Mi venganza contra el amor

Fugitivos

 

Fugitivos

Había pasado tiempo desde que Thomas y Borg habían intentado asesinar a Alice, creyendo que se habían salido con la suya, celebraron victoriosos su aberrante acción pasando la noche con un prostituto, sin saber que aquel acto de lujuria les costaría muy caro, después de saber que Alice había sobrevivido y además que ahora estaba casada con un Walker, su vida se transformo a la de dos fugitivos, estaban siendo buscados por la justica, pero al no poder comprarla y no lograr competir con el poder que Carter tenía, se vieron obligados a huir del país, estaban escondidos en Portugal, planeando una vida alejados de aquel molesto destino, no estaban dispuestos a pagar por sus acciones.

Pero había una justicia de la que no podían huir, la divina, pues todo lo malo que una persona hace, siempre se le regresara multiplicado por diez.

—¿Crees que ese bastardo aun nos siga buscando? Sus perros nos siguieron por todo el país, casi nos atrapa…no puedo creer que esa zorra siga meneándole el trasero a los hombres, la muy perra se consiguió un nuevo esposo, que rápido se le olvidó el amor que decía tenerme. —exclamó Thomas furioso, además estaba muy cansado, no podía explicar por qué se sentía tan agotado y fatigado.

—Te dije que era una cualquiera, no tiene ni una pisca de inocencia y tu que te sentías culpable por engañarla conmigo, la muy maldita supo con quién involucrarse, quien diría que lograría embaucar a unos millonarios con ese cuerpo obeso y celulítico, maldita perra, por su culpa tuvimos que huir del país, pero no te preocupes cariño, estaremos de regreso en unos meses, estoy seguro de que se cansarán de buscarnos.

—Si estamos en esta situación es por tú culpa, ese prostituto nos delató, fue tu idea contratar a ese tipo y terminó por abrir la boca con tal de salvar su pellejo, estabas tan ebrio que no pudiste callarte la boca ¿enserio creíste que seria buena idea contarle que fuimos nosotros quienes incendiamos la cafetería de Alice? —le recriminó Thomas resentido.

—No tenía idea de lo que pasaría estaba igual de drogado que tú, eso es lo que menos debe importarte, ya te dije que nunca nos encontrarán, estaremos bien. —le dijo Borg fastidiado y añadió. —además no te apreció tan mala idea cuando te lo estabas cenando.

—¿Cómo carajos vamos a estar bien si el infeliz te congelo las tarjetas? No sabemos que tipo de influencias tiene, pero la realidad es que tiene más poder que nosotros, esa maldita nos quiere joder, la conozco debe estar haciéndose la victima con su nuevo esposo, es tan sinvergüenza que engatuso a los dos hermanos, si los dos se empeñan en destruirnos no se de lo que vayan a ser capaz de hacernos, son una de las familias más influyentes y adineradas del país, maldición Borg, estamos más hundidos que antes.

—Tenemos efectivo, estaremos bien por un año y medio, buscaremos la forma de re invertir este dinero, somos inteligentes, sabremos salir de esta, volveremos a levantarnos y te prometo que nos vengaremos de esa mal nacida, no sé cómo, pero me aseguraré de que este bajo tierra muy pronto, nada me haría más feliz que verla muerta.

—Si nuestras familias no nos hubieran dado la espalda seguro que estaríamos en mejores circunstancias, esa desgraciada me arruinó la vida, se burló de mí y ahora su amante quiere mi cabeza…

—Deja de pensar en si tiene marido o no, pareciera que eso es lo que más te duele.

—¿Qué no lo entiendes? ¡me humillo! Me quiso ver la cara…si la tuviera en frente de mí…la haría pagar por todo, no tienes idea de cuanto la desprecio.

—Guarda todo ese rencor para cuando la veas, ya te dije que llegara el día donde la tengamos frente a nosotros y la haremos pagar por todas las humillaciones que nos hizo. —exclamó Borg mientras le sobaba la espalda.

Se encontraban en un condominio de departamentos, un lugar aislado y de bajos recursos, no tenían aire acondicionado, ni auto, vivían con lo mínimo, por eso se sentían frustrados.

Lo que no sabían es que su suerte estaba por terminar, Carlo tenía a su gente entrando a cada una de las habitaciones, pateando y rompiendo las puertas que se encontraban a su paso, la habitación donde se hospedaban Thomas y Borg era la penúltima y estaban a punto de ser atrapados por una de las mafias más sangrientas y peligrosas de todo Estados Unidos.

—¡Ay! ¿Qué es lo que quieren? —preguntó una mujer aterrada cuando estos hombres entraron a su habitación con agresividad, ellos no le contestaron palabra, solo sonrieron haciéndole una señal con el dedo para que se callara y siguieron con lo suyo.

Comenzaron a balacear las habitaciones vacías para causarles más miedo a sus víctimas, esos hombres no tenían escrúpulos al momento de trabajar.

—¿Escuchaste eso? Son disparos…—exclamó Thomas con el corazón acelerado.

—Maldita sea…apresúrate, trata de hacer el menor ruido posible, busquemos la manera de salir de aquí, algo está pasando ahí afuera, si nos buscan a nosotros o no me importa, escaparemos antes de que sea tarde. —manifestó Borg preocupado.

— me lleva el demonio…ese bastardo de Walker debió contratar a alguien pesado para que nos encontrara. —susurró Thomas lleno de adrenalina.

—No estamos seguros si se trata de nosotros, no hagas ruido, estanquemos la puerta, pongamos ese mueble, así tendremos tiempo de escapar. —añadió Borg con la voz temblorosa.

—Thomas y Borg colocaron un mueble para atrancar la puerta y buscaban la manera de salir de ese lugar, los disparos se escuchaban cada vez más cerca y los gritos de los otros huéspedes les ponían los pelos de punta, aquellos mercenarios estaban desasiéndose de todos los testigos, sin importarles de quien se tratara, estaban extasiados, en plena casería y no había nada más existente que eso.

—¡Ya casi es su turno bastardos! Jajaja, no pueden escapar de la mafia italiana.

La habitación de alado estaba siendo masacrada y el terror les recorrió el cuerpo a Thomas y a Borg quienes no sabían que hacer.




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