— El nuevo vecino es lindo. – dijo Lila, mientras ambas caminábamos hacia la escuela. La observé de reojo.
— Es muy mayor para ti. – respondí, Lila suspiró de manera exagerada.
— ¿por qué no me dices simplemente que tú lo viste primero y ya?
— Porque eso no se dice, no es como si fuera un objeto o algo parecido. – mi prima rodó los ojos.
— Nos vemos, adiós. – llegó el momento en que su camino y el mío se separaron, yo iba hacia la derecha y Lila hacia la izquierda. Continué caminando hacia la escuela, escuchando el grito de Kendra unos segundos después, antes de sentir como me abrazaba por los hombros.
— Hola, Kendra. – saludé, antes de que continuáramos caminando, llegamos a la escuela y ni a mí ni a Kendra nos extrañó para nada el ver a Grace con la espalda contra los casilleros, mientras Jake le susurraba cosas al oído que probablemente eran para calentarla.
— Esfúmate. – dijo Kendra apenas llegamos cerca de la tercer mosquetera, Jake rodó los ojos.
— Buenos días para ti también, Kendra. – ella le guiñó un ojo de manera burlona, antes de que Jake devorara la boca de Grace con nosotras siendo testigos de cómo le metía la lengua hasta la garganta. Hermoso, simplemente hermoso.
En el momento en el que Grace estaba dispuesta a hablar, el profesor de matemáticas pasó por delante de nosotros y ambas llevamos nuestra vista a Kendra, ahora siendo testigos de las miradas lujuriosas que ambos compartían. Aclaré mi garganta.
— Al parecer aquí soy la única persona que no está teniendo un amorío. – dije, aunque bueno, no creía que el beso con Travis (el mejor beso que he tenido en toda mi vida, cabe destacar) fuera algo así como un amorío.
— ¿se enteraron que hay un chico nuevo? – mis amigas pasando de mí desde tiempos inmemorables, desde que nos conocimos en sexto grado ha sido así, y realmente, ya me había acostumbrado.
— No. – me encogí de hombros desinteresada, lo único que tenía en mente en ese momento era mi hermoso y sexy vecino con el que había compartido un fogoso beso apenas dos noches atrás. Recordarlo hace que me emocione.
— Yo lo he visto. Es lindo. – opinó Kendra, pero yo continuaba teniendo fantasías con Travis en mi mente.
El timbre de entrada a las clases fue lo que nos sacó de nuestros trances, porque no era la única que estaba en uno.
Antes de que entrara a la clase, Will me detuvo al tomarme del codo. Will era la voz principal de la banda de la escuela, era bastante famosa y habían estado en algunos shows, y yo, cómo ex-novia de Will luego de enterarme que sólo me utilizaba cómo cortina para su homosexualidad, decidí ayudarles con la publicidad de la banda.
— Cómo sabes, nuestro guitarrista se ha ido de la escuela y...
— Tranquilo, estoy segura que encontrarán uno. – le sonrío y Will me devuelve la sonrisa, antes de que ambos entráramos a clase.
— ¿me ayudarás con las audiciones? – asentí con la cabeza. – en el escenario después de clases.
-Claro, Will.
Puse atención a la clase, pero el profesor ni siquiera pudo comenzar a hablar, puesto que el director entró en el salón, trayendo a rastras a otro estudiante que pude reconocer al instante.
Hola, Travis.
— Él es su nuevo compañero, Travis Hunter. Espero que le traten bien y te sientas bienvenido. – la última oración fue para él, antes de que abandonara nuevamente la habitación, se notaba apresurado. El profesor de historia le hizo una seña a Travis para que se sentara, para mi hermosa suerte, el único lugar que estaba libre era el que estaba detrás de mí.
— Parece que el destino nos quiere juntos, Destiny Williams. – susurró Travis en mi oído, justo después de haberse sentado.
— El destino también quiere que te calles, Travis. – le respondí en el mismo tono, volteándome y dedicándole una sonrisa al profesor de historia, quién me observaba algo extrañado. Puesto que yo casi no conversaba en las clases y seguramente se le hacía extraño que estuviera hablando con el nuevo.
— Qué ruda eres. – rodé los ojos, antes de voltear nuevamente hacia el profesor, en el mismo momento que él comenzó a hacer la clase.
Horas después.
— Oye Des. – habló Travis.
— Disculpa. ¿Des? – repetí, él soltó una risa.
— Ya nos besamos, puedo ponerte un apodo, ¿verdad? – le di un golpe al oírlo. - ¿qué, te avergüenza que sepan que besaste al nuevo mientras estábamos ebrios?
— ¿puedes callarte, o al menos, bajar la voz? – él rodó los ojos, antes de meter sus manos dentro de los bolsillos de sus jeans negros y ajustados.
— No conozco a nadie aquí, Des. Sé buena y preséntame alguna de tus amigas. – guiñó uno de sus ojos y suspiré de manera pesada.
— Por más que te las presente, Kendra tiene un amorío y Grace sale con el capitán del equipo de baloncesto. – sonreí forzosamente mientras le miraba. Travis se encogió de hombros y sonrió, dejando ver aquella hilera perfecta de dientes blancos que hacían su sonrisa aún más irresistible.
— Tus amigas tienen amigas que tienen amigas y ¡wooah la! Me consigues una linda novia. – alcé las cejas de manera incrédula. Este chico era idiota.
— No puedo creer que en serio estés hablando de esa manera. – él suspiró.
— No me conoces. – me guiñó un ojo, antes de poner su atención en el cartel que Will acababa de pegar en la cartelera de la escuela, era un simple papel con letras llamativas que decía que su banda necesitaba un nuevo guitarrista y cuándo eran las audiciones. Me gustaba mucho el nombre de la banda "The Silence Rampage", además, sabía que para Will tenía un muy importante significado.
— No, no te conozco. – respondí luego de estar uno pocos segundos en silencio, observando cómo los ojos de Travis se iluminaban a medida que leía el cartel que pedía por un nuevo guitarrista en la banda.