Mi vecino es Kim Namjoon

Epílogo.

"Atención pasajeros estamos a punto de aterrizar, por favor mantener los aparatos electrónicos apagados, ajusten sus cinturones de seguridad y no se levante de su asiento hasta que se le indique"

El auxiliar de vuelo me despertó al hablar por el parlante sobre mi cabeza. Fue un vuelo tranquilo a pesar de las interrupciones para comer. Prácticamente dormí todo el rato y vi alguna que otra película. Fueron unas trece horas eternas, pero hay que tener en cuenta que es una experiencia que jamás pensé que tendría en la vida. La oportunidad de trabajar en Corea siempre fue un sueño mas no una posibilidad hasta ahora.

Qué más quisiera yo que la vida fuera un sueño, la vida sería más divertida. Lo bueno de los sueños es que son controlables. Los sueños son el reflejo de lo que queremos por ejemplo volar, ir al espacio, viajar en el tiempo, conocer a tu idol favorito, ser un idol, etc... Pero controlamos lo que pasa en el sueño. En cambio la vida real es distinta, es incontrolable, inesperada, salvaje, rebelde, confusa. Nunca se sabe qué esperar de la vida.

El avión comienza a moverse con brusquedad, hay una pequeña turbulencia. Luego, se siente cómo sube y baja rápidamente. Miro por la ventana, nos acercamos al sueño. Volar siempre me pone nerviosa, pero no en un mal sentido, es más como la emoción, pero al mismo tiempo la sensación del movimiento del mismo avión. Es como una pequeña dosis de adrenalina, como cuando subes a una montaña rusa, estás emocionado, pero ansioso al mismo tiempo. Tu corazón palpita con fuerza, pero no puedes de dejar de borrar esa sonrisa en tu rostro. Sientes esaa mariposas que te revuelven el estómago y tu piel se pone fría. Es la misma sensación cuando estás sentado en la silla del avión y vuelas a miles de kilómetros sobre el suelo. Sientes que estás tan alto que puedes tocar las estrellas con las puntas de los dedos. Es fantástico.

El avión aterriza, camina por la pista de aterrizaje hasta llegar a la plataforma de desembarque. La luz que indica que nos podemos desabrochar los cinturones de seguridad no se enciende hasta unos minutos después. Las sobrecargos nos autorizan para movernos por el avión, sacar nuestras maletas de mano y salir. Son coreanas, así que se inclinan y dicen "gracias" en su idioma a quienes son de su nacionalidad y a quienes somos extranjeros nos lo dicen en inglés, pero yo pongo aprueba mis conocimientos y años de preparación viendo dramas coreanos y me aventuro a decir:

- Gamsajabnida -con pésima pronunciación y voz temblorosa. Me inclino en agradecimiento.

La sobrecargo me responde de la misma forma y con una sonrisa en el rostro. ¡Dios! Eso fue intenso. Sentí como todo me temblaba y cómo el alma se me salía del cuerpo. Peor que cuando ordenas pizza por teléfono y no sabes cómo hablarle a la persona que te atiende, si ser amable y preguntar cómo está antes de pedir la orden, o ser grosero sin querer serlo y pedir la orden sin cortesía, pero en en realidad son los nervioso hablando con una persona extraña.

Paso por inmigración, el oficial toma mi pasaporte, me pregunta cómo me llamo, de dónde vengo y a qué voy, mientras pongo mis pertenencias en una bandeja la cual pasa por una máquina hacia el otro lado. Le respondo las preguntas, él pasa mi pasaporte por un lector electrónico y me da la señal para pasar por el detector de metales. Me devuelve mi pasaporte, tomo mi maleta de mano y cosas personales para dirigirme hacia la sala de equipaje para buscar mis maletas. Estas caen por un tobogán desde arriba hasta una cinta que se mueve de forma automática en círculos. Hay varias así que busco la que trae un letrero electrónico con el nombre de mi vuelo para ubicar mi maleta. Espero pacientemente hasta que veo una maleta negra con morado a lo lejos, me muevo hacia ella mientras se acerca despacio, la tiro con fuerza para sacarla de la banda. Espero a las otras dos por llegar.

Tomo un carrito para poner las maletas ya que las tres pesan mucho y son muy grandes. Me encanta el carrito tiene un anuncio de la tienda Line Friends con Chimmy en un fondo verde. Es tan tierno. Paso por algunas cuantas lineas de seguridad y revisiones hasta que por fin logro salir por unas puertas de vidrio donde estaba algunas personas con carteles esperando y otras abrazando a los recién llegados. A lo lejos de la multitud, divisé a un hombre vestido con traje entero y una mascarilla negra sosteniendo un cártel que decía "Liliana López". Era yo. Me dirigí hacia él y le dije en inglés que yo era Lilian López, él me saludó con una reverencia y yo hice lo mismo. No recuerdo su nombre, además de que no le entendí. Tras de que me es difícil recordar nombres en español, ahora imagínense en coreano.

Me dice en inglés que la empresa lo envió y que me va a llevar hasta mi residencia. Le doy la gracias. Se veía atemorizante a lo lejos, pero la verdad era un hombre bastante simpático. Se ofreció a levar mi carrito con las maletas hasta el auto. Salimos del aeropuerto y miré el lugar a mi alrededor. Corea del Sur, ¿quién lo diría? Respiré hondo. Y seguí al hombre que jalaba mis maletas. En ese momento comprendí que viajé miles y miles de kilómetros, crucé el océano pacífico y sobrevolé las hermosas islas de Japón no solo estaba aprovechando una nueva oportunidad, que estaba cumpliendo un sueño que veía lejano, casi imposible; sino que, estaba a punto de comenzar una hermosa e increíble aventura para recordar por siempre.

Admito que me muero del miedo, no sé si haré las cosas bien, pero mi madre tenía razón, las oportunidades son únicas en la vida y hay que aprovecharlas al máximo. Además, lo importante es dar mi cien porciento aún si fallo en el intento, y si fallo, levantarme y seguir intentándolo. Diego, a pesar de que estaba triste por dejarme ir, podía ver en sus ojos un poco de felicidad. Sé que muy en el fondo sabía que necesitaba hacer esto o me arrepentiría por el resto de mi vida.



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En el texto hay: drama, bts, bts kim namjoon

Editado: 09.02.2021

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