¡Ay! Mi cabeza da vueltas. Veo todo negro. Claro, tengo los ojos cerrados, pero no quiero abrirlos, siento una pesadez en ellos que me impide seguir las mismas órdenes que da mi cerebro. Muevo mi cabeza de un lado a otro dando señales de estar viva, aún.
Tuve un pequeño delirio. No era un sueño, pero estoy segura que mi cerebro lo inventó. No suena muy lógico. En fin, estaba de pie en la puerta del departamento, había una persona frente a mí y dijo que su nombre era Kim Namjoon. Lo cuál me pareció completamente irracional. ¿Cómo podría ser posible que uno de mis k-pop idols favoritos tocara mi puerta? Sep, eso fue un espejismo, una locura, una incoherencia provocada por el fuerte mix de alcohol que hice con la intención de, según yo, despejar mi mente del estrés, la ansiedad, y los problemas que he estado teniendo en mi relación con Diego, por haber sido la persona más terca, obstinada y egoísta del planeta, y abandonarlo al otro para del mundo por una estúpida oportunidad de trabajo que literalmente cambió mi vida.
Okey, después de ese monólogo, hasta mi cerebro necesita tomar aire.
Trato de levantarme. Al parecer estoy en el sofá. Un momento, ¿cómo llegué aquí? O, ¿nunca me fui? ¿Acaso sí lo soñé todo después de haberme quedado dormida viendo Quiero robarme a la novia? Me incorporo en el sofá mientras toco mi cabeza con la mano derecha, sosteniendo mi peso con la mano izquierda. Me duele la cabeza. ¿Eso quiere decir que sí me desmayé? Pero si fue así, y no lo soñé, quiere decir que sí caminé hasta la puerta, y me caí al suelo; entonces, ¿cómo llegué al sofá?
- ¡Oh, hey! Are you ok?
Escuché decir, pero mi cerebro sigue pensando en español. Abrí los ojos de inmediato y, despacio, volteé mi cabeza hacia la izquierda en dirección a la cocina. Y ahí estaba, alto, piel morena, cabello negro, un poco maltratado por cierto, ojos chicos y oscuros; vestía un pantalón holgado gris, sandalias blancas marca Fila, y una hoodie color negra. Se acercó a mi con expresión preocupada y yo me quedé paralizada. Me preguntó de nuevo que si estaba bien, asentí con la cabeza, aún sin poder decir una palabra.
Era real. Estaba de pie frente a mi. No lo soñé. No fue un efecto del alcohol. ¡Qué demonios...!
- Do you need to go to the hospital? Should I call an ambulance?
Moví la cabeza de un lado a otro en respuesta a sus preguntas. Quería que supiera que le estaba entendiendo lo que decía, pero no quería hacerle saber que si habría la boca tan solo un segundo, gritaría. Y no un grito de esos graves, o normales, como cuando te asustas o estás impresionada o el que usarías en caso de pedir ayuda, o cuando te subes a una montaña rusa, no, para nada. Sería ese tipo de grito chillón ensordecedor, rompe tímpanos que provoca que tus oídos sangren. Ese tipo de grito, que alcanza notas tan altas y tan agudas que solo los perros puede oír. Unas notas tan altas que ni Jungkook o Jimin podrían llegar alcanzar, aunque sobre-esforzaran al máximo su garganta. ¡JAMÁS! En la vida.
Kim Namjoon estuvo en mi ¡PUTA COCINA! No. ¡Está aquí en mi departamento! ¿Cómo es eso posible?
- No, tranquilo, estoy bien -logré articular después de tomar un respiro mental.
Creo que hubiera sido súper incómodo y raro si solo respondiera con gestos o moviendo la cabeza. El punto es fingir estar calmada, aunque mi alma está gritando, brincando, muriendo. Tal vez. Probablemente.
- Solo tomé un poco y creo que el alcohol hizo efecto, jeje -dije titubeando.
¿Acaso mi inglés está bien? ¿Cometí algún error? ¿Tendré acento muy marcado? ¡Ay, Dios, no sé qué hacer!
- Ah, bueno, qué alivio -replicó.
¡Oh, por Dios! Qué se vaya de departamento ya, no lo soporto. Estoy a punto de explotar aquí si lo sigo viendo. ¡Dios mío! Es tan perfecto, tan hermoso. Las fotos en redes sociales, ni las photocards en los álbumes, ni las fan cams le hace justicia a este Dios, genio, idolo, nuestro presidente. Es más hermoso en persona, es literalmente la perfección con patas. ¿De verdad es real? ¿En serio no estoy soñando? Porque en serio, sueno como una fan loca incluso en mis pensamientos. Algo que inventaría una sasaeng con tal de recibir atención aunque fuera por puro hate.
¿Álbumes? ¡Oh, por Dios! Mis álbumes están en mi habitación. ¿Debería traerlos y hacer que los firme todos? No. Eso sería muy incómodo. Actúa normal, Lily. ¿Cómo actúo normal frente a un idol, ah? ¿Cómo actúo normal frente a Namjoon? O sea, es él. El mismísimo presidente de Namkanda. Está aquí frente a mi ojos. Sí, definitivamente, no hay discusión, estoy muriendo lenta y dolorosamente.
- Soy Kim Namjoon -dijo con una hermosa y tímida sonrisa extendiendo su mano-. Perdón, Namjoom Kim -se corrigió y cambió el orden de su nombre.
- Tranquilo, sí sé quién eres -dije con un poquito menos de titubeo-. Soy fan de BTS, lo siento.
Me reí con un poco de vergüenza. No me atreví a darle la mano. Hice el intento, pero me pareció incorrecto. ¡Qué vergüenza! Para peores me suda la mano. No, jamás. Mi mano es impura. No digna de tocar la mano creada por los dioses. Mhm, noup. Aunque me siento mal también porque siempre le rechazan la mano al pobre. Bueno, una tocadita no está mal. Así no le hago el feo y yo compruebo que no sea un sueño de verdad.
Estiro la mano lentamente, con timidez. Por favor no despiertes, por favor no despiertes. Me repito mil veces antes de tocar su suave, tersa y bella mano. Ok, no es como lo imaginaba.
¡ES MUCHO MEJOR! AAAAHHH!!! -grito internamente.
- Soy Lily López -dije más rápido que Speedy González.
Mis mejillas se pusieron rojas de repente. En serio no puedo creer que se real. Nadie creerá lo que está pasando. Oh, por Dios, ¡qué horror!
- ¡Oh! ¿López? ¿Latinoamérica?
- Sí, exacto.
¡Oh, por Dios! Sigue sin soltar mi mano. ¡Iiip! Suave. ¿No seré yo la que no suelta la suya? ¡Ay, no soy tan torpe! Comienzo a soltar su mano lentamente, y con nerviosismo. No puedo dejar de verlo. Es hermoso.