Capitulo 31
POV Sienna.
El ambiente en el salón es tan tenso que apenas respiro.
Los Parker como escuché que Jeannette les llamó, están de pie, temblorosos, desesperados.
Jeannette está rígida, con los brazos cruzados, como si sostuviera algo que se le estuviera escapando entre los dedos.
Richard y Evelyn Parker no paran de mirar hacia las escaleras, esperando que Mick baje.
Yo… sigo ahí sentada, tratando de hacerme pequeña, porque siento que entré en medio de una guerra que no conozco.
Evelyn rompe el silencio:
—Sabes por qué estamos aquí, Jeannette. Jane no quiere comer, no quiere hablar, no quiere nada. Está… peor. Necesita ver a Mick.
Jeannette, cansada, agotada, furiosa, dice algo que me corta la respiración.
—No voy a dejar que se casen jamás.
Me congelo.
¿Casarse?
¿Quién?
¿Mick?
¿Mick y… Jane?
Evelyn abre los ojos como si hubiera sido abofeteada.
—¿Cómo puedes decir eso? ¿Por qué eres tan egoísta?
Jeannette da un paso hacia ella, mirando directamente a la mujer.
—¿Egoísta? —se ríe sin humor—. Egoístas son ustedes. Que usan a mi hijo como si fuera un analgésico para la inestabilidad emocional de su hija. Como si él existiera solo para contenerla cuando ustedes no pueden.
La piel se me eriza.
Evelyn responde con un hilo de voz.
—Mick la ama…
—Mick no la ama —interrumpe Jeannette, dura como una piedra—. Mick ya tiene novia.
Mi corazón da un salto tan fuerte que siento mareo.
¿Novia?
¿Él tiene novia?
¿Entonces qué estoy haciendo aquí?
¿Quién soy yo?
¿Quién es ella?
Evelyn me mira de golpe.
Me mira.
Directo.
Como si recién me viera en la habitación.
—¿Qué?
El piso parece moverse.
No entiendo nada.
No sé si soy yo.
Si no soy yo.
Si Mick está comprometido.
Si hay un anillo.
Si él… si él ya ama a otra.
Y justo en ese instante, los pasos suenan en la escalera.
Mick aparece.
Camiseta negra.
Llaves en la mano.
Cara seria.
Cansada.
Preocupada.
—Estoy listo —dice simplemente—. Vámonos.
Mi garganta se cierra.
Jeannette da un paso hacia él, desesperada.
—Mick. Quédate.
Él me busca con la mirada.
Y cuando me encuentra, su expresión cambia.
Suaviza.
Duele.
—Vuelvo pronto, ¿sí? —me dice—. Voy a resolverlo.
Resolver qué.
Resolver a quién.
Resolver… ¿su boda?
¿Su compromiso?
¿Jane?
No puedo respirar.
Él sale.
Los Parker detrás.
Se cierran la puerta.
Y la casa queda vacía.
Silenciosa.
Fría.
Y yo… yo siento que acaban de arrancarme los huesos.
Jeannette intenta acercarse.
—Sienna, cariño…
Pero no puedo escucharla.
No puedo mirar nada.
No puedo procesar.
“No voy a dejar que se casen.”
“Ya tiene novia.”
“Vengo pronto.”
¿Casarse con quién?
¿Novia quién?
El corazón me late tan fuerte que me duele.
Soy una gilipollas.
Una tonta.
Una estúpida que se metió donde no debía.
Cómo pude pensar que él…
Que yo…
Agarro mi móvil con las manos temblorosas.
Busco mi bolso.
Mi abrigo.
Mis zapatos.
Ni siquiera sé si veo bien con las lágrimas nublándolo todo.
Jeannette da un paso hacia mí, alarmada.
—Déjame llevarte a casa. No te vayas así, por favor. Estás…
—Estoy bien —miento, con la voz rota—. Gracias… por todo. De verdad. Pero… tengo que hacer algo.
No tengo que hacer nada.
Solo huir antes de romperme aquí.
Salgo sin mirar atrás.
Las lágrimas caen, calientes, silenciosas, inútiles.
Y por primera vez desde que lo conocí…
No quiero que Mick vuelva.
No quiero que me encuentre así.
No quiero que sepa que me ha destrozado sin siquiera intentarlo.
Porque al final…
yo solo fui una invitada.
Y su corazón…
ya estaba ocupado.
---
POV MICK — CASA DE JANE
La casa de los Parker siempre huele igual cuando Jane está mal: a medicamento, a encierro, a silencio denso.
Ni bien entro, Evelyn se hace a un lado. Richard también. No hablan. No se acercan. Saben que ya no pueden controlar nada de lo que pasa entre Jane y yo.
Subo las escaleras despacio. Cada escalón me pesa el doble porque sé exactamente lo que voy a encontrar.
La puerta está entornada.
Empujo.
Jane está hecha un ovillo en la cama, la piel pálida, los ojos vacíos, el pelo desordenado. Respira, pero parece que no le alcanza.
Cuando me ve, tiembla.
—¿Por qué estás aquí? —susurra, con la voz rota—. ¡Vete! No… no quiero que vuelvas. Quedamos que no íbamos a seguir así.
Me apoyo en el marco.
No tengo ganas de discutir, pero tampoco voy a mentirle.
—Quedamos en eso, sí —digo, entrando—. Pero rompiste tu promesa. No estás comiendo. No estás recibiendo el tratamiento. No estás… aquí.
Ella cierra los ojos fuerte, como si quisiera desaparecer.
—No soy tu responsabilidad, Mick —murmura—. Ya déjame ir.
Camino hasta ella y me siento a su lado. Me sale un suspiro cansado, resignado. Seis años de lo mismo.
—¿Cómo voy a dejarte ir? —le rodeo los hombros, la atraigo hacia mí—. Si he luchado contigo estos seis años. Si te he levantado del suelo más veces de las que puedo contar.
Jane rompe.
Sus manos temblorosas se agarran a mi camiseta como si fuera un salvavidas.
—Te enamoraste de otra… —escupe, llorando—. Y ahora… ahora estoy arruinando tu vida otra vez. Estoy cansada de esto. Cansada de ser así. Cansada de sentir esto por ti.
Trago saliva.
—Sí, me enamoré de otra —lo digo sin vergüenza, sin suavizarlo—. Y te lo dije. Como te he dicho todo siempre. Te quiero demasiado como para mentirte, Jane. Siempre he sido honesto contigo.
Ella se cubre la cara con las manos.
—¿Cómo puedo vivir así? ¿Cómo se supone que viva sabiendo que tú… que tú ya no…? —la voz se le rompe—. Estoy destruyéndote. Otra vez.
#161 en Joven Adulto
#3262 en Novela romántica
#1016 en Chick lit
#romance#verano#dolor#vacaciones, #comedia romantica, #enemiestolovers
Editado: 30.11.2025