Mi venganza contra el amor

Una buena esposa

 

Alice solo tenía una condición y era no enamorarse, Carter se quedo sorprendido de que no le pidiera más dinero o que no se quejara de sus muchas clausulas, pero estaba de acuerdo con ella, ninguno estaba dispuesto a amar, no después del dolor que causa el no estar con la pareja deseada.

—¿Enamorarse? No esta en mi lista de planes hacer eso. —le dijo Carter quien le acercó la plumilla para que firmara el documento.

—¿Hay algo más que debas agregar? —le preguntó Alice son nerviosismo.

—Jaja, eso te preguntó yo, creí que te reusarías hacer muchas cosas que te escribí, pero me alegra que estes tan comprometida, ¿salvarte la vida me dio un plus verdad? —Carter apenas si sonrió, una pequeña mueca de burla se dibujó en su rostro.

—Es todo por mi parte, esta claro que no abusaras de mí.

—Bien, procederemos de la siguiente manera, en cuanto mis heridas sanen, te presentare oficialmente a mí familia, prepararé un gran banquete y te pondrás la ropa que yo te diga, esa noche comenzará tu trabajo, tendrás que ser la mejor actriz y sin importar que suceda deberás terminar nuestro tiempo estipulado.

—Entiendo, por lo que veo, no le agradaré a tu madre, sabrá que soy divorciada y que mi vida es desastrosa, no me asusta enfrentarme a ella, Thomas y Borg son más aterradores que cualquiera, eso lo puedo asegurar. —dijo Alice con resentimiento.

—Por mí parte yo comenzaré cuidando de ti como es debido, con todo lo que paso, mi gente ya puso cartas en el asunto, no importa cuanto dinero quieran entregar al soborno, yo siempre superare su marca, los veras tras las rejas, lo prometo.

—Nada me gustaría más que deshacerme de ellos, los desprecio profundamente. —manifestó Alice apretando los puños.

—¿Los quieres muertos? —le preguntó Carter con seriedad mientras la miraba fijamente.

—¿Qué? ¡No! Bueno…quisiera que desaparecieran de la faz de la tierra, pero…yo no soy como ellos.

—Como quieras, solo quería que supieras que las dos opciones estaban abiertas.

—Me conformo con que pasen el resto de sus vidas en la cárcel, solo así podré dormir tranquila, últimamente vivo con el miedo constante de que vuelvan a atacarme, quien diría que Thomas llegaría a odiarme tanto…no entiendo cómo es que sé cree una víctima, ojalá nunca lo hubiera conocido, me arrepiento de haberme casado con esa basura.

Alice comenzó a llorar de rabia, se sentía tan frustrada de no poder haber visto las señales, pero antes de casarse, Thomas era literalmente el esposo perfecto, atento, romántico, servicial, alegre, ella se sentía afortunada de tener a un hombre tan perfecto a su lado, ahora entiende lo que su madre le dijo una vez, que los hombres se conocen durante y después del divorcio, ahí la esposa se da cuenta si se casó con un ser humano o con un monstruo.

—Bueno…supongo que buscare un hotel donde quedarme hasta que tus heridas sanen, mi negocio está hecho cenizas y mi departamento esta muy cerca de ahí, si me llegan a encontrar me matarán. —exclamó Alice con tristeza.

—¿Por qué harías eso? ¿no te dije que me haría cargo de ti? A partir de hoy te vendrás a vivir a mi casa, ya firmaste el contrato, oficialmente eres mi esposa, así que no te preocupes por nada, yo te comprare un closet nuevo, un auto, pondré servidumbre a tu disposición y te daré una mensualidad empezando por hoy, así que vete quitando la vergüenza, eso es algo que nos va a estorbar en la convivencia.

—¿Qué? ... ¿Que? ....

Por un lado, el corazón de Alice se sentía aliviado por las atenciones de Carter y por que la ayudaría a vengarse de Thomas y Borg, pero por otro, se sentía llena de miedo he incertidumbres, Carter era muy atractivo eso no ayudaría nada en su promesa estipulada.

—Pase lo que pase, no lo veré como hombre, lo juro…

Una vez que los habían dado de alta, el chofer de Carter los llevó a su residencia, era un auto lujoso, Roberto, el chofer, estaba sorprendido de ver a una mujer acompañándolo, llegó a pensar que era alguna prostituta.

Alice miraba por la ventana el paisaje, estaba sorprendida de lo lujoso que se veía ese lugar, sus ojos brillaban asombrados la belleza de los jardines y una gran fuente estaba frente a esa maravillosa mansión.

—No puede ser… ¿aquí es donde vives? Es…es hermoso… —manifestó Alice con los ojos pegados a la ventana.

—Acostúmbrate, este será tu nuevo hogar. —le dijo Carter con naturalidad.

—Mi nuevo hogar…

¿Sera que realmente sentiré a este ostentoso lugar como mi hogar? Me preguntó si lograre encajar en esta sociedad, no me preocupa no ser una buena esposa, aun que sea por contrato, lo que me angustia es que termine creyéndome todas estas mentiras, así como lo hice con Hans, jugué un juego que claramente quería ganar, a pesar de que estuvo perdido desde el principio.

—Llegamos. —dijo Roberto y añadió. —le abriré la puerta a la señorita.

—No te preocupes, seré yo quien lo haga. —Carter se bajó del carro y le abrió la puerta a Alice.

En aquella hermosa fuente estaba todo el servicio domestico esperando a su jefe y todos pusieron la misma cara que Roberto, al verlo llegar del brazo con una mujer.

—Cuánta gente… ¿todo este servicio para un solo hombre? —se preguntó Alice en sus adentros, mientras no sabía adonde mirar, pues todos los ojos estaban puestos en ella.

—Bien venido señor, nos alegra saber que esta de regreso. —le dijo la ama de llaves con respeto.

—Gracias Greta, ella es Alice, mi esposa y la señora de esta casa, ella tiene la misma autoridad que yo y sus ordenes de ben ser acatadas ¿de acuerdo? Mi mujer vivirá con nosotros a partir de ahora.

—Su… ¿su esposa? —todos se quedaron en shock al escuchar al joven Carter decir que aquella penosa y misteriosa mujer era su esposa, sonrieron casi mecánicamente y le dieron la bienvenida a la nueva habitante de la mansión.

—Hola, mucho gusto…es un placer conocerlos. —les dijo Alice con un nerviosismo espantoso.




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