Mi Vecino y su Secreto

Capitulo 2

Al voltear vi a Adam saludándome agitando su mano de un lado a otro.

-Jessica ven siéntate con nosotros – dijo Adam muy amablemente, me acerqué a ellos eran dos chicas y dos chicos contando a Adam, me senté en un banco que estaba libre enfrente de Adam – Chicos ella es Jessica, la chica de la que les conté.

-Hola- dije volteándolos a ver con una sonrisa en la cara -Jessica ellos son mis amigos y ahora tuyos, ella es Dana- dijo volteando a ver a una chica pelinegra muy linda- ella es Mabel – ahora volteo a ver a otra chica, esta era rubio con ojos cafés – y por último él es Richard – cambio su mirada ahora viendo a un chico pelinegro con los ojos color miel.

-Hola a todos, un gusto conocerlo- dije

Empezamos a platicar, ellos me platicaron sobre los grupitos de la escuela y sobre ellos para conocerlos mejor, asimismo yo les con te sobre mi para que me conocieran mejor.

Minutos después sonó el timbre que anunciaba que la próxima clase empezara, me dirigí al salón que me tocaba, pasaron las clases y termino la jornada estudiantil, era el momento de irnos a casa todos. Salí de la escuela y busque el auto e mi mamá, al encontrarlo me acerque y me subí al auto.

-Hola mama-dije mientras me ponía el cinturón de seguridad -Hola hija como te fue en tu primer día de escuela- me dijo mi mamá mientras encendía el auto.

-Me fue bien en lo que cabe.

-Qué bueno hija- dijo mi mamá mientras íbamos camino a casa, el camino fue silencioso.

Al llegar a casa baje del auto y junto con mi mamá nos dirigimos hacia la puerta de la casa. Nos adentramos a la casa y me dirigí a mi cuarto a dejar mi mochila. Al dejar mi mochila baje para comer.

-Hija que bueno que bajas, porque necesito que me hagas un gran favor- dijo mi mamá mientras preparaba la comida.

- ¿Que paso mamá? ¿Que necesitas?

-Necesito que les lleves esto a los vecinos de a un lado- dijo mientras sacaba una gelatina que por cierto se veía muy rica.

-Si mamá yo la llevo- dije mientras tomaba con mucho cuidado la gelatina a para que no se me cayera. Salí de la casa y me dirigí hacia la casa que se encontraba a un lado. La casa era muy parecida a la mía, pero esta es de color azul pastel. Me acerque y toque el timbre esperando a que alguna persona me abriera la puerta. Espere como dos minutos y salió una señora de tez blanca con el cabello ondulado, el cual se le veía muy lindo.

-Hola señora mi nombre es Jessica y soy la hija de la vecina de alado, mi madre me dijo que le entregara esto- dije mientras le mostraba la gelatina.

- Muchas gracias Jessica, agradécele a tu madre por esta gelatina que seguramente que estará deliciosa – dijo la señora con una grande sonrisa en el rostro- Por cierto, mi nombre es Olivia – agrego

-Un gusto señora Olivia.

-Tutéame, no hace falta que me digas señora no estoy tan grande- Al terminar de hablar note que se tensó un poco.

-Ok señOlivia- dije, yo soy muy respetuosa y se me iba a hacer muy difícil no hablarle de usted, pero lo intentare.

-Bueno ya me tengo que ir hasta luego Olivia- dije mientras me despedía y poco a poco me alejaba de la casa, al entrar a la casa le avise a mi mamá que ya había llegado y le conté como reacciono Olivia, al terminar de contarle me sirvió la comida que por cierto estuvo muy rica, al terminar subí a mi cuarto para hacer los deberes que me habían dejado ese día.

Al terminar los deberes me dispuse a guardar mis cuadernos que utilizare al siguiente día en mi mochila, después tome una pequeña ducha para luego salir al patio trasero a dibujar algo o a leer. Me decidí por releer un libro, el elegido fue uno titulado A dos metros de ti , baje las escaleras y salí al patio, este era grande y a lo lejos se podía ver el bosque, también había un gran árbol del cual colgaba un columpio, me acerque y me senté era el lugar elegido para leer un rato y alejarme del mundo real y entrar en el libro.

Pasaron unos cuantos minutos, hasta que algo me distrajo de mi lectura, sentí una mirada muy centrada en mí, alze cabeza y mire hacia donde venía esa mirada, venia de una de las ventanas de la casa de al lado donde fui a dejar la gelatina, no se podía ver con exactitud quien me miraba tanto ya que la cortina blanca cubría gran parte del cuerpo de esa persona, hasta que al examinar muy bien, la persona se me hacía conocida, era alguien que ya había visto antes pero no recuerdo mucho, la persona que me miraba desde esa ventana, al percatarse que yo lo estaba mirando, cerro rápidamente la cortina, después de eso me metí a la casa y subí a mi cuarto a pensar ¿Quién era esa persona? ¿Por qué me miraba tanto? ¿De dónde se me hace conocida?, tantas preguntas se me venían a mi cabeza, pero ninguna tenía una respuesta.

Anocheció y estaba a punto de dormir hasta que recordé algo, recordé esos ojos que me miraban, recordé ese cabello que estaba en esa ventana mirándome fijamente, recordé quien era, casi todas mis preguntas tenían una respuesta, la persona que me miraba esta tarde desde su ventana era ni más ni menos que.. 
 




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