Jena le había mandado un mensaje a Alice, aceptando su propuesta y en el momento que le vibro el celular pego un brinco.
—No puede ser…me creyó… ¡me creyó! Hans…Jena aceptó, también se vengará de esos desgraciados. —Le dijo Alice entusiasmada, pero Hans se veía distraído, mirando el mar, mientras se recargaba en la borda.
—Hans… —Alice se había ido a cambiar, se había puesto un biquini azul marino que él le había comprado, pero era tan penosa he insegura de su cuerpo que se puso una bata encima, al verlo tan desanimado se sintió decaída.
—¿Qué es lo que le pasa? —se preguntaba Alice mirándolo con preocupación, pensaba que tal vez ya no quería formar parte de su venganza y se afligió profundamente.
—He sido muy egoísta, no se mucho de él, porque no le he preguntado, solo hablamos de mí, de mi venganza y…ni siquiera se su apellido, este último tiempo que me queda a su lado debería aprovecharlo para saber más de su vida, aunque no nos volvamos a ver, quisiera conocerlo más, saber que le gusta, que le duele, que lo atemoriza, quizás pueda hacer algo para animarlo…si me quito esta bata… ¿se sentirá feliz?
Alice no se equivocaba, había algo que ha Hans le robaba el sueño, que no lo dejaba ser feliz, pero no se animaba a decírselo.
—Oye Hans, ya terminé de vestirme, perdón por acerté esperar tanto.
—Oh, señora mía, me agarraste distrai…do… —Hans se quedó boqui abierto al ver a Alice en su traje de baño, la cara se le puso roja y se deleitó en su hermosa figura.
—Estoy gorda…ya te lo había dicho, no me mires así por favor, me siento incomoda. —le dijo Alice apenada.
—¿De que estas hablando? Tienes un cuerpo increíble, lo sabía, esas caderas son mi delirio. —le dijo mientras la rodeaba con sus brazos.
—¡Ay! Espera, no te me pegues tanto. —chilló avergonzada, Hans no tenía playera, solo su traje de baño y se veía fenomenal.
—No es mi culpa sentirme tan atraído a ti, tú me provocas con esos ojos de foca bebé.
—Que vista tan bonita. —le dijo Alice quien miró el mar maravillada y añadió. —ahora entiendo porque estabas tan embelesado.
—A mí me gusta más esta vista. —Hans la jaló hacia él y le beso el cuello.
—¿Quieres una copa de vino? —le susurró Hans mientras la seguía besando.
—Sí, me encantaría. —le respondió Alice con timidez.
Ambos estaban encantados el uno con el otro, se besaban a apasionadamente, pero luego debían parar porque Alice sentía que Hans iba a comérsela de un bocado, ella quería estar con él, pero tenía miedo que, al entregarle su cuerpo, le sería más dificil soltarlo.
—¿Por qué me tienes miedo? No soy un tiburón, solo te daré pequeños mordiscos. —le dijo Hans mirándola lleno de deseo.
—Háblame de ti, hasta ahora te he contado gran parte de mi vida, pero yo ni siquiera se tu apellido, me siento mal por eso, sé que no volveremos a vernos después de estos días, pero…a mí me gustaría saber quién es mi compañero de venganza.
—Mi apellido es Walker.
—Hans Walker, me gusta como suena, eres tan perfecto que hasta tu apellido combina con tu nombre jaja. ¿Qué más? Quiero saber más.
—Vengo de una familia adinerada, mi madre es el ceo de una prestigiosa cadena hotelera, además de ser accionista de una de las empresas de refacciones de autos lujosos más importantes del país.
—Naciste en cuna de oro, que envidia.
—A mí me gusta más el arte y la música, me gusta pintar, escribir canciones, tocar el violín.
—¿De verdad? Eres muy versátil y además talentoso, me encantaría escucharte tocar el violín algún día. —le dijo Alice emocionada, pero después su semblante se entristeció, pues sabía que no lo volvería a ver.
—¿Te gustaría escucharme? —le preguntó Hans ilusionado.
—Me encantaría. —le respondió Alice con una sonrisa.
—Esta noche, te tocaré la canción más hermosa de todas, lo hare a la luz de las velas.
—¿De verdad?
—Si, te he preparado una sorpresa especial. —le dijo Hans con una sonrisa hermosa.
Los momentos que compartían juntos eran más preciados de lo que podían permitir, ambos se estaban encariñando más de lo debido, corrían el peligro de salir con el corazón hecho pedazos al momento de separarse para siempre, pero hacían caso omiso y más se sonreían, más se necesitaban, ninguno de los dos podía resistirse al amor.
Hans tenía su celular en vibrador y vibraba con insistencia.
—¿No vas a contestar? Yo no tengo problema, tal vez es importante, puede ser tu madre. —le dijo Alice con ternura.
—Mi madre no es tan insistente, además no tengo ganas de responder, ahora estoy contigo, eres todo lo que me importa. —le dijo Hans quien la tomo de la barbilla con gentileza y la besó apasionadamente.
Quisiera que esto durara para siempre, Ojalá Hans fuera mío, no me importaría dejarlo todo atrás y perderme en una isla con él, lo amaría eternamente, seria devota a él, sería mi paraíso, mi lugar seguro y mi hogar.
Mientras tanto, en un hotel cinco estrellas en Madrid España.
—Vamos amor ¿Por qué no me contestas? —murmuró Aurora cansada.
—¿Qué pasa cariño? ¿está todo bien? —le preguntó su madre quien la notaba desesperada.
—He intentado llamar a Hans, pero no me contesta, debe seguir molesto conmigo porque lo obligue a venir días antes de la boda y yo por trabajo termine llegando dos días antes, me siento fatal.
—Aurora, Cariño, tu prometido es muy comprensivo, seguro que hay una buena explicación para que no te tome las llamadas, vamos a comer algo, seguro que mañana ya estas con él, además más tarde tienes que reunirte con tu prima para las fotografías, Jena estará feliz de verte, serás la dama de honor más hermosa de todas.
—Tienes razón, no es momento de pensar en cosas sin sentido, comamos algo, muero de hambre.
Queridas lectoras les agradezco mucho su apoyo con este libro, me encanta leer sus comentarios y saber que viven cada capítulo conmigo, no olviden dejar su estrellita y si aun no han leido mis demás libros aqui en mi perfil podran encontrar alguno que sea de su agrado, tengo muchos libros iniciados que me gustaria compartir con ustedes, pero debo concentrarme en los que ya tengo en proceso por aquí, pero simpre estoy preparando cosas nuevas para ustedes para que siempore tengan algo que leer, que tengan un increible día hermosas.