Que sensación tan cálida, que sanador es llorar en los brazos de alguien, quien diría que me desahogaría con un completo extraño, aunque para ser honesta, después de esta noche, no será un completo desconocido para mí, pareciera que Hans cayo del cielo para acompañarme en este tortuoso recorrido, si él no hubiera aparecido, probablemente no me sentiría así…llena de calma.
—¿Te sientes mejor? —le pregunta Hans con suavidad.
—Si…aun que me da mucha pena que hayas presenciado todo mi drama, debes pensar que soy una llorona, más cuando me hice la fuerte hace un rato, ni siquiera puedo verte a la cara, estoy toda hinchada. —Alice aprieta su rostro contra su pecho.
—La verdad es que no me molesta. —expresa Hans con sinceridad.
En ese momento el celular de Alice sonó, haciendo que su corazón brinque lleno de ansiedad.
—No puede ser…es Thomas…me esta haciendo una videollamada. —manifiesta Alice en un ataque de pánico.
—Rechaza la llamada. —le dijo Hans mirándola fijamente.
—¡No puedo hacer eso! ¡comenzará a sospechar! No quiero que eso pase, quiero que todo le caiga de sorpresa cuando que lo vea.
Alice se arregla un poco el cabello y contesta.
—Hola cariño ¿Cómo estás?... ¿estas bien? ¿estuviste llorando? —le pregunta Thomas preocupado.
—Si, sabes como me pongo cuando veo películas románticas…acabo de terminar de ver un estreno… —manifiesta Alice nerviosa.
—Ay mi vida, eres tan tierna, no sabes lo mucho que te extraño, no dejo de pensar en ti, ya quiero verte y estar contigo. —Hans hace caras de desprecio mientras escucha la voz de Thomas y le dice con muecas a Alice que su esposo es un estúpido, a lo que ella trata de ignorarlo para no ponerse más nerviosa.
—Eh, si, yo igual…mi amor. —el simple hecho de seguirle el juego o si quiera escucharlo le revolvía el estómago.
—Quiero que lo hagamos ahora que nos veamos, no se por que hemos estado alejados tanto tiempo, creo que el hecho de que te hayas ido me hizo extrañar tu cuerpo…—le dice Thomas conmovido.
—¡Ay! —exclama Alice de sorpresa, Hans se ha acostado en sus piernas y le regala una sonrisa traviesa.
—¿Qué pasa? ¿esta todo bien?
—Si, es que…me sorprende escucharte decir eso, la verdad es que hace mucho que no estamos juntos… —el simple hecho de imaginar que durante mucho tiempo compartió a Thomas con Borg le produce náuseas y repulsión, se llenó de coraje al pensar que todas las infecciones que tubo eran por esa asquerosa razón.
—Lamento que esto te sorprenda, somos esposos, se supone que debería ser normal, es solo que, si cuidaras más tu físico, tal vez…
—Estoy muy cansada, voy a colgar. —le dice Alice tajante.
—Ah, no quise ofenderte, es solo que…
—Te veo el sábado Tom.
—Si, te amo, no lo olvides jamás ¿sí?
—No, créeme que jamás lo olvidare.
Alice cuelga el teléfono llena de indignación, esta llamada la había ayudado a despejar todas sus dudas, agarro la Tablet de su esposo y le dio una ultima revisada a los mensajes, se dio cuenta que las pruebas de su infidelidad ya las había borrado, pero ella tomó capturas de cada una de ellas.
En ese mismo momento mensajes de Thom a Borg comenzaron a escribirse, pues estaba configurada su Tablet con su celular, los mensajes decían lo siguiente.
—Hola cariño ¿estás despierto?
—Hola amor, no puedo dejar de pensar en ti, obvio sigo despierto.
—¿Esta bien si voy a tu casa? Necesito que me consueles de nuevo.
—Ven, te estaré esperando tal y como te gusta.
Al instante Borg le mandó una foto desnudo y le puso cosas explicitas y sucias a lo que Tom solo le respondió con unos emojis de flama.
Alice aventó la Tablet a la cama una vez que terminó de tomar screenshots. Se veía devastada, furiosa, triste y desilusionada, Hans tomó la Tablet y una vez que terminó de leer todo, las conversaciones se borraron frente a sus ojos.
—Son unos cerdos, de verdad no puedo creer que…
Hans desvía la mirada hacia Alice y se dio cuenta de que estaba temblando.
—El no vale la pena, no vale nada. —le dijo Hans lleno de enojo.
—El malnacido de Borg se casará en estos días con su prometida…no soy la única a la que están afectando, al igual que yo ella es una de sus víctimas. —expresa Alice con impotencia.
—Si tanto se aman, entonces deberían ser honestos con las personas que fingen querer, me habría dolido que me confesara que había dejado de quererme, si es que alguna vez me quiso, si tan solo me hubiera pedido el divorcio hace años, quizás ya lo habría superado, pero nada me dolió más que enterarme de que me es infiel con su mejor amigo, la persona que nos destruyó desde un principio…a mí… créeme que si me hubiese confesado la verdad, si hubiera sido honesto desde el principio, yo me habría hecho aun lado y no lo habría odiado tanto, pues yo solo querría que fuera feliz…pero eligió otro camino y no pienso perdonarlo.
—¿Aun lo amas? —le pregunta Hans con seriedad.
—No lo sé, no tengo una respuesta todavía, por mas que busco no encuentro ni un rastro de amor por él, es como si hubiera desaparecido, quizás se murió o algo así, solo se que no quiero regresar con él, el día de la boda de Borg le diré que lo sé todo, ya abre comprado mi vuelo de regreso a casa y tramitaré el divorcio en cuanto llegue, pero me siento mal por la prometida de Borg, al menos yo ya sé lo que haré, ella merece saber la verdad y tomar una decisión de continuar o no con su boda.
—¿Y por que no se lo dices?
—¿Cómo podría decirle algo tan fuerte? Ni siquiera se si lo acepte, aun que haya pruebas de por medio.
—Podemos hacerlo anónimo, imprimamos las conversaciones y las fotos y mandémoselas a su domicilio, así no creerá que es un complot tuyo para destruir su relación.
—¿Crees que funcione?
—Al menos tendrás la conciencia tranquila y ella estará al tanto de lo que su prometido hace a sus espaldas.