendré nuevas ideas para sorprenderte.

-Yo nunca voy a cansarme de ti- dijo Lucy.

Xavier habló con un hombre que estaba allí. A los 5 minutos ambos se estaban colocando el traje especial. Xavier sería el piloto, y Lucy la acompañante. Una vez que se pusieron los cascos se dirigieron a un parapente color violeta.

Lucy sonrió.

-Como si supieras que es mi color favorito.

Xavier elevó una ceja.

-¿Que te hace pensar que no lo sé?

-Nunca te lo he dicho.

-El violeta es un color precioso, cada vez que lo pienso lo asimilo a ti.

Lucy sonrió y le dio un beso.

Se colocaron en el parapente. De a poco fueron elevándose a lo alto.

-Esto es increíble- dijo Lucy.

-Me alegra que te guste- dijo ahora Xavier.

Lucy miró hacia abajo, todo se veía chiquitito desde la altura en la que estaban. Agradeció no tener miedo a las alturas. Era perfecto y mágico estar allí con Xavier. Estar con Xavier, en cualquier lado, dónde sea. Ya le parecía mágico. Lo tenía tan cerca, que le miraba la nuca y se mordía el labio inferior reprimiendo las ganas de besarlo.

-Nunca olvidaré nada de esto- dijo Lucy en su oído.

-No quiero que lo olvides nunca. Yo haré lo posible por hacer de todos los momentos juntos, momentos inolvidables.

-Lo estas logrando.

Xavier sonrió y ella se aferró más a él cerrando los ojos, dejándose llevar por la sensación de frescura y libertad que la embargaba estando tan alto. Era como volar hacia lo desconocido, y junto a él, el amor de su vida. No se comparaba con nada. Xavier hacía de ese instante, un instante perfecto.
El parapente volvió a tierra. Lucy bajó más emocionada que nunca.

-No puedo creer que estuve allí arriba- dijo mirando el cielo.

Xavier le tomó la mano.

-Y ahora nos iremos a almorzar a algún lugar.

Lucy sonrió. Nunca había salido tan seguido. Desde que estaba con Xavier casi siempre la llevaba a cenar o a almorzar a fuera.

El lugar al que fueron a cenar era un restaurant con vista al río. Un lugar elegante, pero acogedor al mismo tiempo. Un lugar que inspiraba alegría y comodidad.

-Lucy, he estado pensando y...

La voz de Xavier sonó algo tímida. Por primera vez Lucy denotaba timidez en él.

-¿Y?- apresuró ella.

-Quiero que conozcas a mis padres.

Lucy se quedó con el tenedor a medio camino. No había pensado en eso. No había pensado en esa etapa crucial por la que pasan todas las parejas.

-Yo... he ¿Por qué no?

-También me pone nervioso. Hace mucho tiempo que no presento una novia a mis padres. En realidad serías la segunda.

-¿Quieres decir que sólo una vez presentaste  una novia a tus padres?

Xavier asintió.

-Y fue cuando tenía 17 años.

-Ok, ha pasado un poco de tiempo.

-No es ese el punto. El punto es que la primera novia que presente fue una chica a la que quise mucho. Alguien de mi pasado que me dejó una herida muy grande-Xavier tomó las manos de Lucy y le sonrió-. Una herida que desde que te conocí sanó completamente.

Lucy también sonrió.

-Quiero que mis padres te conozcan. Estoy seguro de eso. Es sólo que a veces los recuerdos duelen.

-Entiendo- dijo Lucy- ¿Cuándo quieres que sea?

-El próximo sábado. Te llevaré a la quinta de ellos. Va a encantarte. Pasaremos la noche allí. Mis padres ya saben que estoy saliendo contigo. De hecho fueron  ellos los que propusieron que nos quedemos a dormir.

-Está bien. Iré.

Xavier sonrió y siguieron almorzando con normalidad hablando del momento inolvidable que acababan de vivir cuando estuvieron allí arriba, en el parapente.

Lucy se levantó de la mesa y se fue al baño. Xavier se quedó esperándola. Cuando estaba volviendo su teléfono celular -Qué había sido reparado- comenzó a sonar.

Los sacó de su mini cartera y vio en la pantalla el nombre de Callie.

-¿Sí?

-Lucy. Hola, tengo algo que contarte.

Lucy hizo una mueca, se la oía feliz y preocupada al mismo tiempo.

-¿Qué pasa?

-Mira yo sé que tú has dicho que no te importa nadie más, aparte de Xavier. Pero siento que esto debo decírtelo. No sé cómo vas a tomarlo, pero...

-Ok Callie, ya dime de una vez ¿Qué pasa?

-Me encontré con Bastián.

El corazón de Lucy se detuvo, al igual que su cerebro. Se quedó en silencio con la vista fija en el espejo. Su cara se había endurecido, al igual que toda ella.

-Hola ¿Lucy?- llamó Callie.

Tardó en volver a razonar.

-Sí, acá estoy ¿Dónde lo viste?

-Me choqué con él en una fiesta. Al principio no lo reconocí, pero luego sí y comenzamos a hablar. Quedamos en vernos pasado mañana. Iremos a bailar ¿Quieres venir?

-¿Cómo crees? ¿Qué demonios voy a hacer yo ahí?

-Bueno, puedes ir con Xavier ¿No te molesta?




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