Mi Vecino, Un Gran Besador.

Capitulo N°3.

- Gracias por ayudarme, Des. - dijo Will, yo le guiñé un ojo, antes de que el primer chico que haría la audición para ser el guitarrista de The Silence Rampage saliera al escenario, era algo bajo, sus ojos eran verdes y parecía bastante ñoño.

Revisé la lista de los nombres de quiénes audicionaban, Tyler Hargrove. Luego de la indicación de Will, el chico comenzó a tocar la guitarra. De inmediato le dijimos que se detuviera y pasase otro chico. Billy Hargrove, su hermano lucía más maduro.

Pero tocaba la guitarra igual de horrible.

Apoyé mi espalda en el respaldo de la silla, ya cansada del tener que estar viendo cómo personas tocaban la guitarra. Había algunos chicos que a Will le habían agradado, pero a mí no terminaban de gustarme.

- Lamento haber llegado tarde. - oí una voz conocida, volteando y encontrándome a Travis con su guitarra colgando de su hombro, entrando apresuradamente a la sala dónde el club de drama practicaba y eran los eventos escolares más aburridos que podrían existir en todo el mundo.

- Travis Hunter. No me sorprende que llegues tarde. - comenté en tono burlón.

- Preciosura Williams, también es un gusto verte. - le guiñé un ojo al notar que él usó el mismo tono que yo. Will me observó alzando las cejas.

- Luego te cuento. - asintió con la cabeza ante mi oración, antes de decirle a nuestro querido ojiazul que comenzara a hacer su magia con la guitarra.

Y oh dios mío. Travis sin duda era el mejor de todas las personas que habían audicionado, y no era solamente porque estaba teniendo un jugueteo con él, de verdad. Podías sentir en el aire lo unido que estaba con la guitarra y lo experto que era al tocarla. Su melodía no era ni tan brusca ni tan suave, estaba en el punto medio, el punto que The Silence Rampage y yo buscábamos. El punto exacto entre suave y fuerte. Miré a Will, quién parecía estar encantado con Travis. Y sabía que no era solamente por cómo tocaba la guitarra, digamos que también se veía caliente haciéndolo.

Al terminar, él nos observó. Parecía estar un poco acalorado y su cabello negro estaba más despeinado de lo normal. Yo miré a Will, sabía que estaba encantado con Travis, por lo que esperé a su grito.

- ¡Felicidades, eres el nuevo guitarrista de "The Silence Rampage"! - presumió el genial nombre de su banda, mientras yo me levantaba de la silla dónde había estado sentada por casi dos horas, sacudiendo mi falda y mirando a Travis, notando que una sonrisa socarrona se hacía presente en sus labios. Al parecer estaba seguro de que ganaría el puesto.

- Felicidades. - dije de manera seria, extendiendo mi mano y esperando que él la estrechase, Travis miró mi mano y luego me observó a los ojos, pasando totalmente de mí.

- Quiero que tú me felicites de otra manera. - susurró en mi oído, en el preciso momento en el cuál Will no estaba viendo, puesto que estaba ordenando las cosas en el escenario.

- ¿y cómo quieres que lo haga? - tiré más cerca de él, lo único que separaba nuestros cuerpos era la mesa dónde se encontraban algunos papeles y dos botellas de agua vacías. Travis sonrió.

- No lo sé, tal vez tú tienes alguna idea. - insinuó, bajando su mirada hacia mis labios, al mismo tiempo que yo a los suyos.

- Lo siento, mis besos son demasiado sagrados cómo para gastarlos en ti. - rodó los ojos debido a mi oración, antes de que yo saliera del lugar, luego de despedirme de Will. Reí, me encantaba el jugueteo que Travis y yo estábamos teniendo en esos momentos, era algo con lo que me divertía y podía tomarle el pelo cuándo yo quisiera.

Lila terminó de colocar la mesa y se quejó, antes de sentarse. Resulta que a mi madre se le había ocurrido la genial idea de invitar a los vecinos para que cenaran con nosotros. Digo genial, porque es una idea genial y no estaba siendo sarcástica. Cuánto más pudiera provocar a Travis, mejor.

- ¡Tía, sabes que no me gustan las personas y traes a los vecinos para una cena! - se quejó mi prima, cruzando sus brazos.

-Shh, cállate y sigue oyendo tu música extraña, Lila. - respondió mi madre, mi prima tomó su celular y se colocó sus auriculares, antes de lanzarse al sillón y oír música allí.

Me acerqué a mi madre, notando que estaba haciendo su famoso estofado de pollo, el olor a éste ya hacía que me llenase, era tan delicioso.

- Oye, Destiny. - miré a mamá, notando que ella me observaba. - el hijo de los vecinos es lindo, podrías... - sentí como daba un leve codazo en mi costilla y abrí los ojos cómo platos.

- ¡Mamá!

- ¿qué? Yo sólo te digo la verdad. - rodé los ojos, antes de que ella me guiñara un ojo. Amaba el tipo de relación que mi madre y yo teníamos. No era una relación normal, bromeábamos entre nosotras, pero siempre con respeto.

- Mamá, ¿te digo un secreto? - ella soltó un "mmh", haciendo entender que estaba oyéndome. - ya sé que el vecino es lindo. Su ventana da a la mía.

Antes de que mamá hiciera algún comentario sobre espiar a Travis, el timbre sonó y sonreí ampliamente, dirigiéndome hacia allí y abriendo la puerta. La misma mujer, la de la tarta, quién se llamaba Viera, me sonrió y su esposo hizo igual.

- Así que jugamos a eso. - asentí ante su oración.

- Así que jugamos a eso. - afirmé, antes de tirar de él hasta acercarlo a mi cuerpo, tomando su labio inferior entre mis dientes, antes de separarme y darle una pequeña palmada en el pecho, caminando hacia dónde se encontraba el comedor. Lila ya estaba sentada allí, al igual que mi madre, quién había dejado el estofado por un rato, puesto que tardaba bastante en cocinarse, para hablar con la señora Viera.

- No nos hemos presentado. Mi nombre es Viera y él es mi esposo, Frederick. - se presentó la mujer, extendiendo su mano. La estreché.

- Mi nombre es Destiny, siéntanse bienvenidos. - me hice hacia un lado para que pasaran, detrás de ellos se encontraba Travis, quién miró el corto de mi vestido y luego asintió lentamente.




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