El dueño de mi alma
Lo hice, mi boca le dijo toda la verdad a Hans, sabe sobre el contrato que tengo con Carter y mi compromiso de ayudarlo con su venganza, la verdad es todo lo que quiero entre él y yo, las mentiras, el ocultarnos las cosas fueron lo que terminaron separándonos, me encuentro delante de él, mirándolo fijamente, suplicante para que se quedara a mí lado, aferrándome a su brazo como si mi vida dependiera de eso, me prometí que la próxima vez que lo viera le diría solo la verdad.
—¿Un contrato? —murmuró confundido pero aliviado, su rostro reflejaba el descanso de una carga pesada.
—Si, nuestro matrimonio no es real, pero mi compromiso de ayudarlo si, tu hermano ha sido muy bueno conmigo, jamás me ha obligado hacer nada que no quiera, es un buen hombre y estoy agradecida porque él me ha salvado la vida, cuando creía que Thomas y Borg se saldrían con la suya, tu hermano entró sin importarle las llamas y me sacó de ese infierno ¿Cómo podría negarme a ayudarlo después de todo lo que hizo por mí? Desde entonces no ha hecho más que protegerme, gracias a él pude completar mi venganza, ustedes dos me ayudaron a librarme de mis enemigos.
—Creí que ustedes…—Hans hizo una pausa y respiró profundamente y continuó. —creí que eran marido y mujer, estaba dispuesto a renunciar a ti con tal de que pudieran tener una vida feliz…
—No te he olvidado, te prometo que lo intenté, incluso me planteé la idea de hacer una vida a su lado, pero por más que lo hice…aun sigo deseando que ese hombre seas tu… —le dijo Alice con la mirada cristalina.
—¿Carter hizo todo eso por ti? —preguntó Hans conmovido.
—Si, por eso no puedo abandonarlo ahora que más me necesita, estoy segura de que las respuestas que busca están más cerca de lo que cree, quiero estar ahí para él cuando eso pase, le tengo mucho aprecio y es un gran amigo, incondicional he integro, te amo y deseo tanto estar contigo…si tan solo pudieras esperar a que mi contrato con él termine…estoy segura que podremos intentar estar juntos.
—Yo también tengo que ser sincero contigo, te juro que no me he acostado con Aurora desde que nos casamos, no existe otra mujer que no seas tu a la que quiera hacerle el amor, pero la noche que fui a verte a la casa de Carter me emborraché tanto que no podía ni caminar, esa noche recuerdo que me quede dormido, pero…Aurora afirma que me metí con ella, se que esta mintiendo por que jamás la tocaría, esta perdiendo la razón, me esta sofocando y su obsesión la lleva hacer cosas irracionales como esta, tienes que creerme, después de ti no he tocado a otra mujer. —le dijo Hans angustiado de que no le creyera.
Alice se quedo callada unos segundos, asimilándolo todo, cuando Hans creyó que la había decepcionado, ella lo sorprendió con sus palabras.
—Te creo…no tienes que jurarme nada, se que me amas, lo se… —Alice acaricio su rostro con suavidad y le sonrió haciendo que Hans descansara de la culpa.
—Voy a divorciarme de Aurora, no la amo y nunca lo haré, desde que te conocí tu eres en la única en quien pienso para compartir mi vida, empezaré a mover a mis abogados para ser un hombre libre y cuando lo consiga…voy a recuperarte, esta vez quiero hacer las cosas bien, te amo, cada día mucho más, no abandones a mi hermano…estoy un poco celoso pero ese es mi problema, no quiero que rompas la promesa que le haz hecho, Carter murió el día que Luisa fue asesinada, se volvió mas frio y distante que nunca, escuchar que te trata con bondad me sorprende y ahora que se que te respeta y te cuida me hace estar más tranquilo, nada puede vencer al amor, seamos pacientes, estoy seguro de que algún día volveremos a estar juntos y esta vez nadie nos podrá separar, te prometo que seré un hombre libre y peleare por ti, no volveré a ser un cobarde. —Hans beso la frente de Alice y la abrazo con fuerza mientras lloraban.
Ahora que se habían sincerado, se sentían más tranquilos, se habían hecho una promesa, intentarían estar juntos, lo harían sin importar cuanto les costara, se miraron fijamente, estaban tan cerca que podían sentir su respiración.
—Algún día volveré a besar tus labios. —le susurro Hans quien se despidió de ella dándole una flor la cual colocó en su cabello.
Alice lo vio alejarse y se agarro el pecho, su corazón latía con fuerza, Hans tenía algo que le devolvía la vida, ese chico guapo era el amor de su vida y su todo, ahora más que nunca deseaba un futuro a su lado.
Lo que no sabían era que dos personas los estaban observando desde lejos, una de ellas era Carter quien terminó encontrándose con Hans en el bosque.
—¿Terminaste encontrando lo que querías? — —le preguntó Carter sorprendiendo a Hans.
—Carter… ¿estabas escuchándonos? —lo cuestionó con seriedad y añadió. —Alice no tiene la culpa de nada, nos vimos por casualidad.
—Lo sé, lo vi todo, ¿ahora que sabes que no estamos casados de manera legal vas a quitármela?
—Yo la amo y ella a mí, ya no podemos contenernos, aun así, ambos respetamos nuestros compromisos, pero quiero que sepas que no voy a renunciar a ella, algún día seré un hombre libre y nada me detendrá para recuperarla. —exclamó Hans con seriedad.
—Parece que mi hermanito ya creció, pero no te confundas, si la hubieses besado te abría partido la cara, ella es mía hasta que termine el contrato, quien sabe si para el día que tu seas libre ella cambie de parecer respecto a quedarse conmigo.
—No lo hará, no hay nada que pueda destruir lo que tenemos. —le dijo Hans frunciendo el ceño.
—En eso discrepo contigo, todo puede pasar en esta vida, nada esta seguro, así son las cosas.
—¿Por qué dices esto? ¿Acaso te enamoraste de Alice? —le preguntó Hans acercándose a él con rudeza.
—Es una mujer bella ¿Quién no se fijaría en ella?
Hans lo tomó de la ropa y lo miró fijamente de manera intimidante.
—¿Estas enamorado de ella?