Fuerza de atracción
Los días pasaron y esos días se convirtieron en varios meses, aún seguía superando la fatídica muerte de Thomas, las pesadillas donde vuelvo a vivir esa escena ya son menos frecuentes, estoy tratando de seguir adelante, me he quitado un peso de encima al saber que Borg está en la cárcel y fue condenado a cadena perpetua, ahora se que el peligro se ha ido, al menos esos espero, la madre de Carter me aborrece y Aurora un poco más, no he tenido el desaire de volver a verlas y tampoco a Hans…he sentido la necesidad de verlo, de recibir su consuelo, pero desde su visita no volvió a aparecer, aveces me asomo por el balcón para ver si mis ojos lo miran, pero la luz de su balcón ha estado apagada desde hace tres meses, Carter y yo somo cada vez más cercanos, nuestra confidencialidad ha crecido al igual que nuestra confianza, es un hombre con el que puedo compartir libremente, pero también esta bastante ocupado, hay días en los que solo lo veo tres veces por semana, como hoy, que hace rato que no platicamos y es cuando me siento sola.
Si pudiera describir mi relación con él, seria la de un amigo cercano, lo admiro por su inteligencia y su capacidad para manejar tantas cosas a la vez y al mismo tiempo ser tan generoso y proveedor, es un hombre muy atractivo, se ejercita cada mañana y esos lentes le dan un encanto especial, no voy a negar que aveces me pregunto si él y yo llegaríamos a tener algo más, jamás se me ha insinuado, nunca ha intentado tocarme o ofrecerme algo de intimidad, no creí que esto pudiera funcionar, personalmente he sentido la necesidad de satisfacer mis necesidades físicas, me he planteado la posibilidad de hacer vida con Carter, pero el no parece verme como a una mujer, si no como a una compañera de vida, su amor por Luisa sobrepasa el tiempo y honra su memoria con su fidelidad ha cumplir con su venganza, me pregunto cómo habrá sido ella, seguro que fue una mujer buena y hermosa, una mujer dificil de olvidar.
He tenido estos pensamientos por que me siento sola, pero cada vez que imagino una vida con alguien más, Hans se viene a mi memoria y no puedo concebir a nadie que no sea él, mi cuerpo lo anhela, constantemente aparece en mis sueños donde podemos amarnos sin que nadie nos lo impida, confieso que son mis sueños más eróticos y románticos, a pesar de que son solo sueños mi cuerpo siente cada vibración, cada caricia como si en mi memoria se hubiesen guardado aquellas sensaciones que me hicieron tan feliz.
¿Algún día podré olvidarlo? ¿Superar toda esa magia y todo ese amor indescriptible? Estoy segura de que por más que me esfuerce…él siempre será el dueño de mi corazón.
Alice tenía ganas de salir un poco y respirar aire fresco, así que se puso un vestido rojo que le descubría los hombros, era un vestido estilo campesino, fresco y femenino, llevaba una canasta para recolectar flores y ponerlas en el florero de la oficina de Carter, para agradecerle todo lo que había hecho por ella, constantemente tenía este tipo de detalles y además quería prepárale la cena ella misma.
Dejó a rabito al cuidado de una de las mucamas y salió con una sonrisa, no iba a permitir que la culpa y la tristeza siguieran anidándose en su corazón, quería salir a despejar su mente, además que el día estaba soleado y preciosos, pero también salía con la intención de algún día ver a Hans.
Estaba recolectando las flores silvestres que encontraba y su corazón se lleno de anhelo una vez más al recordar a su querido Hans, le daba mucha tristeza no saber de él, a pesar de vivir cerca, pero pensaba que probablemente Hans ya se había rendido con ella y eso le dolía en el alma.
—¿Era de esperarse no? Ya pasó un tiempo desde que nos separamos, los dos empezamos una nueva vida, saber que me case con su hermano debió ser un gran golpe para él, aun recuerdo la expresión de su rostro cuando me vio entrar por la puerta, los dos estábamos en shock, sufrió mucho también, los dos estamos obligados a olvidarnos, seguro que ya quede en el pasado, tiene una mujer hermosa, tal vez ya consumaron su matrimonio…ya debieron pasar cientos de noches juntos…eso es, ya no me ama…—se dijo Alice así misma con el corazón angustiado.
Hans había estado lidiando con Aurora y su supuesta noche juntos, el trabajo lo consumía al igual que a Carter, ellos seguido se encontraban en la empresa, no se dirigían la palabra, parecían completos desconocidos, dos extraños en la misma familia.
Esa mañana Hans había decidido tomarse el día libre para ir a cazar al bosque, tenía muchas cosas en la cabeza y estar en la misma casa que Aurora lo sofocaba, la toleraba cada vez menos y estaba decidido a divorciarse de ella lo antes posible, estaba dispuesto ha dejar a ir a Alice si ella se había enamorado de Carter, al igual que ella, él también pensaba en las noches de pasión que ya habían tenido, se develaba imaginando a Alice en los brazos de su hermano y los celos, la rabia y la tristeza lo consumían.
Pero la amaba tanto que lo único que quería es que fuera feliz, había prometido ya no molestarla, dejarla en paz y rehacer su vida al lado de su hermano, por eso ni su sombra se asomaba por la mansión de Carter, había estado muy deprimido al haber tomado esa decisión, pero sabía que él había tenido mucha culpa en su separación y solo estaba tomando su responsabilidad.
Sabía que, si la volvía a ver, rompería con esa promesa, porque los dos eran consientes de la misma cosa, no podían obligar a sus corazones a olvidarse y mucho menos a amar a otras personas, estaban unidos por un hilo rojo que nadie podía romper, seguro que había gente mejor para ellos, probablemente eran muy diferentes, pero se complementaban como ninguna otra pareja.
No existía fuerza humana que pudiera hacer que estas dos almas dejaran de amarse, ni los problemas, ni los obstáculos, nada podía vencer al destino.
Hans llevaba su rifle y su ropa de caza, su cabello negro y largo le daban un toque real, parecía un príncipe, de espalda ancha y brazos fuertes, era muy atractivo y varonil, había matado dos conejos pero quería ver si corría con la suerte de cazar a un venado, se había fumado un puro escoces y estaba listo para ir por su presa, mientras caminaba, escucho unos ruidos y al cercarse apunto su rifle contra esos arbustos esperando que el venado saltara a la vista, pero sus ojos se abrieron sorprendidos al ver a Alice quien se había levantado para seguir con su camino.